9. EMPODERADAS.

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En ocasiones llegamos a creer que no nacimos para tener un amor ideal, una cita perfecta, un atardecer junto a alguien especial, o inclusive un amor de lejos. siempre todo parece estar en nuestra contra y fuera de nuestro alcance de control. Haciendo que muchas de nosotras arrastramos el pasado a nuestro presente amenazando con llevarlo a nuestro futuro.

El mundo entero nos grita que mejor nos consigamos unos cuantos gatos de compañía a nuestra vida miserable porque siempre terminaremos con un corazón en pedazos, con almas rotas, lágrimas solitarias y una gran negación al amor verdadero. ¿será que somos demasiado jóvenes para entender cuando alguien o algo no es para nosotras?

—Esto tiene que ser una broma.

observo como las chicas acosan a los chicos por mi computador a su perfil de la red después de terminar de comer pizza. Me preocupa los nombres en el centro de búsqueda, este no era el plan que estaba esperando.

—No seas aguafiestas—Karla me sisea.
—De todas formas, investigaré a Matt.

—Sí, tranquila—Mia la sigue—¿a quién te investigamos? ¿Al rubio del gimnasio? Es un chico lindo.

eleva las cejas al vaivén haciéndome hacer una mueca.

—No, yo no necesito hacer eso.

Miento sentándome en la cama mirándolas atenta. Realmente sigo pensando en el chico que casi atropellamos y en su facha de chico grosero y engreído. después de todo me tomó bastante desprevenida verlo, pero aún más que me haya dicho que me conoce de otra parte.

—Creo que encontré al chico Ang. —Barbara me toma desprevenida.

—¿Sí? ¡donde! —hablo acercándome al computador junto a Mia.

—¡Te la creíste!

se burlan haciéndome soltar un bufido molesto regresando a mi cama de un centón tocándome el pecho jugando.

—La traición hermanas.

—Creí que no te importaba—Mia suelta y cuando sonríe maldosa, respingo.

—Pues no me importa.

—Si que se notó—la rubia suelta una risita.

Karla me apunta con el dedo entrecerrando los ojos.

—A nosotras no nos vas a ver la cara, sabemos que si te agradó.

—Cierra la boca.

—Más bien quisiera a ver cerrado los ojos para no ver tu emoción hace unos segundos cuando fingimos que lo habíamos encontrado. —se ríe y yo le levanto el dedo grosero.

—Como sea. iré por un poco de helado sin sabor a amigas traidoras.—salgo de la habitación a la cocina oyéndolas pedir helado, pero eso es algo que no se merecen.

Bajo las escaleras una a una para hasta llegar a la sala principal, enciendo la luz torpe entre la obscuridad hasta llegar a la nevera para elegir que porquería me hará subir las calorías que baje hoy. Sonrió viendo un bote de helado de menta como si hubiera encontrado oro junto con un galón que contiene un poco de leche. Dejo estos en la mesa mientras abro la tapa del bote con leche buscando un vaso por toda la cocina, pero la flojera me gana, así que opto por tomarlo directo de la rosquilla.

—¡No te atrevas!

Doy un Respingo girando a ver a mi madre bajar apresurada de las escaleras con una ramera blanca cruzada de brazos. Aplano los labios volviéndolo a dejar en su lugar dando un suspiro.

—Tranquila, tomare en un vaso.

Asiente entrando a la cocina—Eso estaría genial. ¿Dónde están las chicas?

El club de las chicas solteras© (YA EN FÍSICO) NO EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora