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Me miró fijo durante varios segundos, tenía una sonrisa enorme y adorable que me dejaba ver sus hoyuelos y sus paletitas junto con una mirada tierna y llena de emoción; estaba levemente sorprendido inicialmente pero su expresión cambió rápidamente...

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Me miró fijo durante varios segundos, tenía una sonrisa enorme y adorable que me dejaba ver sus hoyuelos y sus paletitas junto con una mirada tierna y llena de emoción; estaba levemente sorprendido inicialmente pero su expresión cambió rápidamente cuando las palabras comenzaron a tener sentido para él. Sin decirme nada me atrajo a su cuerpo para abrazarme, envolví mis brazos alrededor de su cuello poniéndome de puntas mientras él me envolvía por la cintura.

-Yo también te quiero- me dijo cerca del oído, me separé un poco y dejé un casto beso en sus labios.

-Lamento haberme ido así...- le dije sonriendo aun con mis manos en su cuello.

-Está bien, me gusta que te pongas celosa- respondió riendo, abrí mi boca levemente fingiendo sorpresa e indignación.

-¡No estaba celosa!- me defendí.

-¡Clarro que sí!- atrajo mi cuerpo más cerca –al menos un poco...- susurró cuando nuestros rostros se acercaron, agaché la mirada levemente sonrojada.

-Solo un poquito...- susurré mirando al suelo, él rió y me obligo a mirarlo.

-Me alegro, porque yo también estaba celoso- reí negando con la cabeza antes de abrazarlo de nuevo.

Sin decir mucho más entramos tomados de la mano y riendo al lugar, Fabrizzio y Mia estaban riendo de algún chiste italiano mientras ella limpiaba unos vasos detrás de la barra, Ruggero se sentó en el mismo taburete y antes de que pudiese sentarme en el mío junto a él me haló de la mano levemente, me incliné hacia él confundida y llevó su mano libre a mi mejilla antes de dejar un suave beso en mis labios, no duró mucho pero si lo suficiente para acelerar mi corazón y ponerme completamente nerviosa; escuché las risas de sus amigos irse deteniendo hasta quedar en completo silencio, me separé avergonzada y me senté desviando la mirada alrededor tratando de ocultar mi sonrojo con mi cabello.

-Non che non erano insieme?*- escuché que Mia le dijo a Fabrizzio.

-Questo è quello che ha detto, ma sembra che sì...**- le respondió el con una sonrisa ladeada, no presté más atención a lo que decían y me enfoqué en Ruggero a mi lado.

Me hizo girar en mi silla para quedar frente a él aun con nuestras manos entrelazadas, me miraba sonriendo y haciéndome señas acerca de cualquier cosa alrededor ocasionando que riera levemente, tiré de su mano para molestarlo un poco haciéndolo perder ligeramente el equilibrio en la silla, me miró algo confundido pero luego cambio su expresión a una sonrisa ladeada algo peligrosa antes de ponerse de pie y acercarse a mí.

-Si querías besarme solo tenías que pedirlo, no empujarme- me dijo cerca de mi rostro haciéndome reír.

-¿Quién dijo que quería besarte? Yo solo estaba jugando contigo...- le respondí usando un tono inocente desviando la mirada.

-¿Solo estabas jugando conmigo?- preguntó haciendo una expresión dolida fingida –Eso no es muy amable yo- fue interrumpido a media frase por Mia.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora