N/A: Aviso importante al final del capitulo, no olviden leerlo.
Decir que el papá de Ruggero era aún más adorable que su madre y su hermano era una total subestimación, no había podido dejar de sonreír en toda la madrugada al verlo tan compenetrado y tan cercano a ellos. A pesar de ser pasadas las diez de la noche cuando llegamos a su casa nadie se fue a dormir mucho antes de las tres de la mañana, Antonella, como me había pedido al menos diez veces que la llamara, nos había preparado algo para comer y entre risas y alguna que otra foto de Ruggero bebe se nos pasaron las horas y para cuando la casa quedo finalmente en silencio eran cerca de las cuatro y media de la mañana.
Recostada en el sofá de tela gastada en medio de la sala con solo la luz de la cocina alumbrando todo a nuestro alrededor suspiré dejando el aire escapar de mis pulmones, estaba en un especie de estado en el que nada podía perturbarme, nada podía molestarme; sentía el peso de la cabeza de Ruggero en mis piernas durmiendo con su respiración acompasada y tranquila al mismo tiempo que sentía el peso de mi corazón en mi pecho hinchado solo de pensar en lo feliz que había sido los últimos días. Cerré mis ojos y aun jugando con los rulos del castaño entre mis dedos quedé profundamente dormida.
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Durante toda la mañana y parte del mediodía la pasamos dentro de la casa con su familia, alrededor de las diez de la mañana empezaron a llegar primos y tíos y una gran cantidad de familia que claramente lo habían extrañado y querían verlo; durante todo ese tiempo me dediqué a observarlo únicamente y apreciar cada uno de sus pequeños detalles, su sonrisa amplia que creaba unos pequeños hoyuelos en sus mejillas y que achinaban sus ojos, la forma en la que gesticulaba con sus manos y como parecía no poder separarse de su hermano quien lo miraba con una admiración tremenda. No podía creer que él hubiese sido capaz de pasar tanto tiempo lejos de su familia y que me recordara a cada rato que había vuelto solo porque yo lo había traído, lo que claramente era falso.
Mis ojos se paseaban por la habitación alegre y risueña absorbiendo cada pequeña cosa que pudiera, en ese momento más que nunca deseaba tener un pedazo de papel y un lápiz o una cámara fotográfica para capturar la pintoresca escena frente a mí. Me abracé a mí misma recostándome a una pared dejando que mi mente viajara lejos de allí y se ubicara en Londres, en una casa fría y la creación de un plan para lograr escaparme de un matrimonio del que no quería ser parte.
-¿Karol no?- se acercó un chico alto y de cabello castaño con un increíblemente marcado acento, le sonreí asintiendo mirando de reojo a Ruggero riendo con una de sus primas -¿Podemos hablar?- me señaló hacia la cocina, nuevamente asentí y lo seguí.
-¿Está todo bien?- pregunté mirándolo confundido, él solo asintió y pareció tratar de organizar sus palabras o solo encontrar las correctas en español para hablarme, no estaba segura.
-Grazzie, grazzie mile- lo miré fijamente confundida sin entender exactamente el porqué de su agradecimiento, él pareció notarlo y sonrió de una manera que de inmediato me recordó al castaño en la habitación de al lado. –Por Ruggero, por traerlo a casa- dijo luego de varios segundos metiendo sus manos en los bolsillos de manera despreocupada.
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Luces de Roma [RUGGAROL]
FanfictionUna noche en Londres, siete días en Roma y un poco de libertad fue todo lo que Karol necesitó para enamorarse de Ruggero. Siete días en su ciudad, una noche en una discoteca y las luces de Roma en lo alto de una montaña fue todo lo que Ruggero neces...