Prólogo

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Recordar la cara de Eric cuando se enteró que no jugaría y la felicidad que sintió Damián cuando le dijeron que él sería su reemplazo era como si Dios lo estuviera premiando después de tanto sufrimiento, no le gustaba el premio preferiría no haber jugado si a cambio recibiría una puñalada en la espalda de la persona de la que estaba enamorado pero viendo las opciones, no se quejaba de los resultados a su favor.

Una vez que le dijo que se había follado a Emma trato de golpearlo, quería descargar la ira que sentía ojala en su cara y que se arrepintiera de lo que había dicho, mas bien esperaba que en algún momento le dijera que todo se trataba de una broma y sin embargo eso jamás sucedió, lo que le daba a entender que realmente si pasó, pero como siempre Adam se interpuso en su camino defendiendo a Eric quien contenía su rabia y decepción y después sólo se marchó.

- ¡¿Tu sabías de esto?! - le gritó a Adam agarrando el cuello de su camiseta.

- No es el momento Damián - se suelta de su agarre con toda la calma del mundo.

- Es obvio que lo sabías, si ya parecen la pareja del año. ¡¿Por qué dejaste que me vieran la cara?! ¡Yo también soy tu amigo! - No sabía si lo decía con irá o con pena por saber que su amistad con Adam había llegado a su final.

- No creo que sea necesario hacer esto ahora.

Adam trataba de no perder la calma porque a pesar de todo, a pesar de que se había vuelto casi hermano con Eric, Damián seguía siendo su amigo y a su vez, el hermano de su novia, la chica de la cual estaba enamorado.

- No habrá otro momento Adam, dime si lo sabías y después puedes correr tras el bastardo - lo toma del brazo con apenas un poco de fuerza.

- Sí lo sabía, pero juré que no iba a decir nada y soy un hombre de palabra.

Se da media vuelta y corre en dirección en la que habia desaparecido Eric, porque ahora él era más que un compañero de equipo, era su amigo y él no abandonaba a los amigos.

Cuando vuelve la vista a sus compañeros se queda pensando si algún otro sabe pero ya no valía la pena seguir haciendo el ridículo siendo material para la tropa de idiotas.

- ¿Eric y Emma? Nadie se lo hubiera imaginado.

Los comentarios no se hacían esperar, que Eric estuviera en secreto con la novia de su compañero de equipo era algo de lo que se podía chismorrear.

- ¡Los cachos que debe tener Damián! - se reía Bruno, con quien apenas y cruzaba una palabra en su diario convivir.

- ¿Cuál es tu maldito problema? - trata de lanzarse sobre él y reventarle su nariz de un puñete pero es Josh quien se pone justo en el medio de ambos y se lo lleva casi arrastrándolo del brazo hacia otro lado para que terminará todo este conflicto de una vez por todas.

- ¡Lo siento viejo! - le dice - si yo hubiera sabido te lo hubiera contado, pero no tenía idea - palmea su espalda como si eso fuera un puto funeral pensaba Damián mientras agarraba su cabeza con fuerza.

Estaba enojado con todos, y aunque Josh no tenía la culpa de lo que su novia había hecho, los odiaba a todos por igual. Estaba decepcionado, no creía que Emma fuera capaz de fallarle, no de esa manera, no cuando el había sido capaz de entregarle su corazón porque estaba seguro de que era correspondido.

Cuando el entrenador ve que Adam ha salido corriendo tras el imbécil se pone bastante molesto, observaba a sus jugadores que estaban a punto de entrar a la cancha y que todo estaba hecho un lio  y a la vez se veía decepcionado, realmente estaba decepcionado con Eric, los miraba con autoridad, se suponía que deberían estar pensando en lo que se viene de aquí en adelante y en vez de eso, todos andan pendientes de Eric.

La oportunidad de Damián #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora