Capítulo XLI

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Perrie

El estar en sus brazos de nuevo me hace sentirme algo viva de nuevo. Pero el saber que mi hijo murió aun me molesta, y aunque no se lo diga a Ryan, me siento culpable de que no pude proteger a nuestro hijo. Que clase de madre iba a ser? No pude cuidar a mi hijo en la barriga, si hubiera nacido tampoco lo hubiera protegido. El pensar en eso me hace llorar más.

–Ya, aquí estoy. –esas palabras me consuelan solo un poco. Pero la culpa me carcome por dentro, y se que Ryan no lo dirá, pero se que nunca me perdonara por dejar morir a nuestro bebe. De repente me separo de sus brazos, no merezco su cariño, no puedo verlo sin saber que en su interior me odia.

–¿Podrías dejarme sola? –levanto levemente la cabeza para verlo.

–Mi amor. No tienes que pasar esto sola, también era mi hijo. –y con solo escuchar eso un nudo muy doloroso se forma en mi estómago. Me alejo retrocediendo en la cama para que no me toque.

–Por favor. –digo en tono de suplica. El asiente mientras baja la cabeza, se levanta y sale dándome una última mirada. Yo me limito a acurrucarme y llorar en la cama, no puedo verlo, no puedo dormir con el, estar cerca de el, nada. El ver a Ryan me hace sentir culpable porque no hice nada para cuidar a mi hijo. Cuando Selina me apunto a la cabeza con esa arma, yo quería que lo hiciera, yo quería morir para terminar con el dolor, sin pensar que mi bebe moriría conmigo. Soy la peor basura del mundo, no pelee, no pensé en el sino en mi, y ahora por mi culpa el esta muerto. Debí ser yo.

Ryan

No mentiré, cuando Perrie me pidió que me fuera me sentí horrible. Ella no me quiere a su lado y no se porque, y lo peor es que no se que hacer para que no me aleje de ella.

Bajo las escaleras y me encuentro a Sean, Howard y Tori hablando, pero al verme se detienen y Tori se levanta para acercarse a mi.

–¿Como esta?

–Mal. Ni siquiera me quiere cerca de ella, y no se porque. –digo lo último casi en un susurro. Tori me ve y abre la boca como si quisiera decir algo pero luego la cierra insegura, lo que me hace pensar en si ella sabe algo sobre el comportamiento de Perrie hacia mi.

–Tori. Que no estas diciéndome? –dije poniéndome serio, si ella sabe algo sobre mi mujer debo saberlo.

–Ella... bueno... no se... creo que ella debería hablar contigo. –se ve nerviosa, eso quiere decir que lo que ocultan es serio. Y que no me lo diga solo ayuda a que me enoje. Paso mis manos por mi cabello de la frustración y me alejo un par de pasos de ella.

–¿No lo entiendes? ¡No quiere hablar conmigo! Mi mujer no me quiere cerca.

–Ryan, calmate. –dice Howard tratando de acercarse a mi.

–¡¿Como me pides que me calme?!

–¡Okay! –exclama Tori interrumpiendonos–. Ryan, sientate.

Hago lo que me pide sin calmarme mucho. Los cuatro nos sentamos.

–No puedo decirte mucho porque ella tampoco me dice nada. Solo te diré, que esa no es mi hermana, y necesito que la traigas de vuelta. Ella no quiere hablar conmigo, trate de acercarme como tu y ella me alejó.

Veo cada una de las expresiones de Tori atentamente para saber si me miente o si oculta algo mas. Pero no veo nada de eso en sus ojos. Y eso me hace sentir peor, ya que no tengo nada que pueda ayudarme a saber porque Perrie esta asi. La entiendo completamente en su dolor y sufrimiento. También era mi hijo, se lo que siente por completo, pero en lugar de dejarme ayudarla para que superemos esto juntos, solo quiere estar sola, y se que eso no es bueno ni sano para ella.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora