Capitulo 20

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Ha pasado un semana  desde aquella noche, Leandro no han cambiado en nada desde aquella noche.

Hemos tenido un día largo. Termino de revisar algunos documentos, cojo varias carpetas nesecito que firme Leandro.

Salgo de mi oficina y voy la suya, toca la puerta y entró cuando escucho el pasé.

Está usando un traje azul, sus ojos del mismo color me atrapan observan cada paso que doy hasta llegar su escritorio.

-Nesecito que me firme estos documentos, señor-le digo y le doy las carpetas.

-Claro-dice con una sonrisa, y las coje. Firma los documentos me los devuelve.

Su mirada va a mi cuerpo, lo recorre sin pudor hasta que se conectan hasta mis ojos.

-Esta noche te quiero en mi casa, vamos jugar un poco-me ordena con esa voz que me encanta.

-¿Jugar?-Susurro.

-Si, invite a un amigo-dice- o quieres a Octavio-dice un poco molesto.

-Usted elige señor-digo nerviosa.

-Te veo esta noche-me dice se levanta se acerca a mí y sus labios van a los míos.

Me besa con pasión, asiendo que mi cuerpo se estremesca, gimo al sentir sus manos en mi pecho. Sus manos siguen bajando hasta llegar a mi sexo, sus dedos tocan mi sexo y jadeo disfruto de su toque.

Sus labios bajan a mi cuello, a mi pechos mi cuerpo hierve de placer, sus labios vuelven a mi cuello y susurra en mi oído.

-Esta noche vas a disfrutar mucho más-me susurra y se aleja de mí de golpe.

Siento un vacío completo y un quejido sale de mis labios.

-Te veo esta noche-me dice, me levanto cojo las carpetas y salgo de la oficina.

Termino de trabajar, voy a mi casa para arreglarme. Me doy una ducha, refrescante este último tiempo estado estresada, mi pasado a estado volviendo a parecer. Rodrigo que será de su vida, se habrá casado tendrá hijos, familia.

Salgo de la ducha y me cambio de ropa y me arreglo. Salgo de mi casa, cojo de mi auto y voy al apartamento de Leandro.

Llegó a su edificio, aparqueo mi auto y subo en el ascensor, coloco el código y subo.

Las puertas del elevador se abren, me bajo y entró no veo a nadie a la vista. Asiento mi bolso en en una mesita, camino adentrándome más al apartamento, pero no veo a nadie.

Camino hasta que veo una puerta un poco abierta, llegó y veo a la última persona que quería ver en mi vida.

-Leandro-suplica Vanesa- Para-observo como Leandro besa su cuello.

¿Que hace Vanesa aquí? ¿Que hace Leandro con ella? Siento algo en mi pecho, observó como las manos de Leandro recorren su cuerpo, baja el cierre del vestido sus labios siguen por su cuello, mientras ella gime de placer.

Mientras Leandro continua besando su cuello, nuestros ojos se topan, sus ojos azules me fulmina con la mirada y avanzó a entender la palabra de sus labios.

-Vete- y se que es una orden, asiento camino de espalda, hasta que me tronpieso con algo asiendo caer un garrón al suelo.

Este se hace trisas al instante y una tremenda bulla, mierda- susurro, escucho los pasos de ellos, me volteó y salgo corriendo de ese lugar. Llegó al ascensor y presiono el botón, para que las puertas se abran, pero no la hacen.

-¿Pero que pasó?-Oigo que dice Vanesa, alterada.

-Nada, tranquila vamos-le dice Leandro, no escucho más las puertas se abren, suena ese maldito timbre cojo mi bolso y entró al ascensor presiono el botón.

-¿Que pasa?-Grita Vanesa, las malditas puertas no se cierran, me doy vuelta para que no vea mi cara-¿Quien es esa mujer?-Es lo último que escucho hasta que las puertas se cierran.

Vanesa, que hacía aquí y con Leandro, de donde se conocen. Ese maldito dolor en el pecho no desaparece, porque mierda siento esto.

Bajo del ascensor y subo a mi auto, manejo dirección a mi casa, pero mis ojos se llenan de lágrimas, estaciono mi auto a un lado y lloró, no se porque pero lloro.

Y así es como pase toda la maldita noche, llorando sin nisiquiera saber porque.

Hoy es Sábado, ya va medio día y aún sigo metida en la cama con las malditas imágenes de Leandro y Vanesa, la forma en como la besaba. El sonido de mi móvil me distrae,lo cojo rápidamente pensando que es Leandro, pero no es Octavio.

-Bueno-digo.

-Abre la puerta de tu casa-sin más me cuelga, pero que pasó.

Me levanto, y bajo corriendo al primer piso, abro la puerta y ahí está Octavio.

-¿Que pasa?-Le pregunto.

-Nada-digo como si nada y entra a mi casa- Te traje el desayuno.

Cierro la puerta y voy tras de él, saca comida de una bolsa. Y la sirve.

-Anda siéntate come-me dice, el toma asiento y come, lo miro sin entender.

Me siento en la mesa y caminos en silencio, cuando trato de hacerle la conversa me dice que coma. No me termino de comer todo.

Estamos sentados en la sala, desde el sillón en el que estoy sentada puedo ver a Ocatvio.

-Leandro-rompe el silencio- el me dijo lo que pasó anoche.

-Y ¿que pasó anoche?-Le cuestionó , porque demonios Leandro le dijo a Octavio.

-La cita de juego era conmigo, por eso lo sé-me explica- claro que yo no rompí un garrón.

-Estaba ahí-susurro.

-Si.

-Ella, ¿Quien es?-Le cuestionó, el me mirá.

-No sabes quién es-me pregunta dudoso.

-Algo, la conocí hace años pero a lo que me refiero es a su relación con Leandro-me explicó.

-Ella bueno, eso es lo que te venía decir-me dice nervioso.

-¿Que?.

-Me vas a odiar lo sé, pero yo pensé que lo de ellos ya había terminado-me explica.

-Vamos habla de una vez-dice digo nerviosa y alterada quiero saber, pero se que lo que voy a oír no me va gustar.

-Vanesa es la esposa de Leandro-al escuchar esas palabras siento, ese maldito dolor en el pecho otra vez, mis ojos se llenan de lágrimas.

-¿Esposa?-Susurro,asiente con la cabeza siento como mi sangre hierve-¡Es casado!.

-Si-dice con una mirada de disculpa.

-¡Me llevaste a follar con un hombre casado!-le digo furiosa y con llanto- ¡dejaste que involucrarse con él!, ¡joder Octavio!

-Lo siento-se disculpa se acerca a mí- pero creo que se habían divorciado, pero no.

-Y me lo dice ahora-le reclamo.

-Dime algo, ¿Por que lloras?-Me dice esta arrodillado delante de mí.

-No lo sé, he pasado llorando todo la maldita noche y no se porqué-Le digo.

-Vanesa de donde la conocés-me cuestiona curiosos.

-Ella era mi mejor amiga hace tiempos-le digo, limpio mis lágrimas- Casado-digo todavía sin creerlo- Pero porque te mando a ti, para que hablar conmigo.

-Leandro, me pidió que te te dijera que el contrato termino-estas palabras si que son un puñal en mi corazón, ni siquiera se digno en decírmelo​ él, mando un mensajero para decírmelo maldito cobarde y mentiroso de mierda.

Kathia -No confundas el placer con amor- (+18)--@BlueRoseAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora