40._ Tu felicidad.

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Damián...

- ¿Cómo estás? - me pregunta cuando ya nos hemos acomodado en la galería.

- Bien, mi abuela se enteró de mi embarazo y no salió tan mal, pudo haber sido peor.

- Me alegro por ti, tu abuela jamás te daría la espalda.

Apoya su cabeza en mi hombro mirando directo a la cancha frente a nosotros, le doy un abrazo de esos que solíamos darnos a menudo, estaba mas delgada, apoyo mi mano en su hombro y la acerco a mí con suavidad.

Hace tiempo no nos abrazábamos así y lo entiendo, a pesar de todo era difícil ser amigo de la persona de la que estas enamorado, no podía culparla por esto pero sin embargo la echaba de menos.

- Se aproxima el otro campeonato y parece que estoy en la nómina.

- ¿En serio? Eso es muy bueno pero no te vez tan contento.

- No tengo ganas de andar riendo como idiota, porque no tengo motivos para eso pero sí, estoy contento.

Tenía miles de dudas respecto a ella, su embarazo, su carrera y sobre él.

- Adelante, quieres saber algo ¿verdad?

- Si es porque vienes con Eric, la verdad ya estoy resignado.

- Estamos saliendo... oficialmente.

No voy a negarlo, me duele escuchar aquellas palabras pero era algo que ya veía venir. Sólo una persona estúpida no se daría cuenta que están hechos el uno para el otro y ese era yo.

Desearía ser yo el que este en aquella posición, deseo que Emma sea feliz con quien haya decidido hacerlo.

- Que bueno Emma, en serio... No pienses que estoy mal, osea tampoco voy a saltar en un pie pero si tu eres feliz...

- Si, pero quiero que sepas que yo sigo estando aquí, para lo que quieras.

- Si, lo tendré en cuenta cuando necesite un concejo para conseguir a alguien - me salió entre sincero y con sarcasmo porque tampoco voy a pedirle un concejo a ella sobre como follarme a una chica y si es que estaba preparado para otra chica.

Esperé tanto tiempo por ella que jamás me detuve a pensar en otra chica, jamás se me paso por la mente alguien más porque estaba ciegamente enamorado de ella, estoy enamorado de ella, y quería enamorarme otra vez, de alguien que no fuera ella pero es casi imposible, de verdad duele el no poder ni siquiera mirar a otra chica con los mismos ojos que la miro a ella por más que lo intento.

- ¿Desayuno? - me pregunta cambiando el tema.

- Tengo que hacer unas cosas pero en otra ocasión podría ser sin ningún problema - finjo ver la hora en mi celular.

Me levanto de su lado dándole un beso en su mejilla, su rostro esta algo pálido y ojeroso, pero sin embargo sigue siendo la misma chica de la que me enamoré la primera vez que la vi, con aquel pelo verde que se diferenciaba de los demás y esa sonrisa que según me decía julieta, no siempre formó parte de su rostro.

Podía recordar todas y cada una de las veces que la bese antes de irse a España, puedo recordar cada detalle de su cuerpo al que he tenido acceso y hoy sólo forman parte de mis recuerdo más felices.

Ya no había vuelta atrás, ya no había forma de que fuera mía otra vez, la había perdido y está vez para siempre. Había formado parte de su pasado, podia decir que habia sido amado por ella en el pasado, había sido la única con la que había sido capaz de abrirme y no podía olvidarla así como así, no mientras estuviéramos en el mismo lugar y tuviéramos los mismos amigos.

- Adios Damián, nos vemos luego.

- Adiós, bonita.

Sonaba más a una despedida real, por algún motivo sentí ese nudo en la garganta cuando sientes que todo tu mundo se está cayendo a pedazos y no tienes un lugar de donde afirmarte y no puedes evitar caer al abismo.

La amaba tanto que era capaz de hacerme a un lado con tal de que por lo menos ella fuera feliz y no quería quedarme ahí para que ella pudiera ver lo destruido que me veía o me sentía.

Ya no quería dar más pena y asi Emma podría continuar con su vida sin preocuparse por mí porque eso era lo que siempre hacia cuando estaba cerca de Eric, preocuparse si yo aguantaba tal escena de amor de ellos, si mi cara se desintegra cada vez que los veía y lo cierto es que me desintegraba entero pero por dentro y ella no podía verlo.

Avanzó hasta mi auto apretando el celular con fuerza porque es lo único a lo que puedo aferrarme por ahora con mi rostro húmedo.

Me meto en mi auto y me aferró al volante con fuerza y no me doy cuenta que son mis lágrimas las que caen de mis ojos cuando ya se me hace imposible aguantar los espasmos que hace mi cuerpo y lloro de forma sonora con gemido de por medio como un patético mientras mi cuerpo da pequeños saltos cuando los trato de aguantar, sorbiendo mi nariz sin poder evitarlo.

¿Que había hecho para que todo esto me pasará a mi? ¿Había sido tan malo en mi otra vida y este era mi castigo? ¿Acaso me merecía esto?

Tiro mi celular en el asiento del lado y dejo salir cada uno de los gritos que tengo atorados en mi garganta, era hora de ponerle fin a mí sufrimiento.

Vuelvo a apoyar los brazos en el volante y escondo mi cabeza en ellos y me siento desesperado por ir tras ella y rogarle que no me abandone, que sin ella me es imposible continuar. Quizás sea una exageración, que ella no esté conmigo no significa que ya no pueda respirar o que me doleria el cuerpo o que simplemente sangraria hasta quedar vacío, pero ¡joder! Dolía como la mierda y ya no quiero más.

Pongo mi auto en movimiento y conduzco hasta aquella playa en la que me llevó aquel día. Quería subir aquellas rocas y dormirme en ellas bajo el fuerte ruido de las olas y olvidar por un segundo la miserable vida que tenía.

Acelero el vehículo porque quiero llegar luego, quiero pensar en mí y también en ella...

Mi celular vibra en el asiento y lo observó desde lo que me alcanza la visual, debe ser Emma, no creo que nadie más se diera tiempo para mí.

Últimamente me estaba sintiendo solo, Eric se había llevado a mis amigos también y me estaba sintiendo abandonado.

Papá y mamá me habían llamado casi todos los días preguntándome si estaba bien ya que Julieta les había hablado de mi ruptura con Emma. Les había hablado mal, los había gritado por primera vez en mi vida y me arrepiento de eso, ya habría un tiempo para pedirles perdón.

Adam se había aliado con Eric y Cris se fue siguiendo al capitán. No era una batalla lo que haciamos pero nuestro odio hizo separar nuestro grupo y ya estaba claro quien se habia llevado la mejor parte.

Josh era el único que me quedaba y entonces paso lo que todos sospechábamos, Jenn y él se pusieron de novios y prácticamente pasaban todo el tiempo juntos.

Miro la pantalla del celular y es Julieta quien me está llamando, no quiero hablar con ella, no quiero hablar con nadie.

Levanto la vista hacia el camino pero ya no hay camino, lo único que veo es una muralla de concreto de lo que parece ser el costado de un edificio y ya no tengo tiempo de reaccionar.

En sólo unos segundo siento el impacto del vehículo contra la pared y puedo sentir mi cuerpo en el aire, despegándome del asiento del que por supuesto ya no me encuentro.

¿Me puse el cinturón de seguridad? ¿cuándo me salí del camino? ¿Llevaba mucho tiempo mirando la pantalla del celular? Ya no lo recuerdo pero todos modos ya es tarde, puedo ver la muralla acercándose muy rapido hacía mi cara, puedo sentir el tirón en mi pierna que se queda atorada entre mi asiento y el volante. ¿Duele? Duele como la mierda, duele incluso más que haber perdido a Emma y si lo miramos en perspectiva eso también dolió demasiado.

Siento mi cara chocar contra la muralla llena de pedazos de vidrios y mi cuerpo estrellarse de la misma manera y entonces todo se vuelve negro.

¿Habré muerto? No puedo sentir ni escuchar nada, sí, definitivamente estoy muerto.

La oportunidad de Damián #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora