Capítulo XLIII

13.3K 559 5
                                    

El resto del almuerzo fue muy cómodo, y ni hablar del postre. Un cheescake de nutella delicioso.

Hablamos entre todos con temas muy diversos y todos parecen llevarse bien.

–Y... Emily. ¿Como van las cosas en el spa? –pregunta mi suegra en dirección a mi madre, yo me limito a mirar mi pedazo de pastel.

–Muy bien. La semana pasada la esposa del gobernador fue para hacerse unos masajes.

Ella dice con orgullo y yo solo volteo los ojos. Dinero, es lo único importante en la vida de esa mujer. Ryan toma mi mano y le da un pequeño apretón para darme apoyo y tranquilizarme. Yo enfoco mi mirada en el y le doy una leve sonrisa, luego miro a mi hermana la cual ve de forma muy interesante a Emily mientras habla. Yo aun no me explico como es que esta actuando asi con ella, pero lo voy a averiguar.

–Perrie... –levanto mi cabeza y salgo de mis pensamientos al escuchar mi nombre. Veo a Marissa levantada y hace un pequeño ademán con la cabeza para que la acompañe.

–Disculpen. –me levanto y me coloco junto a mi amiga para caminar al interior del restaurante y buscar el baño. Una vez adentro, Marissa entra en uno de los cubículos mientras yo me miro descuidadamente en el espejo verificando que todo este en orden.

–¡Con que esa es tu mama! –exclama mi amiga desde el interior del cubículo.

–No es mi madre. Solo es la mujer que me dio la vida. ¿Como supiste quien era ella?

–Primero, ambas son iguales. Y segundo, Tori me lo dijo apenas me senté. –rodé los ojos ante su última frase. Segundos después ella sale y se lava las manos.

–Como sea. Ya tengo suficientes problemas. No quiero agregar otro a la lista.

Ella me ve a través del espejo con una mirada de compasión mezclada con apoyo.

–¿Como estas... con... ya sabes? El bebe.

Suelto un suspiro con los ojos cerrados y al abrirlos le doy una pequeña pero honesta sonrisa.

–No estoy muy bien. Pero debo aceptarlo.

–No digas eso. Se que en un futuro, tu y Ryan tendrán una casa llena de niños corriendo por todas partes. No debes perder la fe.

–No lo se... ni siquiera hemos vuelto a tener, intimidad. –confieso bajando la mirada.

–No debes tener miedo. Perrie, eres la mujer mas fuerte que conozco. Se que encontraras la forma de salir adelante.

Me quedo pensando en sus palabras un rato. Marissa se me acerca por atrás y coloca sus manos en mis brazos para luego colocarme frente al espejo.

–¿Sabes que veo ahí?

–Nuestro reflejo? –digo haciéndome la desentendida a lo que ambas soltamos una pequeña carcajada.

–No. Veo a una mujer que ha pasado por muchos obstáculos en su vida. Y que aun así, esta de pie. Se que lograras superar esto.

Muestro una sonrisa mientras me veo a los ojos en el pulcro cristal frente a mi.

–No es fácil. Pero Ryan esta ahí, siempre lo esta. Y para mi eso es lo mas importante.

–Y también nos tienes a nosotros. –me da la vuelta y me rodea con sus brazos en un cómodo y caluroso abrazo. Yo se lo devuelvo con alegría. Tener a mis amigos cerca es lo que necesito para sobrellevar esto.

Salimos del baño y nos unimos de nuevo a la familia en el hermoso jardín. Al sentarme Ryan me da un ligero apretón en la rodilla como preguntando si estoy bien, yo tomo su mano y le devuelvo el gesto como respuesta.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora