Capítulo XII

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Una vez termino mi almuerzo subo a mi respectivo lugar de trabajo. Jordan no dejó de sofocarme con preguntas sobre el responsable del envío de las rosas blancas, pero no le dije nada al respecto, porque en realidad no se nada, no se porque Peter hizo eso. Tal parece que le gusto mucho nuestro almuerzo, pero no quiero que malinterprete nada.

Subo por el ascensor y mi teléfono suena indicando un mensaje, rápidamente lo reviso y veo que es Marissa, ayer no le devolví la llamada, lo haré mas tarde.

Llego al último piso y camino hasta la oficina, una vez atravieso la puerta me detengo al ver mi escritorio vacío, sin las flores. Ryan se me queda viendo sentado en su silla con una pose de superioridad, camino rápido a mi escritorio y reviso cada rincón. Al no encontrar nada camino hasta quedar frente a el con mi enojo mas que notorio.

-¿Donde están mis flores? -digo tratando de conservar la poca cordura que me queda.

-Mandé a alguien para que las sacara de aquí. -dice con voz tranquila, como si fuera una tontería.

-¡¿Que?! ¿Porque?

-No las quería en MI oficina. -hace énfasis en el "mi" y su gesto de superioridad no se borra de su rostro, lo cual me molesta mas aun.

-¡No tienes ningún derecho! Eran mías Ryan. Te dije que no las tocaras.

-Vamos a aclarar una cosa -se levanta y rodea el escritorio para quedar cara a cara conmigo-. Tu eres mía. Y no quiero que ese imbécil te este mandando floresitas. ¿Entendido?

No se que me enoja mas, sus celos indebidos o el hecho de que diga que soy de su propiedad.

-Ahora yo te diré una cosa. No soy tuya. Y si alguien que este interesado en mi me manda flores es mi maldito problema no tuyo.

Su mandíbula se tensa y me toma de los brazos con fuerza acercándome a el hasta el punto que nuestras frentes estas unidas.

-Eres mía Perrie.

-No, no lo soy.

Me suelta con furia y se pasa las manos por el cabello en señal de frustración.

-¿Porque te importan tanto unas flores? ¿Acaso te gusta Peter?

-¡Ya te e dicho que no! Pero me parece algo muy descortés que deseches un presente para mi, algo que tu no.... -ahora soy yo la que suelta un suspiro de frustración-. ¿Sabes que? No voy a pelear contigo, no tiene caso.

Camino a mi escritorio y empiezo a tomar mis cosas para irme.

-Tu no te vas a ir. -dice a mis espaldas con voz autoritaria. Lo ignoro y sigo recogiendo mis cosas. Cuando termino camino a la puerta pero su voz me detiene.

-Si te vas atiente a las consecuencias Perrie.

Me detengo por unos segundos, pero luego sigo con mi camino y salgo de su oficina.

† † † †

Ryan

Al verla salir por mi puerta mí frustración crece. Mañana es la cena de cumpleaños de mi hermana y se que con esto Perrie no querrá ir. Además no me gusta que este molesta conmigo, y menos por una tontería como la de esas flores. Se que fue inmaduro e innecesario deshacerme de ellas, pero los celos al saber que son de Peter me ganaron.

Me siento en mi silla con la mirada de enojo y tristeza de Perrie grabada en mi memoria. Paso las manos por mi cara sin saber que hacer.

No quiero estar encerrado en la oficina con el mal genio que traigo, así que salgo y le digo a Jordan que no volveré hasta mañana. En el camino a mi departamento trato ingenuamente de llamar a Perrie pero no responde ninguna de mis llamadas, y no la culpo. En lugar de lamentarme mas le mando un mensaje a mis mejores amigos para que nos encontremos en un bar.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora