Capitulo 41: Elegí una vida junto a ti

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Las gotas de lluvia caían brutalmente sobre su cabeza, aumentando el peso que sentía llevaba sobre sus hombros.

Culpa y Miedo. Culpa y Miedo. Culpa y Miedo...

Eso era lo único que se repetía en su cabeza como un eco incesante, atormentándolo y torturándolo más de lo que ya estaba agregando también las palabras de su ex sensei que hacían estragos con su paz mental alterándolo de sobre manera.

Chasqueó la lengua por novena vez en menos de tres minutos, mientras sus pies pateaban las piedras que se atravesaban en su camino. Las calles de Konoha estaban completamente desierta debido al temporal de aquella tarde, pero a él eso no le interesaba en lo más mínimo. Ahora lo único que buscaba era calma...deseaba poder aclarar su mente.

Un suspiro largo y pesado escapó de sus labios inconscientemente. No sabía con exactitud desde qué hora se encontraba vagando, solo sabía que entre más lejos estuviese del hospital ese sentimiento de intranquilidad aumentaba aún más en su pecho...y fue por eso que no pudo evitar recordarla...recordar su rostro al despertar, recordar como acariciaba su mano y también...no podía evitar recordar cómo es que había terminado allí y en ese estado.

-¡tsk!

Se detuvo abruptamente cerrando los ojos con fuerza, frunciendo el ceño y apretando los puños a no más poder. A pesar que al principio su idea era ir a hablar con ella, la cobardía terminó por ganarle...había sido su culpa...ella se había interpuesto a aquel ataque que era para él...y por eso no se atrevía a darle la cara...porque siempre era él, el culpable de sus problemas, de sus dolores, de sus heridas...

-pero está viva...

Sí, pero de no haber sido por su chidori eso no hubiese ocurrido. Y otra vez se sintió abrumado... Quizás sí, la había salvado con aquel jutsu pero... también la había herido.

-excusas baratas...tienes miedo, eso es lo que ocurre...

No pudo evitar gruñir ante aquel pensamiento. Era cierto, tenía miedo...miedo a que hubiese una próxima vez...y que en esa próxima vez no pudiese salvarla.

-no eres Dios...

No, no lo era...porque si lo fuese haría cualquier cosa por evitarle todo mal y dificultad, no le hubiese hecho todo el daño que le hizo, no la hubiese menospreciado, humillado, lastimado...¡mierda ¿Qué fue lo que le vio como para querer estar a su lado?!

-no cuestiones...siéntete afortunado de que esté junto a ti...-negó-...no es justo...ella no debería estar con alguien como yo...

Ella se merecía a alguien que no la tratase con tanta indiferencia y frialdad. Bufó. La sola idea le hacía perder los pocos estribos que le quedaban. El solo hecho de imaginarla con otro a su lado, con alguien que no fuese ÉL lo hacía querer destripar a cada individuo que perteneciera al sexo masculino.

-admítelo eres demasiado egoísta como para dejársela a alguien más...

Egoísta. Sí era egoísta, siempre lo fue, sobre todo cuando se trataba de algo que por derecho le pertenecía. En este caso Haruno Sakura.

-entonces deja tus estupideces de largo y vuelve a enfrentarla como te dijo Kakashi...-se quedó en silencio y meditabundo ante aquello

¿Por qué se sentía así? ¿Por qué tantas molestias por ella? La amaba sí, eso lo sabía desde hacía mucho pero...eran muy jóvenes como para casarse y estaba seguro que los años podían cambiar sentimientos.

-eso no es cierto...ella pasó muchos años sin verte pero a pesar de eso siguió enamorada de ti...

¿Y qué pasaba con él? Perfectamente podía aparecer alguien que la desplazase. Los sentimientos cambian, las cosas siempre cambian para bien o para mal y eso era algo que no se podía evitar...por eso no podía llegar y pedirle que se case con él, si más adelante pudiese caber la posibilidad de que llegase alguien más a ocupar su lugar.

Tres Hombres Y Una KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora