24._ falsas felicitaciones

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Emma...

- Hola - me saluda Eric un poco nervioso mientras se rasca su nuca y pasa sus manos por su cabello un par de veces tratando de disimular el no saber como reaccionar ante mí.

- Hola - le respondo con apenas algo de voz.

¿Cómo puedo ser tan mala? ¿Cómo tengo el descaro de hablarle después de todo lo que le he hecho? Que le sigo haciendo.

- Quería... - traga saliva con dificultad, haciendo un esfuerzo para que no le tiemble la voz - yo queria... felicitarte por tus bebés.

- No es necesario, se que no estás feliz.

- No, no estoy feliz - mira a su alrededor y luego fija la vista en mi, en mis ojos - Estas matándome lentamente con todo lo que haces ¿Lo sabes, no? Y llegará un momento en que mi corazón va a estallar y no creo poder recoger cada pedazo... - bota el aire con fuerza - No tiene caso que siga siendo sincero, tu vida está varios escalones más arriba y no creo poder alcanzarte.

Pobre, es un hombre abatido, destruido y todo es mi culpa. Podría acabar con todo su sufrimiento y hacerlo bailar arriba de la mesa pero soy egoísta y sólo guardo silencio pensando algo que responder para no terminar de romper su corazón.

- ¿No vas a decir nada?

- ¿Qué vas a querer? - es lo único que se me ocurre decir.

Eric me observa entre dolido y enojado. No había nada que decir en este momento, este no era el lugar para decirle a alguien que iba a ser papá.

- Whisky.

- ¿Whisky? ¿No es algo fuerte para ti?

- Sólo dame el puto whisky ¿Si? - Sus ojos azules se habían vuelto un tormento desde hacía mucho tiempo, su mirada penetrante que alguna vez expresaba amor, que reflejaba en ellos los momentos mas bellos vividos y que cada día se volvía más y mas fría, ese no era él y dolía mucho.

Le paso el vale de canje para que avance hacia la barra y que le sirvan su trago pero se queda mirándome a medio camino.

- Te vez muy bonita, siempre has sido la más hermosa de todas.

- Gracias, Eric - le digo en un susurro aunque ya no está para escucharme.

De reojo veo a Adam quien me observa decepcionado, su amigo lo estaba pasando mal y yo lo estaba obligando a mentir también, ¿Que clase de amiga era? debería tener las agallas para decirle.

- Adiós, Emma - me dice ya con su vaso en la mano.

Lo observo mientras se aleja para ir a hacerle compañía a Adam y desvío la mirada hacia otro lado porque comenzaba a sentirme una psicópata.

Selene me está viendo con cara de lástima pero no por mí, por él, porque ya todo el mundo podía notar su tristeza, así que sólo vuelvo a desviar la mirada al frente ignorandolos a ambos

La noche se pasa rápido y debido a que Damian no viene por mí, me veo en la necesidad de recurrir a Bill.

- ¡Bill! - Le grito antes de que se le ocurra irse - ¿Podrías dejarme en mi casa?

- Claro, me voy en diez minutos - me responde ordenando las últimas sillas.

Cierro la caja ya cansada, ya me habia encargado de cerrar las ventas y hacer todo antes de levantarme de mi asiento y ponerme la chaqueta para irme a casa.

Una vez en el auto de Bill me acomodo prendiendo la calefacción y cuando él se sube se frota sus manos para calentarlas con la temperatura de adentro.

La oportunidad de Damián #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora