Capítulo XIX

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Me asuste un poco al momento de despegar, pero siempre lo hago. Ryan sostuvo mi mano en todo momento mostrándome su apoyo. Ya tenemos media hora de haber despegado y todo esta sereno dentro del jet.

No hemos hablado desde que despegamos, no es un silencio incómodo pero tampoco uno cómodo. Me deja mucho que pensar, Ryan solo me mira y no tiene intención de disimular. Se que quiere saber el porque de mis acciones en las ultimas doce horas, pero es difícil de explicar. Mi pasado no es algo que comparta con muchas personas.

–Creo que ya sabemos que hay que hablar sobre esto. –dice de repente rompiendo el asfixiante silencio. Enfocó mi mirada en la suya y me intimida un poco ver que ese azul claro que tanto me atrae, ahora es de un color oscuro y sombrío.

–¿Que paso con el hombre que se me insinuaba hace media hora?

–Sigue aquí. Pero quiere saber la razon por la cual su mujer casi lo abandona. –vuelve a decir con seriedad. Bajo la cabeza y un nudo se instala en mi pecho, quizás sea la culpa.

–Yo no iba a abandonarte. –digo con voz baja.

–Te fuiste a mitad de la fiesta de mi hermana con un ataque de pánico. Al día siguiente me dices que quieres espacio, y al final descubro que vas a irte a Nueva Orleans. Entonces dime Perrie, si no ibas a dejarme, ¿como debería tomarme toda esta situación? –su tono me molesta un poco, pero al final tiene razón, y eso es lo que mas me molesta. Vuelvo a bajar la cabeza porque la vergüenza me impide mirarlo.

–Es... es algo personal, Ryan.

–¿No confías en mi? –ahora si levanto la mirada, pero es para verlo con un gesto de decepción. Luego de todo lo que hemos pasado, aun cree que no confío en el. Me quedo mirando sus ojos por un momento para luego levantarme y caminar a la parte trasera del avión, llego hasta la puerta que vi al entrar al jet y la atravieso sin mas.

Al enfocar bien la mirada me doy cuenta que estoy en una habitación, tiene una cama al lado derecho, una mesita de noche y una pequeña cómoda al lado izquierdo. Me dejo caer sobre la cama, apoyo los codos sobre mis rodillas y cubro mi rostro con mis manos.

Toda esta situación me supera. Hablar sobre mi misma con otras personas nunca fue algo con lo que me sienta a gusto. Desde que tengo memoria mi unico confidente a sido mi familia, e incluso uno de ellos abuso de esa confianza.

Escucho la puerta abrirse pero no aparto las manos de mi cara, no me atrevo a hacerlo.

–¿Perrie?

Siento que se sienta a mi lado pero aun no tengo el valor de verlo a la cara. Pero el no parece estar de acuerdo ya que toma mis manos y las aparta de mi vista, bajo la cara y tampoco pareció gustarle ese gesto porque con su dedo en mi barbilla levanto mi cara. Pero mis ojos seguían sin mirarlo.

–Quiero ayudarte, quiero apoyarte cuando te sientas mal. Pero no puedo hacerlo si no me dices lo que pasa.

Al escuchar eso mi cerebro se puso a maquinar a la velocidad de la luz, al final levanto los ojos del suelo y miro esos azulejos que tanto quiero. Luego mi mirada viaja a sus labios y de ahí a sus ojos y repito la acción un par de veces hasta que no lo pienso mas y tomo su rostro para unir nuestros labios.

El se resiste al inicio pero luego sigue el beso, el cual después de unos segundos sube de tono. Ryan baja sus manos hasta mi cadera y tira de mi para quedar a horcajadas sobre su regazo, siento como su erección crece dentro de sus pantalones y eso me hace soltar un jadeo. Nos separamos y el guía un viaje por mi cuello con sus labios y su lengua, mi boca deja salir jadeos involuntarios y mi piel de deleita con la sensación.

El toma los bordes de mi suéter y lo levanta para retirarlo de mi cuerpo, yo repito la acción, primero con su chaqueta y luego con su camisa de botones, estoy tan ansiosa que abro la prenda de un tirón haciendo que los botones salgan disparados por la alcoba. Con su ayuda la retiro y luego sus labios vuelven a los mios mientras sus manos van a mi espalda y la acarician por un momento provocando que el éxtasis se esparza por todo mi cuerpo, luego retira mi sujetador y se separa de mis labios para incorporarse un poco y dejarme sobre la cama boca arriba. Ryan besa mis labios, luego mi cuello, baja hacia mis senos y continua el recorrido hasta el botón de mis pantalones. Sin titubear los abre y junto a mis bragas los retira, le fue algo difícil ya que aun tenia los zapatos, pero maniobró y ahora me tiene desnuda a su merced. El parece estar mas ansioso que yo, ya que se levanta y retira sus zapatos, luego sus pantalones junto a su ropa interior dejándome ver su masculinidad palpitante frente a mi, se deja caer sobre mi y abre mis piernas. Un gemido salio por mis labios al sentirlo hundirse en mi de forma lenta y suave como la seda, poso mis manos en sus hombros y cierro los ojos para sentirlo dentro de mi. Sale y entra una y otra vez de forma moderada pero profunda. Escuchar sus jadeos junto a mi oído me excita cada vez mas, tanto así que los espasmos comienzan en mi interior indicando que falta poco para mi liberación. Voy bajando mis manos por su espalda hasta colocarlas sobre su redondo y sexi trasero, cierro las manos estrujando la carne de mi hombre. El me responde con un jadeo y levanta la cabeza de mi cuello para apoyar su frente sobre la mía.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora