10._ La vida es bella.

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Damián...

Paso a buscar a Emma a su casa porque así lo había hecho antes que llegara Eric y si vamos a empezar de nuevo, esto es lo que solía hacer a diario.

La veo salir radiante de su casa y avanzar por el jardín como si no existiera nada más bonito que ella en el planeta y si me lo preguntan, definitivamente es lo más bonito que puede existir.
Sus caderas que se mueven con cada paso que da hacía mi dirección mientras observa ambos lados de la calle para cruzar, se notaba su alegría, la que creí, había perdido por culpa de Eric.

- Hola hombre sexy - me saluda cuando llega a mi encuentro.

- Hola, bonita.

Me despego del capo del auto para rodear su cintura con ambas manos y besar sus suaves labios que hoy están pintados de un color rojo muy fuerte.

Sus labios se juntan con los míos y su lengua que envuelve la mía y no puedo dejar de pensar que sus besos sanaban mi corazón herido, que sus caricias juntaban cada pedazo de este y los volvía a unir y entonces, mi corazón estaba sanado de una manera muy efectiva, que me sorprendía que tan sólo su roce hiciera milagros de tal forma que ya no pensaba en lo que me había hecho sino que en lo que podíamos hacer.

- Que buena calidad este nuevo labial - pasa su dedo por mi labio y me muestra el dedo limpio - ¡¿No es genial?!

Una vez que la suelto avanza hasta adentrarse en el que sabe es su asiento y saca unas hojas que había guardado ayer.

Cuando pongo el auto en marcha gira su cuerpo no sin antes poner el seguro de la puerta y apoya sus pies sobre mis piernas mientras lee sus apuntes.

- Bonita vista - Me dice levantando sus cejas una y otra vez de forma provocadora.

- Lo sé - me río.

- Tengo prueba de historia y luego de eso no me toca clases hasta después de almuerzo, yo digo que nos arranquemos a la playa más lejana que haya y nos entretenemos un rato ¿Qué te parece?

Recuerdos, eso es lo primero que se me viene a la mente.   El tequila, la brisa,  sus torpes besos en estado de ebriedad...

Con su espalda apoyada en la puerta se con seguridad que me observa, es cosa de levantar la vista para que me sonroje y sé que parezco un niñato pero esa facilidad de ella para ponerme nervioso hasta el día de hoy me sigue sorprendiendo.

- Me parece una buena idea.

Fijo la vista al frente muy rápido pero siento su mirada sobre mí por un rato hasta que decide leer sus apuntes.

Con la cancion Levitate de Imagine Dragons de fondo Emma mueve su pie al ritmo de la música mientras lee su cuaderno y de vez en cuando me mira con picardía cuando me pilla observandola en silencio.

- Déjate de leer, mejor canta y ríe un poco, la vida es mucho mejor con música - Le quito el cuaderno y lo tiro al asiento de atrás.

- ¡No... - grita cuando suena el cuaderno al caer y una hoja rasgarse - lo tires! - termina la frase resignada.

- Ya lo hice - me río y vuelvo a poner la vista en el camino.

Le sube el volumen a la radio y se pone a cantar, más bien gritar y matar la canción.

- ¡You're my shooting star, you make my heart ascend...!

- ¡¡¡ La la la la la la la la la la la la la la, Just levitate, just levitate
La la la la la la la la la la la la la la
Just levitate, just levitate !!!

Me uno a su canto totalmente desafinado pero ver su risa me llena más que el dolor que siento en mis oídos.

El camino a la facultad por primera vez en mucho tiempo se me hace agradable, ya no habían trayectos silenciosos en los que me pasaba pensando en que estaría haciendo Emma y si se había encontrado con Eric en algún pasillo.

La oportunidad de Damián #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora