Capítulo 28: Tiempo de Vals

3.1K 222 49
                                    

Pudieron vislumbrar desde lejos el brillo del salón en donde se desarrollaría el baile. Una brillante y dorada luz apuntaba directamente a las escaleras que estaban cubiertas por una alfombra de color rojizo que daba hasta la entrada que era custodiaban por dos hombres, seguramente shinobis. Kakashi y Sakura encabezaban el grupo. El jounnin le ofreció caballerosamente el brazo a lo que ella aceptó con una dulce sonrisa. Comenzaron a subir con lentitud hasta llegar a la entrada, en donde los dos hombres les dieron la bienvenida.

-sus nombres por favor...-dijo uno mientras revisaba la lista con cuidado

Cada uno iba diciendo su apellido hasta que finalmente los shinobis les dieron el paso sonriente deseándoles una linda velada. Ingresaron al lugar contemplándolo con interés. La entrada era amplia, llena de candelabros realzando el color ocre y dorado de sus paredes. Emprendieron amino por el amplio pasillo hasta llegar al final n dond se escuchaba la melodiosa música de un vals.

Las kunoichis exclamaron un ligero gritillo de asombro al ingresar. El sitio era gigantesco, rodeado por mesas redondas cuyos manteles eran tan blancos que deslumbraban; las sillas eran de una madera fina con terminaciones sumamente delicadas; un inmenso candelabro caía en medio de la amplia pista en donde unas pocas parejas se encontraban danzando. En las murallas se encontraban ligeros adornos navideños que combinaban perfectamente con el color dorado del salón; esferas de cristal tan suaves y delicadas que parecían burbujas, ángeles de vidrio que descansaban sobre cada mesa; pequeñas estrellas doradas y plateadas que rodeaban las paredes junto con un conjunto de guirnaldas verdes.

Una meseras de acercó al grupo y los condujo a una de las mesas más cercanas a la pista por petición de la rubia. Podían sentir las intensas miradas de los jounnin y kunoichis cada vez que pasaban por su lado...debían admitir que de todos los que allí se encontraban, ellos eran los que más resaltaban.

Se sentaron mientras comenzaron a mirar el lugar con más detenimiento. Las chicas empezaron a cuchichear entre ellas mientras que los hombres se mantenían atentos a los alrededores, debido a las lascivas miradas que les entregaban a sus parejas. Neji entrecerró los ojos al ver que uno de ellos estaba dispuesto a acercarse a la castaña. Con rapidez se levantó de su puesto y caminó hasta la kunoichi para tenderle la mano. Tenten lo miró mientras una radiante sonrisa aparecía en sus labios. Aceptó su mano y ambos se dirigieron a la pista ante la sorprendida mirada de todos en la mesa, ¡quien diría que Neji Hyuga se animaría a invitar a la chica a la pista por iniciativa propia? Cuando pasaron por al lado del hombre que permanecía atónito ante la escena, el ojiperla lo miró con gran frialdad provocándole un fuerte escalofrío. La castaña lo notó; rodó los ojos dejando escapar una leve carcajada a la vez que golpeaba con el codo la costilla del Hyuga.

-realmente eres increíble...

El ANBU sonrió-...eso lo sabes muy bien...-susurró con su voz profunda haciéndola sonrojar

Ino hizo un leve puchero mientras su mirada celeste se posaba en su acompañante. El ANBU la miró mientras para otorgarle una de sus pocas sinceras sonrisas para luego levantarse de su lugar y tenderle su mano. La rubia aceptó gustosa dejando escapar una risueña risa.

-¡eres un encanto!-dijo emocionada tomando fuertemente el brazo de su pareja-... ¿te lo había dicho...?

Sai meditó unos instantes-...no...

-pues te lo vuelvo a decir... ¡eres un encanto...!

El sonido del vals s fue deteniendo con lentitud hasta que no hubo eco en el lugar. los aplausos no se hicieron esperar; pasaron unos segundos y ya todos estaban dispuestos a continuar con la siguiente pieza pero la música no volvió a sonar, n vez de eso la imagen de la Hokage apareció en el escenario, encantando a los presentes. La mujer cuyo cabello largo y rubio que siempre llevaba recogido con dos coletas a los lados, esta vez lo mantenía suelto dejándolo caer con gracia hasta un par de centímetros más debajo de su trasero. Su vestido era de un color dorado con pequeños destellos platas que hacían resaltar su blanca piel y sus labios rosas. Sus ojos miel estaban maquillados con una tenue sombra ocre con tonos dorados en la comisura de los parpados. Realmente la mujer era una belleza, nadie creería que utilizaba un jutsu para aparentar aquella juventud que expelía a flor de piel. A su lado izquierdo, la imagen de una chica de cabellos cortos y negros mostraba elegancia y sensualidad al mil por ciento. ¿Quien diría que la descuidada Shizune podía llegar a verse tan hermosa?

Tres Hombres Y Una KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora