Capitulo 36: Pre-inicio de una desgracia

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Su rostro se alzó para contemplar la gigantesca torre que se encontraba a un par de metros de distancia. Sus labios se curvaron en una mueca al ver que estaba tan cerca de lo encomendado...lamentaba no poder hacer otra cosa, pero no tenía opción...si quería que su familia sobreviviera tendría que cumplir con las ordenes de aquel sujeto. Se encaminó lentamente a las escaleras en forma de caracol que destacaban en las afueras del edificio para luego adentrarse en el amplio pasillo que lo llevaría hasta su destino. Llegó hasta un amplio despacho en donde una pelinegra se encontraba revisando algunos papeles y anotaba lo que encontraba que era importante en una libreta. Se acercó hasta ella, esbozando una tenue sonrisa tratando de mostrar seguridad a lo que la mujer forzó una sonrisa...había algo extraño en él.

-busco a la Hokage... ¿se encuentra?

Shizune asintió-... ¿Qué necesita de ella?

El hombre rió nerviosamente-...pues, quiero hablar sobre...negocios...

-¿viene a solicitar la ayuda de nuestros shinobis?

-exactamente...-dijo sonriendo ampliamente

Shizune asintió mientras se levantaba de su puesto y le hacía un gesto con la mano para que la siguiese hasta la puerta que se encontraba un poco más lejos de su escritorio. Golpeó un par de veces, hasta que una voz profunda se escuchó por el otro lado otorgándole permiso para ingresar. Abrió la puerta para mirar a la ojimiel que revisaba algunos expedientes y que de vez en cuando llevaba a sus labios un pequeño sorbo de Sake.

-Tsunade-sama hay un hombre que necesita hablar con usted...

La mujer arqueó una ceja-... ¿es importante?

-dice que necesita la ayuda de nuestra aldea...

-déjalo pasar...

Su asistente obedeció de inmediato. Se hizo a un lado para dejarle paso al hombre quien se mantenía observando desde una distancia prudente. Se encaminó hasta el lugar, deteniéndose cerca de las sillas que se encontraban en frente del escritorio de la Godaime, la cual le hizo un gesto para que tomase asiento. Este obedeció, escuchando como la puerta cerraba detrás de sí. Tsunade apoyó el rostro en sus manos entrelazadas para escudriñar mejor la imagen del individuo, el cual observaba el lugar con fingida atención, la presencia tan imponente de aquella mujer lo intimidaba bastante.

-¿en que puede serle útil nuestra aldea?

Sus ojos brillaron momentáneamente, bien podía pedirles ayuda...pero...-...necesito escoltas que me ayuden a llegar a Kiri sano y salvo...

-¿de qué o quienes precisamente?

-de bandidos...es lo que más me preocupa...-notó la incredulidad de su rostro-...soy un hombre enfermo, y el dinero que poseo solo me alcanza como para pagar esta misión y pues... algunos de mis medicamentos...

-si lo desea...ese dinero lo puede utilizar para tratarse aquí en Konoha...

-¡no...!-Tsunade parpadeó ante su reacción-...no, yo...en verdad, lo que quiero es volver a mi aldea...además ya no tengo cura...mi enfermedad es terminal...los medicamentos son más bien para aliviar mis dolores...

-qué pena oír eso...-dejó escapar un suspiro mientras se recargaba en el respaldo de su silla-...pues bien si es así, veré que equipo está disponible...

-si no es mucha molestia...-dijo mientras sonreía tratando de mostrar un poco más de seguridad-...me gustaría que esta misión la hiciese un equipo en especial...

-¿tiene a alguno en mente...?

El hombre asintió con cierta timidez...no deseaba hacerlo, realmente que no quería pero...por el bien de su familia, no tenía más opción que acatar las órdenes de aquel sujeto. La ojimiel entrecerró los ojos...su actitud no le daba buena espina, algo andaba mal.

Tres Hombres Y Una KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora