34. HUELE A PROBLEMAS.

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La primera semana de navidad. Tiempo en familia, casas adornadas de focos brillantes. Calles con monos de nieve y niños corriendo por donde quiera. Ya huele a navidad, ya huele a mi cumpleaños, ya huele a la boda de mi padre. huele a problemas.

—A mí eso no me interesa, total que haga su vida y nos vemos en el infierno—mi madre menea la masa para hacer rollos de canela—Aparte ¿cómo chingados pensó que no vería su anillo en las fotos de Facebook?

Reprimo una risa asintiendo a todo lo que dice.
—Y adivina que seré dama de honor—suspiro—Esto cada vez se pone más interesante ¿y si mejor no voy?

—Olvídalo, es la esposa de tu padre y tienes que ir.
—me da un golpecito con la cuchara de madera.
—Si no vas ¿quién me traerá pastel?

Niego sin remedio cuando saca los roles de canela del horno. Menciona que mi padre dijo que vendría por mí en un rato y entonces solo asiento tomando todos los rollos de canela que puedo. Estoy segura que a los niños de papá les encantarán.

—Tal parece que será algo pequeño, Karen es muy delicada con esas cosas—picoteo mi malteada.
—¿Como fue tu boda mamá?

Suspira recargándose en la barra.

—No muy extravagante, obligue a tu padre a casarnos en mi país antes de venirnos a vivir aquí. Así que todo fue como esperaba. bueno, casi todo.

Me recargo en mis manos entendiendo su última afirmación.—¿Y cómo era mi padre en esos años? ¿Qué te gusto tanto para que se casaran y tuvieras que iniciar de cero aquí?

—Bueno, tu padre era un típico chico rudo y mujeriego—gesticula una mueca haciéndome reír.
—Pero déjame decirte que el carácter lo sacaste de mí, debajo de esa fachada tu padre siempre ha sido un sentimental empedernido. cuando nos conocimos recuerdo haberle dicho que era tan desagradable como una papa frita fría.

Me carcajeo—¿Eso le dijiste?

—Si, pero solo se rio y me dijo: tú y yo, nos vamos a casar—se detiene recordando—Desde entonces lo evité, pero no lo suficiente. la universidad era un cuarto de clases limitada y me lo encontraba hasta en mis sueños y después de que terminamos la carrera me pidió matrimonio.

—Y la boda fue genial entonces.

Menea la cabeza vacilando—Bueno, tuve que enseñar a tu padre a bailar antes de la boda—se ríe.
—Precia que tenía dos pies izquierdos.

Me le quedo mirando cuando se da cuenta que los recuerdos son totalmente vivientes aún entre nosotras. Sé que la boda de mi padre no le ha caído bien pero cómo siempre, lo oculta.

No me había puesto a pensar cuanto me dolía no verlos juntos años atrás, pero imagino que, aunque no lo entendía en aquel entonces, ahora entre más envejezco entiendo que mis padres no son héroes, sino simplemente como yo. Porque amar es difícil y no siempre funciona, entonces solo haces tú mejor esfuerzo para no terminar lastimando a quienes más amas.

Aplanó los Labios—Lo extrañas ¿verdad?

Mi pregunta le hace de sorpresa elevando las cejas.

—Bueno, fue mi esposo y mi primer amor, te mentiría si dijera que no—me ve—Aparte gracias a él tuve lo mejor de mi vida, que es a ti.

—Tu eres lo mejor de mi vida también—la miro asentir con los ojos llorosos, pero fingiendo espabilarse—A veces también lo extraño, a nosotros los tres juntos ¿tú no?

—En teoría extraño muchas cosas. mi gente, mi país, mi familia, todo.—me toma de la mano—Pero tú eres todo eso aquí. Tú eres mi familia, mi vida nueva, mi sol—le tomo la mano—Aunque la comida de aquí es terrible.

El club de las chicas solteras© (YA EN FÍSICO) NO EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora