Eric...
Estaciono mi auto frente a su casa esperando a que alguien salga a recibirme.
Toco el maldito timbre una y otra vez hasta que Rosa se asoma por la ventana para ver quien llama con tanta insistencia.
- ¿Qué quieres, Eric? - se apoya en la puerta de mala gana.
- Hola Rosa, necesito hablar con Emma...
- No está - me interrumpe .
- ¿Cómo que no está?
- Salió en la tarde y no ha vuelto ya no habla conmigo, ni menos con su abuela... Está fuera de control ¿Desea dejarle algún recado? - me habla educadamente como si fuera una persona a la cual no conoce.
- No, gracias.
Cierra la puerta y yo me meto en el auto esperando a que regrese de donde sea que ande metida.
Había decidido darle su espacio para que pudiera recuperarse sola, porque así lo quería, porque la conocía tanto que si quería mi consuelo hubiera aparecido en la puerta de mi departamento hace muchos días atrás.
Emma llega cuando ya han pasado como cuarenta minutos y se detiene frente a la puerta del jardín.
La observo sacar su casco y soltar el cabello mientras mueve la cabeza de un lado a otro, siempre es tan bonita, tan sensual.
Me bajo para ir en su encuentro y cuando me ve sólo se limita a mirarme en completo silencio, como si haber desaparecido fuera de lo más normal.
- ¿Qué pasa, Eric? - me pregunta mientras se baja de su moto.
- Necesito decirte algo importante.
- Te escucho - se queda frente a mí cruzandose de brazos.
Quería agarrar su cara con mis manos y empujarla hacía mí hasta que no hubiera distancia alguna entre nosotros, quería subirla a mi auto y llevármela a mi departamento hasta que cambiará esa cara de enojada que siempre tenia.
La echaba de menos, extrañaba su voz y su aroma ¿Por qué todo es tan difícil?
Como si me hubiera leído el pensamiento se acerca a mí muy despacio hasta que nos quedamos mirando a unos escasos centímetros y agarra mi nuca con ambas manos y me obliga a bajar la cabeza hasta que apoya sus labios sobre los míos.
Huele a alcohol pero se nota que no ha tomado lo suficiente, no seria tan tonta de conducir si sabe que va a beber.
Sus labios se mueven muy despacio, su lengua abraza la mía con lentitud y cuando se separa me sonríe pero no me suelta de la nuca.
- Te extrañé - me dice tímidamente.
- Yo también, ven - la tomo de la mano y la llevo hasta la salida de su jardín.
Una vez que nos apoyamos en el capó de mi auto me armo de valor para decirle por qué había venido, no quería hacerlo pero era obligación que se enterara por mí y no por otros.
- Me tengo que ir - le suelto de repente.
- ¿Dónde?¿Vas a salir con Adam? - Me pregunta mirando a todos lados en la calle buscando a Adam por si está escondido detrás de un árbol o de un matorral
- Me tengo que ir a Inglaterra, Emma - gira su rostro para mirarme con seriedad.
Nunca supe lo que pensaba porque su rostro jamás decía nada y en cambio el mío decía todo, odiaba esa facilidad que tenía para pillarme en cada mentira, cuando estaba molesto o triste.
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La oportunidad de Damián #2
Novela JuvenilEmma ha decidido vivir la vida loca junto a Aaron hasta que considera la posibilidad de volver con Damian dandole la oportunidad que tanto tiempo ha estado esperando desde del regreso de Eric. Esta es la oportunidad de Damián para retomar su relació...