7. PROBLEMAS Y MÁS PROBLEMAS.

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—Me siento como una actriz porno vestida así.
—me bajo el short que me presto Lily tratando de caminar por la acera de la casa de Julie.

—Por lo menos no tienes que usar las botas de alguien que parecía no tener rodillas. —Mia hace que todas soltemos carcajadas al mirar las botas más largas que hemos visto puestas en ella.

Silban llamando nuestra atención.
—Pues a mi gustan—Alex se mete.

Ignoro su acción y hago de cuenta como que no lo conozco apartándome de sus críticas y bajándome de nuevo el short cada que avanzo.

—Creo que hay un problemita—Lily pestañea.

Nos giramos cuando las luces por dentro de la casa de Julie están prendidas junto con las de la acera de afuera. Tenía tiempo sin venir a su casa desde que terminó nuestra amistad, sus padres son buenas personas y es por eso que me sorprende aún más que se haya comportado como una bruja. es entonces que entrecierro los ojos viéndolas desde la ventana del cuarto de arriba soltando un quejido.

—Dijiste que no estarían. —rechinó entre dientes.

—No están, es solo que aún no se van a la fiesta, pero seguro que se irán.

Arrugo la nariz ¿No están y aún no se van?

—¿Específicamente que carajos quisiste decir?
me burlo de esta y Barbara toma la palabra.

—¿Están o no están y si no están porque se ven sus cabezas desde la maldita segunda planta?

Se me queda mirando un rato y después reacciona a lo que mencionó. Todas hacemos un ¡dah! Y los chicos solo se ríen de nosotras, por supuesto no esperábamos más.

Mia interrumpe.
—En vista de los hechos mal planeados, creo que lo mejor sería que nos larguemos de aquí antes de que nos vean.

Asiento inmensamente feliz y de acuerdo con ella. Sin embargo, las otras aún parecen estar pensando lo que dijimos como queriendo seguir con esta tontería de atraco, y aunque yo vaya a arruinar el plan, eso no quiere decir que quiera que sea más mi culpa de lo que ya lo es.

—Si quieren en consejo de un chico, yo digo que esperen a que se vayan para entrar en acción.
—menciona Apolo sin que nadie le pregunte.

—No lo queremos, cierra la boca.—Mascullo escuchándolos carcajear, entre ellos a Peter.

las luces de la planta alta de van apagando quedando solo encendidas las de la planta baja. Siento adrenalina en mi cuerpo y el miedo que tenía se instala alertándome de que esto en realidad está sucediendo y casi puedo escuchar las sirenas de la policía en los oídos.

—Chicos, hora de correr.

Apolo nos advierte e inmediatamente todos se mueven a los arbustos y detrás de autos para que no sean vistos cuando Peter susurra, pero yo me quedo parada enfrente de la casa de la cual están a segundos de salir.

—¡Que rayos haces! —me sisea Barbara—¡Sal de ahí!

La ignoro todavía observando las esquinas de la casa, tiene las mismas cámaras de seguridad que antes y si no me equivoco tienen una alarma conectada al celular. Lo sé porque cuando éramos amigas vine por su cumpleaños de sorpresa y la alarma comenzó a sonar cómo una ambulancia casi al pisar el tapete de la puerta.

—¿Estás loca? Vámonos.
—llega Peter a mi lado con la respiración agitada.

—Cállate traidor—suelto con mi mirada fija en la puerta.

—¿Que? ¿Ahora de que hablas? —no respondo.
—Tienes que moverte Angie.

¿Que nunca va a callarse?
—Aléjate, o si quieres ve con tus amigas—suelto sin pensar, pero sin arrepentirme.

El club de las chicas solteras© (YA EN FÍSICO) NO EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora