Capítulo XXXVII

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A duras penas logre dormir solo un par de horas. En la mañana desayune solo, Perrie no quiso verme. Antes de irme le hable a través de la puerta para decirle cuanto la amo y que volvería pronto, no tuve respuesta de su parte y eso me hizo sentir horrible. A mi tampoco me atrae la idea de irme, pero mi familia me necesita.

El vuelo fue largo y estresante. Uno por saber que me fui con mi mujer enojada y embarazada, y dos porque mi padre se esta muriendo en este momento por culpa de una maldita loca de que esta obsesionada conmigo y se oculta no se donde.

Perrie

Ryan cree que no. Pero a escondidas lo vi salir de la casa por mi ventana, lleve mi mano a mi vientre sintiendo que mi hijo era mi único consuelo. La pase todo el día encerrada en mi habitación, apenas si comí y lo hice por mi bebé. El saber que Ryan esta a no se cuantos kilómetros de distancia de mi me hace sentir un vacío en mi pecho insoportable. Pero se que yo me negué a verlo, así que este dolor no esta muy justificado.

Pasan los días y no se mucho del amor de mi vida. Howard a hablado por teléfono con el para saber como esta todo con su "asunto importante", solo me dice que el se encuentra bien, pienso que las cosas por allá han de estar delicadas ya que nadie me dijo exactamente lo que esta pasando.

Pasan los minutos, las horas, los días... y ya paso casi una semana desde que Ryan se fue sin decirme con quien o que va a hacer. Lo unico que se es que es algo grave, hace un par de días escuche a Howard en la oficina de Ryan hablando por teléfono con el. Su voz era grave y preocupada, solo logre escuchar que alguien de la familiar esta herido, me asuste al instante. No podía imaginarme a una de esas maravillosas personas mal herida.

Me encuentro sentada en una de las sillas del jardín trasero mirando el atardecer, durante los días además de estar preocupada, e estado aburrida. Tori siempre trata de animarme con noches de películas y charlas sobre lo que pasara con la llegada del bebé, yo pretendo escucharla ya que se que solo lo hace por mi bien, pero mi bien, y la persona que me hace bien esta a miles de kilómetros de distancia y yo sin saber nada concreto de el.

–Hey. Aquí estas. –escucho la grave y varonil voz de Sean a mis espaldas. Muevo un poco la cabeza para seguir con la mirada sus movimientos, el toma asiento junto a mi y enfoca la mirada en la maravillosa imagen frente a nosotros.

–Aquí estoy. –digo de forma afirmativa.

–¿Como estas? –esa misma pregunta me hago a mi misma cada noche antes de cerrar los ojos.

–Si te digo bien... seria una maldita mentira.

El asiente y enfoca la mirada en mi.

–Se que te preocupas, pero el esta bien. No le va a pasar nada...

–¿Recuerdas como llego tiempo después de que me trageras aquí? –digo interrumpiéndolo descaradamente antes de que comenzara a decirme todo ese discurso repetido sobre como que todo va a estar bien. Ya me canse de ese disco rayado. El asiente y se queda callado.

–Llego desangrándose, debatiendo entre la vida y la muerte. Y aun así me dices que va a estar bien. Sabiendo que no se fue con ninguno de ustedes y que esa loca anda por ahí pensando en hacerle no se que... –paro al notar que mi voz se comienza a quebrar y que las lágrimas están a la vuelta de la esquina. Sean me rodea con sus brazos para consolarme, se que el sabe que estoy sufriendo mucho desde que Ryan se fue, todos lo saben. Lo que me atormenta mas es ese insoportable sentimiento de impotencia, el saber que no puedo hacer nada, aun si no estuviera embarazada no se que es lo que Ryan fue a hacer, y eso me mata mas que nada, el saber que el esta solo en esto, somos una pareja, deberíamos resguardarnos mutuamente la espalda, el lo hace conmigo todo el tiempo, pero yo no puedo hacer lo mismo por el.

Algo Más Que Una Amante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora