CAPITULO 36
No me toques
Narra Marina
¿Sabes esa sensación de ligereza que se instaura unos segundos en tu cuerpo para luego sentir la pesadez de una roca cayendo en un bucle infinito sobre ti? Pues eso, es lo que siento yo justo en este momento. Mi respiración está alterada y con verdaderos motivos.
Las pesadillas. Fieles compañeras de viaje que aparecen una vez abandono el mundo consciente. Ahora están esperando en una sala de torturas confeccionada específicamente para mí. Malditas sádicas.
Recuerdo vagamente que ese tal John me ha traído aquí, una enfermería de pies a cabeza pero sin armaritos con fármacos. Aquí son más inteligentes y las esconden junto con el Betadine y las gasas. Sigo dudando de que hacer en este momento. Quiero ducharme, pero no hay ropa limpia por la que cambiarme. Quiero levantarme de la camilla y salir de aquí pero, ¿Hacia dónde?
Huelo mi pelo, oh si, necesito una ducha urgente.
Quito la sabana que me tapaba y me crujo el cuello. No es algo adrede, solo surge, como un bostezo matutino. El condenado suelo está frío como el hielo. Busco con la mirada algún calzado pero no encuentro nada, solo una habitación vacía. Encima de una mesa de metal abollada hay un cenicero de arcilla, dentro hay como unas seis colillas y de una de ellas sale aún un poco de humo.
Alguien ha estado aquí hace poco y por lo que veo estaba impaciente, ha mordido el filtro. Hay un sillón que, a primera vista, parece incomodo de narices, los cojines están un poco deformados, como si alguien se hubiese tumbado encima de ellos y hubiese estado dando vueltas sin parar.
Voy en dirección a la puerta. Tiro del pomo suavemente hacia abajo, nada. Lo intento un poco más brusco, cerrado. ¿Es una broma? Empiezo a mirar por todas las esquinas de la habitación, techo incluido. Hasta que lo encuentro, un punto diminuto del que salen destellos rojos de vez en cuando, una mini cámara de vigilancia.
Me acerco hasta la esquina. Está justo detrás del sofá, hacia arriba, apuntando a mi cama. Serán cerdos.
Subo de un salto al sofá y como me esperaba mis pies se hunden un poco en los cojines de gomaespuma de este. Me alzo de puntillas y alzando mi brazo a lo máximo que puedo, consigo rozar la lente de la cámara. No es suficiente. Subo al respaldo del sofá, con cuidado, intentando no volcar. Cojo perfectamente la cámara y la arranco de cuajo de la pared. De esta sale un puñado de cables de diferentes colores con su respectivo cable de cobre cortado de diferente tamaño. La mini cámara deja de destellar el punto rojo y yo la tiro directamente al suelo, haciéndola añicos.
Con cuidado bajo de un salto al suelo. Siento un pequeño calambre en mis pies, pero lo ignoro, solo es cuestión de segundos que vengan. Por si acaso me pongo a escanear la habitación con mi mirada de nuevo, por si hay otra cámara. Nada. Es una habitación bastante sosa.
Me siento en la camilla y empiezo a jugar con mis pies. Empiezo a mover cada uno de mis dedos, uno a uno, haciendo pequeños círculos. Después de llevar dos vueltas completas de cada dedo empiezo a oír como alguien introduce una llave. Gira por lo menos cuatro veces. Se escucha un interruptor, un lector de barras, y, por último, otra vez la odiosa voz femenina del ascensor.
¨John Candau, jefe de la asignación Amanecer, módulo B- 13¨
Abrió la puerta con la mayor tranquilidad del mundo y no se molestó en cerrarla. Se acercó a mí con la mirada clavada en el suelo. Cuando llegó hasta mí empezó a subir su cabeza, escaneándome. Se detuvo en mi muslo izquierdo y mi brazo derecho, luego su mirada bajo a mi vientre y por último su mirada, obtusa de cualquier pensamiento, conectó con la mía.
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POR SIEMPRE TE AMARE (Willyrex) # Segunda temporada de "Siempre junto a ti"
FanfictionSEGUNDA TEMPORADA DE "SIEMPRE JUNTO A TI" Ella. Él. ¿Como el amor puede desaparecer o quedarse tanto tiempo que duela? Para ella, un ser abocado a vivir por una promesa, su esperanza se desvanece poco a poco. La vida carece de sentido sin ti. Querer...