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Giré mi cabeza de inmediato en su dirección, tenía sus ojos puestos en el cielo pero rápidamente los bajó a los míos, mi mente se quedó atorada y no fui capaz de procesar nada más que al hombre que tenía frente a mí; su mirada oscura era profunda ...

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Giré mi cabeza de inmediato en su dirección, tenía sus ojos puestos en el cielo pero rápidamente los bajó a los míos, mi mente se quedó atorada y no fui capaz de procesar nada más que al hombre que tenía frente a mí; su mirada oscura era profunda y parecía querer decirme tantas cosas que no podía comprender, su dedo pulgar comenzó a hacer círculos en la mano que teníamos entrelazada y mi corazón empezó a latir fuertemente en mi pecho, sus ojos seguían fijos en los míos y tenía una sonrisa ladeada que hizo que mis rodillas temblaran, él estaba causando todo este tipo de sensaciones en mí en cuestión de horas que me alarmaba y asustaba en cantidades iguales.

Llevó su mano libre a mi rostro y acomodó un cabello que se movía con la fría brisa detrás de mí oreja, me encogí un poco ante su tacto y desvié la mirada hasta nuestras manos entrelazadas porque no podía seguir sosteniendo la suya por más tiempo, lo escuché dejar escapar un suspiro antes de mirar nuevamente al cielo.

-¿Y entonces?- preguntó nuevamente.

-Entonces creo en las dos...- le respondí mirando en la misma dirección que él, el cielo sobre nosotros comenzaba a dejar ver algunas estrellas y a la preciosa luna alumbrando todo a su alrededor.

Durante lo que parecieron unos largos minutos estuvimos allí mirando al cielo y nuestras manos entrelazadas, era un contacto mínimo pero que enviaba una sensación eléctrica por todo mi cuerpo, era como si una corriente se instalara en la punta de mis dedos y terminara por recorrer todo mi brazo hasta mi cuello; estaba perdiendo completamente el control de mis pensamientos y sentimientos a su lado y no podía permitirlo, esto no era más que una pequeña aventura con un extraño que había llegado en el momento justo, a pesar de todo yo seguía enamorada de Will.

-Vamos aún hay lugares que quiero mostrarte- dijo levantándose rápidamente aun sin soltar mi mano.

-¿Vas a llevarme por toda Londres?- le pregunté riendo levemente.

-No, solo los mejores lugares- me miró y me sonrió ampliamente antes de guiarme por una esquina angosta y concurrida.

Muchas personas estaban en la entrada de un local con luces de neón, apenas escuché la música desde afuera me di cuenta que estábamos en un club nocturno, la gente hacia fila a un lado y otra salía completamente ebria del lugar aunque aún fuese temprano, no tenía ni idea de por qué me había llevado ahí pero tampoco me preocupaba mucho.

-¿Un club nocturno?- dije mirándolo con curiosidad.

-No es cualquier club nocturno, Karol.- la confusión en mi rostro lo hizo reír levemente antes de señalarme con su cabeza a un grupo de personas que iba saliendo. El grupo de chicos llevaban trajes extravagantes y de colores con luces que los adornaban pero eso no fue lo que llamó mi atención, en sus pies unos patines fue lo que captó mi atención y me hizo reír.

Puso sus manos en mi cintura y me guió dentro del lugar, las luces eran de colores y se movían por todo el lugar creando la idea de un caleidoscopio gigante, la música era ensordecedora pero no me molestaba, estaba asombrada por todo lo que había alrededor; gente de pie cubierta con luces y accesorios de colores repartían bebidas sobre ruedas, las paredes estaban cubiertas por proyecciones de obras de artes modificadas y que cambiaban al compás de la música. Giré mi cabeza para mirar a Ruggero que aún me sostenía por la cintura y me encontré con su rostro a solo milímetros del mío, sus ojos bajaron a mis labios y pasó saliva con una expresión seria antes de mirar de nuevo a mis ojos y apartarse un poco.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora