10. OTROS PLANES.

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—¿Deberíamos estar asustadas? —Barbara pregunta, pero niego.

—No lo creó, aunque es más que obvio que algo no anda del todo bien con esa apuesta—le intento subir el cierre, pero fallo—diablos, si no sumes la panza eso no funcionará.

Intento cerrar el short de deportes antes del partido antes de que vengan a regañarnos por la tardanza., tengo casi quince minutos intentándolo, pero esta no parece inmutada por eso y se niega a creer que ha subido de peso en estos últimos meses, pero por más que lo haga el cierre dice otra cosa.

Infla sus cachetes conteniendo aire

—Sigo sin poder creer que no me cierra, ¡¿Qué maldito short de deportes tiene cierre?!

—Pues este—volteo los ojos—vamos, solo falta un poco más.

—¡Eso intento! pero no puedo ni respirar.

Elevo las cejas negando.
—Esto es tu culpa, si hubieras escogido una talla más grande no estaría aquí.

—Siempre he sido talla chica—su voz molesta me hace reír.

—¿Hace cuantos años? ¿Cuándo tenías doce? No digas babosadas—vuelvo a intentar subir el cierre, pero como la vez anterior este no cede.

Trata de soltarme un golpe cuando me rio, pero me hago a un lado evitando peleas a estas alturas del día. Las yemas de los dedos me duelen y en verdad puedo comprender la tensión, ya tenemos bastante con la nota de hoy y el partido como para batallar con un short que está fuera de nuestro control. Tiro de este más fuerte el cierre escuchando algo rasgarse. Mi boca se abre al igual que mis ojos cuando Barbara se queda quieta con los ojos cerrados soltando bastantes maldiciones por lo bajo. Su ropa interior se ha atorado junto con el cierre rompiéndolo hacendó un agujero en este, intento no reírme cuando entre respira.

—Dime que no está pasando lo que creo que está pasando—pregunta, pero en respuesta me quedo en silencio—¡Mierda! Esto es tu culpa.

—El paso de subir kilos, es la aceptación y no culpar a los demás—suelto molesto—deberías agradecer que estoy aquí en vez de largarme.

—¡Me rompiste la ropa interior!—Se aguanta un grito, pero al final lo suelta haciéndome perder la gracia.

—No lo hubiera hecho si hubieras escogido una talla más grande.

Me ignora moviendo a la pierna desesperada sin poder acelerar esto. La profesora entra encontrándonos en un momento realmente incomodo mirándonos con expresión preocupada ates de intentar ayudarnos.

—Deben darse prisa, el partido ya va a comenzar.
—se recarga en los casilleros de ropa.

—Eso tratamos, pero no puedo hacer que cierre esta cosa—le digo con esfuerzo sintiendo mis dedos entumirse de tanto esfuerzo.

Observa la escena tratando de desatorar sus calzoncillos del cierre y volver a subir para cerrar. Hace el intento de ayudarme, pero no lo logramos ni entre dos personas. esto sí que es un problema.

—Creo que tengo una talla extra en mi oficina. Voy a traerla para que se den prisa—se da la vuelta, pero Barbara la detiene.

—¡NO! Soy talla chica.

Cierro los ojos estresada.
—¡Barbara! no es pregunta—la regaño haciéndola enojar.

La profesora nos ignora caminando fuera del vestidor. La pelirroja menciona que no se piensa poner una talla extra, pero omito pelear teniendo los pensamientos ocupados y el estrés para el asunto de esta mañana ¿qué ganarían haciendo esto?

El club de las chicas solteras© (YA EN FÍSICO) NO EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora