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N/A: Durante el capitulo hay una parte que son mensajes de texto, las negritas son para Ruggero y la letra normal para Karol

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N/A: Durante el capitulo hay una parte que son mensajes de texto, las negritas son para Ruggero y la letra normal para Karol.

Mi relación con mamá no era mala pero no éramos tan cercana como lo era ella con Kathia, ellas dos siempre habían tenido algo especial que se diferenciaba completamente de mi relación con ella, sin embargo, yo solía ser así con papá, éramos inseparables, mamá y Kathia iban de compras mientras papá y yo nos quedábamos a ver una película o a leer un libro. Kathia tenía esa personalidad chistosa y bromista de mamá y era una rebelde, siempre lo había sido, mientras que yo era más como papá, calmada y tranquila aunque con una alegría contagiosa; desde la muerte de papá mi relación con mi hermana y mi madre se había echo mucho más unida pero aun habían cosas que prefería guardarme para mí; Kathia siempre había sido mi confidente y a medida que crecíamos se convirtió en mi única y mejor amiga, y ahora que estábamos mucho más grandes era ella la única testigo de mis inseguridades y conflictos bajo el techo de los VanDerWood.

Desde la tarde, durante el almuerzo, mamá no había dejado de mirarme con ojos cuestionadores y algo acusadores, sabía que estaba buscando el momento ideal para separarme de Kathia y hablar conmigo en privado pero me ponía nerviosa que revoloteara sobre nosotras a cada rato mientras veíamos una película aun en nuestras pijamas esa noche. Tenía que hablar con ella y mientras más rápido lo hiciera, sería mejor para las dos.

-Kat- susurré llamando a mi hermana–Kat- volví a llamarla tratando de tener su atención.

-¿Qué pasa?- me miró con ojos algo adormilados.

-Vete a la cama, anda- la empujé levemente.

-No, la película esta buena- se volvió a acomodar en el sofá y yo bufé mientras empujaba sus piernas de mi regazo.

-¿Qué pasa, Karol?- se quejó, la miré fijamente e hice una seña con la cabeza a donde estaba mamá, sentada en la mesa de desayunos con un libro en su mano.

-Bueno...- pareció comprender lo que decía- me voy a la cama, buenas noches Karolcita- me dio un beso en la mejilla antes de ponerse de pie y caminar hasta mamá para despedirse de ella.

-¡Descansa enana, te amo!- le grité al verla subir por las escaleras.

-¡Sigo siendo más alta que tú!- fue su única respuesta antes de cerrar la puerta de nuestra habitación.

Regresé mi atención a la televisión durante unos segundos pero podía sentirla moviéndose sobre la banca de madera intentando buscar las palabras para hablarme, siempre había sido tan atolondrada y nerviosa como yo, nada como Kathia, ella no tenía filtro y honestamente a veces me preguntaba de dónde es que había sacado esa brutal sinceridad que la caracterizaba. Me puse de pie apagando el televisor y caminé hasta la cocina, encendí la tetera y la dejé sobre la cocina mientras sacaba dos tazas de cerámica y las bolsitas de té, cuando el agua estuvo lista vertí un poco en cada taza y luego puse las bolsitas para tomarlas y dejarlas sobre la mesa, acercándole una a ella.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora