Capitulo 8: Un pastel de chocolate

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Arrastró sus pies gruñendo y maldiciendo una y mil veces su suerte. ¿Por qué había tenido que nacer mujer?

Abrió la llave del agua y dejó que se llenara la tina. Caminó hasta la puerta que conectaba con la habitación del Uchiha y le echó llave, no deseaba, Y MUCHO MENOS EN ESOS MOMENTOS, que ocurriera nuevamente el incidente de la vez anterior.

Se metió a la tina y posó su cabeza en el respaldo de esta, dejándose llevar por el calor del agua. Suspiró aliviada y comenzó a hundirse de a poco, quedando solo la mitad de su frente en la superficie. Estuvo sumergida alrededor de veinte segundos, para luego salir nuevamente a la superficie con rapidez. Se estaba quedando dormida.

"!Shaaa! ¡Eso estuvo cerca!"

-n-ni...que lo digas...-jadeó intentado recuperar el aire

Permaneció unos minutos más en el agua. Pensando, meditando...no estaba de humor para hacer absolutamente nada. Deseaba quedarse allí, todo el día y dormir, al menos ESE día.

Suspiró derrotada y comenzó a salir de la tina. Tomó la toalla que había dejado en el suelo y comenzó a secarse con calma. Miró su reflejo en el espejo de cuerpo entero y gruñó al ver la imagen.

"jajajaja ¡te pareces a las mujeres que aparecen en los libros de Kakashi!"

-agradece que no te puedo moler el trasero a golpes...

Miró con más detenimiento. Sus pechos estaban más grandes de lo usual y le dolían horrores, sus caderas eran más anchas, y su vientre plano estaba un poco abultado por la hinchazón.

-maldita genética...-murmuró retomando su labor

"¡es por culpa de nuestro padre! ¡Sha!"

La Kunoichi suspiró-...es verdad...maldigo los cromosomas de mi padre...

Aún desnuda, caminó hasta la puerta del menor de los Uchiha y quitó el seguro. Luego tomó la toalla y se cubrió completamente mientras se dirigía al botiquín para sacar un par de analgésicos para el dolor.

Sintió la puerta abrirse de pronto, pero ni se inmutó. Siguió buscando entre los compartimientos del botiquín sin éxito alguno.

-mierda se acabaron los analgésicos...-gruñó- nota mental...comprar tres cajas camino a casa...

-¿Qué buscas...?-preguntó el ojinegro mientras la observaba con atención revolver el botiquín y luego centrarse en su trasero

-analgésicos...-contestó escuetamente la chica-...me duele la cabeza

-el dobe se los terminó ayer...

-ya...debía suponerlo...Naru-baka...-suspiró sonoramente y caminó hasta su habitación-...por cierto Sasuke...

-¿Qué...?

-no vuelvas a mirar mi trasero cuando pienses que no te estoy observando...-rió la chica mientras cerraba la puerta dejándolo con las palabras en la boca

-molesta...-murmuró mientras sonreía levemente

Caminó hasta la puerta de la kunoichi y entró sin siquiera tocar. Vio a la chica sentada en el tocador peinando sus largos cabellos y con los ojos cerrados, sonriendo con autosuficiencia. Lo conocía, sabía que aquel comentario lo ofuscaría e iría a reclamarle.

Esperó que el moreno dijese algo pero este permanecía en silencio, o más bien, centró su atención en el calendario que se encontraba junto a la puerta.

Vio que en la fecha de ese día, había un gran circulo marcado y una dibujo un tanto extraño... ¿a caso era una cara...? Quien sabe...pero lo que si supo al ver ese calendario, es que Sakura no estaba de humor –y no lo estaría- hasta pasar más o menos cuatro días.

Tres Hombres Y Una KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora