Capítulo 37

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  ¿Cómo lo permití? Me pregunté al mirar el boleto de avión. ¿Cómo había sido tan débil para aceptar un chantaje de Ronny? Claro que era chantaje. Lo único que ella quería era poder lograr que yo tuviera un poco más de tiempo para poder estar con Ross, aunque yo la verdad, quería olvidarme de todo; quería poder regresar a mi aburrida, monótona y nada interesante vida. Así era feliz. Supongo.
- ¿Me amas? - preguntó mi hermana de repente, sin poder ocultar en ningún momento su sonrisa pícara al ver el boleto en mis manos. Yo la miré con mala cara, mientras que no podía dejar de pensar en que mierda sucedería en Inglaterra. Bueno, nada tenía que suceder, ¿No era así? El plan ya estaba marcado: Llegaríamos a Inglaterra, el me indicaría un buen hotel, y se olvidaría de mi existencia, cosa que probablemente era lo que él quería; realmente no hay inconvenientes de ningún tipo. No los habría.
- No. - contesté sin mirarla, guardando el boleto en mi bolso pequeño. Ella soltó una fuerte carcajada, y yo tan solo la miré con mala cara. Una Muy, Muy mala cara de perros.

*Ross*

Miré hacia el cielo azul, diciéndole Adiós. Realmente amaba Nove, tanto que no dudaba en que existiera un futuro allí. Me gustaba mucho, mucho más que Inglaterra; el cielo azul todos los días, el aroma de flores silvestres, todo eso era algo que en Inglaterra no se podía ver; Italia era posiblemente el mejor lugar que había conocido en toda mi vida. ¿Volvería? No lo sabía, solamente sabía que por el momento necesitaba irme. De hecho, me iría alejándome todos y todo lo que había conocido en Italia... menos de Lau.
Cuando Ronny propuso que su hermanita me acompañara, mis nervios querían explotar, principalmente por la incomodidad que yo sentía ante saber que sus labios, y mis labios y... bueno, eso.
Me senté en el porche de la casa de Nina y Ulises, con las piernas dobladas y mis antebrazos sobre mis rodillas, respirando el aire de Nove a conciencia. Cerré los ojos, e intenté calmar mis nervios; no pasaría nada. Laura ni siquiera recordaba el beso, así que yo debía de olvidarlo para poder llevar una linda amistad con ella, porque eso era todo lo que deseaba de ella. Al menos, eso pensaba.
- ¡Hey Ross! - Su voz me sacó de mis pensamientos. Miré hacia el frente de la casa, encontrándome a Gale con un Aire de felicidad en su rostro. ¿Qué estaba haciendo el allí? Me puse de pie, y pude notar su razón: Él llevaba una rosa roja en la mano derecha. Claro... iba a ver a Laura.
Según Paulette me había contado, ellos dos se habían besado. ¿Serían algo más que amigos? Siendo sincero, no tenía ganas de preguntarme eso. Y, siendo doblemente sincero, tampoco sabía el porqué.
- ¿Qué te trae por aquí? - pregunté alzando los hombros. Él sonrió y dibujo en su rostro una mueca mirando a la rosa que tenía en su mano derecha.
- Quiero invitar a salir a Lau hoy, una cena tal vez. - Ja, lo lamento, pensé; Ella ya estaba empacando maletas para irse conmigo.
- No creo que se pueda. - Hablé en un tono a la defensiva un poco más intenso de lo que realmente deseaba, pero por alguna extraña y desconocida razón, me sentía bien al hacerlo. - Lau está ocupada.- Gale frunció el ceño juntando sus cejas, y me miró con inquietud. Movió la cabeza hacia un costado, y me miró confundido, con un rostro que me indicaba que, así como yo, el no comprendía mi actitud.
- ¿Cómo lo sabes?
- Simplemente lo sé. - crucé mis brazos sobre mi pecho, y bufé. Me encontré de repente a mí mismo en un estado de enojo y un poco de coraje quizás; ¿Por qué? Vamos, eran Gale y Lau, se suponía que me debía de dar exactamente lo mismo lo que hicieran o no con su vida; ¿Por qué me sentía tan a la defensiva?
- Estas actuando extraño. - comentó el, mirándome con suspicacia. Si, actuaba extraño, y odiaba sentir que lo hacía. Odiaba el hecho de no saber por qué me sentía así...
- ¡Gale! - la voz de Lau desde la puerta nos interrumpió a ambos. Miré por sobre mi hombro, y la encontré con una mediana sonrisa. Gale carraspeó su garganta, y yo tragué gordo; Se veía bella. Si, bastante... hermosa. Lau era hermosa; esa era la primera vez que pensaba esas palabras tan implícitamente.
La chica caminó hacia nosotros; yo me hice a un costado, y ella fue directamente con Gale. Cuando llegó con él, sonrió de oreja a oreja.
- Te traje esto. - dijo mostrando la rosa, la cual había mantenido oculta a un costado de su cuerpo. La expresión de Lau al ver la flor fue una dulce sonrisa, casi como si le diera ternura lo que Gale había hecho, sin embargo así como ternura existía el factor vergüenza. Lau tomó la rosa, y apenada miró hacia sus pies con la rosa en medio camino de vista. La empezó a girar desde la base, y los pétalos se movían, provocándole sonreír. De algún modo, no me gustó ver eso.
- Está muy linda. - sonrió muy apenas, y apenada elevó los ojos. - Gracias, fue un lindo detalle.
- ¿Quieres ir a Cenar? - preguntó de modo apresurado, y yo lo miré con mala cara. ¿Por qué tanta prisa de salir corriendo? Algo me decía que era por mi mismísima presencia.
Lau elevó las cejas y abrió la boca un tanto sorprendida, aunque más como si estuviera analizando la situación. Miró nerviosa hacia la puerta, y tragó gordo viendo hacia el suelo.
- Gale, tengo que contarte algo. - Contestó nerviosa. ¡Sí! Me sentí victorioso entonces. Gale me miró de reojo, y yo tan solo quise evitar sonreír a toda costa; tampoco quería que Lau se enterara que no quería que fuera con él. Alto, me dije; ¿Que no quería que? Fruncí el ceño, hablando con mi mismo pensamiento: ¿Por qué mierda no quiero que Lau valla con Gale? Eso se estaba saliendo todo de control. - A solas. - aclaró después, mirándome. Me sentí un entrometido entonces, por lo que solamente la miré y sin querer decir otra cosa, entré a la casa.
Cerré la puerta detrás de mí, y me quedé de pie allí. No escuché gran cosa.
- ¡Ross! - Ronny llegó por el pasillo casi danzando, caminando tan feliz como un pequeño duende con vestido amarillo. Sonrió, y miró hacia la puerta cerrada. - ¿Y mi hermana?
- Afuera. - contesté, sin querer proseguir. - Con Gale. - los ojos de Ronny se salieron de sus órbitas, y sonrió de un modo extralimitado. Sin decir palabra alguna fue hacia la sala, y moviendo sigilosamente la cortina, comenzó a observar a través de la ventana.
- No es bueno espiar. - comenté riendo entre dientes. Ella bufó y rodó los ojos, claro, jamás quitándole la vista a la ventana. De repente me entró curiosidad; yo también quería ver por la ventana.
- ¿Por qué se abrazan? - preguntó un poco asustada. ¿Ella no sabía nada del beso? - ¡Oh! ¡Veo una rosa! - sonrió emocionada, quizás más que mucho. Lo único que quería hacer, era aplastar esa rosa con el pie. A ella ni siquiera le gustaban las rosas, ¿O sí? tenía entendido, le gustaban más las guirnaldas o el girasol, tal vez una Lila. Eso me lo confesó aquel día en el hotel clandestino donde nos quedamos estancados, y que tuvimos que dormir allí. - ¿A Gale le gusta Lau?
- Me parece que sí. - Ronny elevó entonces su vista, y me miró. Supe que lo hizo gracias al tono de voz tan cortante y frio que utilicé cuando dije eso último. Ella alzó una ceja, y sonrió de oreja a oreja. - ¿Qué? - pregunté cruzándome de hombros. - ¿Por qué sonríes de ese modo? - Ella pareció sonreír un poco más, y con esa misma sonrisa en el rostro, tan solo dijo:
- Nada, nada. Es solo que es lindo verte celoso por Lau.

#BGFY

A Writer Without LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora