41._ Pérdida

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Emma...

Eric me espera en la salida para ir a comer, tal y como le había confesado a Damián quien con una tristeza enorme en su rostro me confesó que ya se había resignado, ahora éramos oficialmente novios y aunque no me sentía bien del todo en el fondo me siento feliz, esto es lo que quería, esto es lo que quiero, aunque eso no significaba que iba a hacer cosas delante de él, le había hecho tanto daño desde que había empezado el año que ya no tenía cara para mirarlo a los ojos.

Empezaba el último campeonato pero sin duda ya no era lo mismo, no estaba contenta, nadie estaba contento.

Mi celular vibra en mi bolsillo, cada día se me hacía más difícil andar, mis pies se comenzaban a hinchar un poco y mi espalda cada día sufría más que el día anterior, siempre habia sentido mi cuerpo ligero, que podia moverme a mi antojo y ahora todo lo tenia que hacer de forma meticulosa y aún no tenía esa panza desbordante bajo mis senos.

- ¿Qué pasa? - contestó al ver el nombre de Jenn.

- Damián tuvo un accidente Emma, tienes que venir.

- ¿Qué estas diciendo? - le pregunté aunque había escuchado pero por un momento pensé que podía ser una broma - ¿Cómo que un accidente?

- ¡Qué vengas Emma!

No lo pensé dos veces y corrí hacía el estacionamiento a una velocidad que ni yo sabía que podía alcanzar en este estado.

Sentía dolores justo bajo mi vientre pero no quise tomarle importancia porque si Damián había tenido un accidente habia sido por mi culpa.

Como pude llegué al estacionamiento con la respiración demasiado acelerada y mi corazón latiendo bajo mi pecho a una velocidad que sentía que se me saldría por la boca en cualquier momento, mi bolso rebotaba en mi pierna cuando Eric me ve llegar abriendo mucho los ojos.

- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué vienes corriendo así?! Estas loca...

- Damián... - dije tratando de recuperar el aire - tuvo un accidente, Eric, tienes que llevarme al hospital ahora - era prácticamente una orden mientras trataba de tranquilizar mi pecho que subía y bajaba.

- ¡Pero no puedes correr así! - Estaba molesto pero tratando de ayudarme a recomponer mi respiración - es un embarazo de riesgo Emma - me sujetaba por la espalda.

- ¡Es mi culpa! - le dije con desesperación cuando noté que no me comprendía lo que sentía en realidad dentro de mí - le dije que estaamos juntos y dijo que estaba bien pero no estaba bien, debi suponerlo, llevame ahora por favor - me subo a su auto sin esperar una respuesta de su parte.

Da la vuelta por delante del auto para subir y desde mi asiento podía ver la furia en sus ojos, cuando abre la puerta y luego la cierra con fuerza ignorando que es su bebé, amaba este auto y lo cuidaba como si fueran sus pelotas.

Me da una mirada cargada de irritación y pone el auto en marcha negando con la cabeza.

Pasaban los minutos y sentía que iba arriba de una tortuga, se estaba demorando demasiado y quería llegar lo más pronto posible y este dolor que no me dejaba tranquila en ningún momento comenzaba a hacerme enojar.

- ¡¿Quieres bajarte de la maldita tortuga y conducir más rápido?!

- No puedo ir más rápido - Ni siquiera me mira, era cierto que íbamos demasiado rápido pero para mí no era suficiente.

Si algo le pasaba a Damián, Julieta no me lo perdonaría, en realidad ya no éramos amigas pero siempre pensé que su rabia en algún momento iba a pasar, ahora tenía dudas de si ese algún día llegaría.

La oportunidad de Damián #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora