Capitulo 40

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-Te amo - le aseguro, limpio su rostro - pero lo que me dijiste me dolió.

-Lo siento, yo no quería decirte eso - se disculpa.

-No lo querías decir, pero lo pensabas y eso es lo que me duele más, que pensarás que yo era una mujer que se follaba aquien pasara delante de mí -no era así - Leandro, yo era soltera y no tenía ningún compromiso con nadie y si es verdad me acostaba con varios hombres que atraían, pero era solo sexo, estoy contigo ahora jamás te engañaría, lo que pasó con Renée ni siquiera sabía si paso y paso yo ni el lo hicimos concientes - le explicó.

-Lo se, no tienes que explicarle nada.

-No, lo que quiero que entiendas que mi pasado lo que era, era antes de tí, que ahora lo único que necesito es estar a tu lado, no  nesecito a nadie más, tu me llenas no necesito acostarme con nadie más.

-Lo se, perdón - susurra contra mis labios.

-No quiero irme, no puedo te amo - susurro contra sus labios - lo vamos intentar vale - el asiente y lo beso.

Sus labios lo extraño tanto, es como si no lo hubiera besado en años, siento como una corriente atravesara todo mi cuerpo.

(...)

Ya estoy en casa, estoy usando un collarín, el accidente no fue tan grave, Leandro no se a separado de mí, atraído el trabajo a la casa.

Ahora lo observó está trabajando n su despacho, doy media vuelta y regreso a la habitación, no quiero molestarlo. Entró estoy aburrida, me paro en frente en el espejo alzó mi blusa y puedo observar mi pequeña barriga  casi no se nota.

Buscó en el cajón del velador de Leandro algún libro para leer, siempre tiene uno, abro el cabo y no encuentro nada, pero entonces veo, aquel anillo que me dió hace tanto tiempo, lo cojo todo empezó así, el quería una mujer obediente, leal que fuera solo de él.

Soy eso execto lo de obediente, y entonces qué hago con él, le pedí que confiara en mi, pero él siempre fue así dominante así lo conocí y así me enamoré.

Entonces se sonrió al saber loque tengo que hacer, lo que siempre debí a ver hecho.

(...)

Hoy a pasado exactamente dos días sin usar ese collarín, me estoy arreglando para una noche especial. Me coloco un vestido de color negro, con una manga corta y una larga, es elegante y sensual a la vez, dejo mi cabello suelto y me maquillo poco, pero me coloco un labial rojo que realza el maquillaje.

Salgo de la habitación, bajo las gradas y ahí está Leandro con un traje gris esperándome con una sonrisa.

-Te ves presiosa - sonrió - tu vientre está cada vez más grande  - me dice mientras me lo acaricia, es verdad cada día crece más.

-Lo se, en unos meses voy estar gorda - le digo con una mueca.

-No importa yo aun así te seguiré amando - le doy un beso - ¿A donde vamos?.

-Sígame señor - le digo y lo llevo al patio trasero, en el mismo lugar en donde pidió que fuera su esposa. Ahí es donde está todo listo para una cena romántica.

Nos sentamos, conversamos y disfrutamos de la cena, al finalizar saco el anillo que me dió el cuando yo era su sumisa y se lo enseño.

-¿De donde lo sacaste? - me cuestiona, sonrió.

-Me lo diste, cuando yo acepté ser tu sumisa - le digo.

-Eso ya lo sé - me dice obvio.

-Hoy quiero que me lo pongas - le digo, el junta sus cejas.

Kathia -No confundas el placer con amor- (+18)--@BlueRoseAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora