Capítulo XXXV

13K 556 15
                                    

Luego de volver a discutir con Ryan me encerré en mi antigua habitación a llorar. Este día a sido una completa basura, primero la pelea con Ryan y luego con mi hermana.

Odio todo esto, solo quiero quedarme aquí encerrada y huir de los problemas por un rato. Por los últimos meses e estado tan feliz con Ryan que había olvidado la situación que nos llevo a venir a la isla. Ya ni siquiera se que quiero, quiero a Ryan, pero esta clase de momentos cuando todos mis sentimientos se mezclan no se que pensar. Solo quiero lo mejor para mi hijo, eso es lo único que tengo claro por ahora.

Acaricio mi vientre tratando de encontrar consuelo en mi bebe recostada sobre la cabezera de la cama, hasta que tocan la puerta.

–¡Vete, Ryan! –exclamo, para luego escuchar como abren la puerta.

–¿Como sabias que era yo?

–No lo sabía, pero eres el único con el que estoy molesta. –digo mas seca de lo que planeaba.

–Se lo que paso con tu hermana.

–Si, bueno. Ella no tiene las agallas para venir y enfrentar esto cara a cara. –el asiente y se sienta a los pies de la cama con una distancia razonable. Yo limpio mi rostro para quitar los residuos de lágrimas y evitar que vea mi debilidad. Aunque el ya la sabe.

–Solo quiero decirte que estoy de acuerdo contigo –levanto la mirada y lo miro con el ceño fruncido–. Yo tampoco quería que el bebe naciera aquí, pero no quiero arriesgarme a que algo les pase en medio del vuelo. Mi trabajo como padre es proteger a mi familia.

Paso mis manos distraída por mi barriga mientras pienso en lo que dijo. No me gusta darle la razón, pero en parte me gusta que sepa lo que siento. Eso solo me comprueba que es un padre responsable.

–Se que no reaccione de la mejor manera cuando me diste la noticia. Pero, no sabia exactamente que decirte. –me incorporo en la cama quedando sentada. El se acerca mas hasta quedar frente a mi y toma una de mis manos.

–Se que te tomo por sorpresa, pero piensa en la salud del bebé.

–Lo se. Perdona, por todo. –me acerco a el y tomo sus mejillas para unir nuestros labios a modo de disculpa. Al separarnos el sonríe con los ojos cerrados para luego abrirlos y verme con esos zafiros que tanto amo.

Nos acostamos en mi cama, de la manera que mas nos gusta, mi espalda apoyada en su pecho con su mano acariciando a nuestro hijo. Esa es una de las mejores formas de reconciliarnos, de hecho la mejor es cuando nos reconciliamos con sexo pero el bebe no me deja.

–Sabes... –susurra Ryan en mi oído–. No hemos elegido nombre para nuestro hijo.

–Es verdad. ¿Que tienes en mente?

Hubo unos segundos de silencio.

–E pensado en Shawn.

–¿Shawn? Me gusta. ¿Y su segundo nombre?

–Yo elegí el primero, tu deberías elegir el segundo. –me pongo a pensar y de repente pienso en los hombres de mi familia. Recuerdo que cuando era adolescente pensaba en que si tenia un hijo varón me gustaría llamarlo como mi abuelo.

–Que tal, William. Shawn William Zeylor Hetson. ¿Que te parece?

Siento su sonrisa en mi cuello.

–Me encanta. Mi pequeño Shawn. –dice lo último proporcionándole caricias mas profundas a mi barriga, seguido de una patadita como respuesta de parte del bebe, a lo cual muestro una sonrisa.

Nos la pasamos abrazados y acostados sin decir nada, ni siquiera se cuanto tiempo a pasado, pero estando asi con el amor de mi vida no me importa cuanto tiempo pase, hasta me hace sonar cursi.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora