Roma de noche se sentía como un mundo totalmente diferente, la ciudad era mucho más cálida y acogedora que Londres, las luces brillantes en los edificios de los alrededores me tenían completamente hipnotizada mientras miraba embelesada por la ventana del taxi cuando nos dirigíamos a algún lugar que no había entendido; las ruinas se mezclaban con la arquitectura moderna y todo parecía unirse y combinarse a la perfección, como dos opuestos que se atraían y fusionaban de una manera que te cortaba la respiración. No había tenido tiempo de nada al llegar puesto que Ruggero de una vez nos había metido en un taxi apenas pisamos tierra con la excusa de que aun teníamos mucho por hacer, sin embargo, lo poco que podía ver me hacía sentirme más y más segura acerca de la decisión que había tomado.
El taxi se detuvo en una zona de apartamentos bastante concurrida que era rodeada de pequeños restaurante o tiendas, él pagó y luego me ayudó a bajar mis cosas antes de sostener mi mano libre y guiarme en dirección a un muy pequeño restaurante, la gente hablaba muy animadamente y olor a pasta invadió de inmediato mis sentidos recordándome que aún no habíamos comido nada más que las papas fritas del aeropuerto, sonreí levemente ante el recuerdo; Ruggero se acercó a un joven en la barra y lo saludó muy animadamente antes de comenzar a conversar con ligereza con él, yo miraba a mi alrededor asombrada por todo lo que sucedía y como cambiaban las cosas en cuestión de horas, aquí nadie me conocía, nadie me exigía nada, era total y completamente libre de hacer lo que quisiera.
-¿Te gusta?- susurró Ruggero en mi oído a mis espaldas.
-Me encanta...- respondí girándome para tenerlo de frente.
-Bien, porque este es solo el comienzo- me dijo antes de depositar un leve beso en mis labios y guiarme a la salida aun con todas nuestras cosas.
-¡Eh Rugge!- lo llamaron haciéndonos girar- Non c'è bisogno di cambiare le lenzuola*- el chico a mi lado se sonrojó furiosamente y negó con la cabeza riendo antes de empujarme fuera del lugar con rapidez.
Caminamos algunos metros por la acerca y mientras lo hacíamos varias personas se acercaron a Ruggero para saludarlo y decirle algunas cosas, era bastante obvio que lo conocían y que él tenía su historia por estas calles, una historia que yo no conocía pero que si él quería contarme estaría más que dispuesta a escuchar. Se detuvo frente a un edificio antiguo y sacó unas llaves, que no había visto antes, de su bolsillo, abrió la puerta y con rapidez me ayudo a meter todo el equipaje dentro mientras yo cargaba únicamente con su guitarra; comenzamos a subir hasta el piso que me dijo mientras él llevaba por las escaleras ambas maletas aunque le había dicho que no era necesario, solo me había dado un beso en la punta de la nariz antes de decirme que esto era para mí y que no debía de preocuparme por nada.
-¿De quién es el apartamento?- pregunté una vez llegamos a la puerta pintada de azul marino con un numero 2 en dorado.
-De mi primo Marco, el del restaurante- me sonrió mientras abría la puerta.
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Luces de Roma [RUGGAROL]
FanfictionUna noche en Londres, siete días en Roma y un poco de libertad fue todo lo que Karol necesitó para enamorarse de Ruggero. Siete días en su ciudad, una noche en una discoteca y las luces de Roma en lo alto de una montaña fue todo lo que Ruggero neces...