46. SECRETOS TORTUROSOS Y ESTRELLAS.

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—Gracias por estar aquí.

Le hablo una vez que salimos de la ceremonia a la parte superior del lugar siguiendo a los niños que corren por todo el jardín.

—Te lo prometí y yo nunca rompo una promesa.
—eleva la comisura de sus labios pasando su mirada por mi—Estás preciosa.

Le sonrió sonrojada apretando su mano entrando al lugar repleto de luces blancas navideñas por doquier.

—Y tú te vez...—me quedo quieta observando su cabello perfectamente peinado como otras tantas veces, pero esta vez acompañado de un brillo en particular en los ojos—Increíblemente sexi.

Una carcajada sale de entre sus labios acercándose para darme un ligero beso en la sien. La pista de color blanco brillante se asoma entre las mesas con manteles rosas y grandes arreglos de flores verdes y blancas con destellos de cristales. Las chicas se carcajean en una de las mesas al rincón llamando mi atención haciéndome caminar a ellas.

Los tacones se me encajan en el césped e intento no querer quitármelos y lanzarlos debajo de la mesa continuando con mi sonrisa de felicidad falsa. Evan mira su celular volviéndolo a guardar en su saco de color arena y camisa blanca. Me ve y entonces suelta:

—Debo hacer una llamada, ahora vuelvo.

No me deja responder soltando mi mano cruzando el lugar. Me quedo quieta viendo cómo se marcha antes de regresar a mi camino con las chicas cuando estas me llaman al verme.

—Pensamos que no vendrías con nosotras.

—Pues pensaron mal—le respondo a Barbara y entonces miro a la barra—¿No han tomado nada?

Mia niega—Estábamos esperándote.

—Y ahora que ya llegaste creo que es momento de hacer la embriagación—Barbara se pone de pie—Por cierto ¿y tú macho?

Volteo a por donde se fue hace un rato sin éxito alguno. Elevó los hombros sin más viendo a Barbara ir y llegar con unos caballitos de tequila y margaritas soltando un par de risas emocionadas. Le agradezco tomando el vaso morado entre mis manos en ansiosa y desesperada. Quisiera saber el para qué ir a hablar a otra parte por teléfono, pero entiendo que por la música no puede hacerlo aquí sin tener que cubrirse los oídos.

—Señoritas—escucho sintiendo la silla a mi lado moverse.

Pablo se sienta con una sonrisa en sus labios paseando sus ojos por mí. Trae un traje negro elegante en conjunto con una camisa azul.

—Dios, te vez increíble—me alaga.

Le sonrió—Tu no te vez nada mal.

—Hola Pablo—Barbara salta sonriéndole.

Mia no le quita los ojos de encima al castaño y Brent no se los quita a Mia como en una cadena de incomodidad. Este les saluda amable encorvándose más al frente, tanto que puedo sentir su hombro chocar con el mío, pero le ignoro cuando empiezan a hablar sobre el baile de graduación arruinándome el momento.

—¿No recibieron el correo?

—¿Cual correo? —arrugó la nariz y Mia sigue hablando.

—Sobre el baile, será en Año Nuevo.

—¿Eh? ¿Por qué? ¿quién dijo?—todos en la mesa me ven cuando me sorprendo y la rubia se ríe.

—Ang, tú lo organizas y no sabes ni quiera que día es. escuché rumores de que sería mejor en año nuevo para hacer una nueva tradición—ve a Brent.
—No irás conmigo al baile ¿verdad?

El pelinegro se tensa viéndola sin responder. La música suena y entonces todos en la mesa prevemos entender menos Mia. Esta niega soltando un chillido poniéndose de pie y saliendo del lugar. Brent rueda los ojos haciendo lo mismo llamándola, aunque esta no responde haciendo su noche de drama, la cual no me sorprende dada la cercanía del baile.

El club de las chicas solteras© (YA EN FÍSICO) NO EDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora