Capitulo 37. Por siempre te amaré

29 2 0
                                    

¡Hola queridísimos filfilosos! Sí, lo sé, que ya creíais que me había muerto o había abandonado esta historia. ¡Pues no! Por fin volví ¡WIIIIIIIIIIIIIIIII! Este tiempo he tenido muchas complicaciones, estudios, familia, problemas más personales.... Y con todo ello y que campanilla se había ido al País de NuncaJamas de vacaciones ¡Pues haber como escribía yo!

No os preocupéis, me he propuesto si o si terminar esta novela, por vosotros, porque empezasteis a leer esta historia y os quedasteis tirados. No sé si cada semana, pero cerca de esa fecha actualizaré la historia. No os preocupéis, esta historia al igual que empezó, terminará.

Muchas gracias por todos los que seguís leyendo esta novela. Millones de gracias.

Besos de regaliz. Fils.


                                                                                    CAPITULO 37

                                                                                           Allí

Suspiré mientras las gotas de agua caían por mí cuerpo. Las gotas se deslizaban suavemente hasta caer en el suelo, golpeándolo con suavidad, creando pequeños ruidos que en mi cabeza hacían tanto eco como en la propia sala.

Era un cuarto de baño privado. En este lugar los servicios, normalmente, eran como los baños de un gimnasio, o sea, lo suficientemente grandes para que quepan unas cincuenta personas.

Me acuerdo como en el cuarto de baño de mujeres solo se ocupaban la mitad de las duchas mientras que, en el de hombres, si no te dabas prisa, te quedabas quince minutos viéndole el trasero a tus compañeros. O al menos eso me contó una vez un compañero de mi brigada sin pelos en la lengua. Me acuerdo de que fue contármelo y que dos de mis compañeras se rieran de mi expresión mientras él seguía describiendo como se había quedado mirando el trasero de un tío. Según su descripción le faltaban unas cuantas sentadillas.

No me di cuenta de cuando me había puesto a reír en la ducha hasta que empecé a sentir el agua en la boca.

Fue gracioso.

Salí de la ducha. Me miré al espejo. Mi tripa no estaba hinchada, ni amoratada. Empecé a palparme el vientre, poco a poco. Ningún dolor ni calambre.

- ¿Sigues ahí, ¿no?

La pregunta resonó por el pequeño cuarto. El vaho del espejo hacía que ya no me pudiese ni ver en él. Me acerqué y, sin pensarlo dos veces, pasé el brazo por el espejo, quitando el vaho pero haciendo que mi reflejo en él se quedara borroso. Miré hacia ese borrón. No me reconocí.

No me sorprendió.

Abracé mi vientre. Estaba cálido Masajeé esa zona, muy suavemente.

- Quédate conmigo ¿Vale?

Sonreí. Esto parecerá estúpido, pero así lo sentía más cerca.

Até una toalla gigante a mi cuerpo, me llegaba hasta las rodillas. Cogí una toalla más pequeña, me senté en la tapa del retrete y empecé a secarme el pelo. Había crecido bastante, ya casi me llegaba por las lumbares. Mi pelo estaba enmarañado, necesitaba un peine pero ¿Dónde encontrarlo?

No había ningún cajón o armario. En la ducha con suerte había dos botes que contenían algo de champú y de gel. Un retrete, un lavabo y un espejo. Nada más.

Antes nosotros teníamos que tener nuestras cosas en un neceser. Yo guardaba el mío debajo de mi cama en vez de en mi baúl o en la pequeña taquilla que teníamos al entrar en los baños. No quería que nadie me lo robara, no otra vez.

POR SIEMPRE TE AMARE (Willyrex) # Segunda temporada de "Siempre junto a ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora