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El camino de regreso a la ciudad fue terriblemente largo con Grace sentada a mi lado ignorándome completamente, veía las casas y edificios pasar a mi lado como un borrón permanente mientras dejábamos el pequeño pueblo donde había crecido y en su l...

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El camino de regreso a la ciudad fue terriblemente largo con Grace sentada a mi lado ignorándome completamente, veía las casas y edificios pasar a mi lado como un borrón permanente mientras dejábamos el pequeño pueblo donde había crecido y en su lugar, nos adentrábamos en la carretera en dirección a los rascacielos y atracciones de Londres. Todavía podía escuchar en mi cabeza la voz de Kathia casi gritándome para que me quedara, pidiéndome que me defendiera, que hiciera algo; simplemente había negado con mi cabeza y tan rápidamente como había llenado la maleta para huir de Grace repetí el procedimiento pero esta vez para entrar a la boca del lobo.

Emocionalmente aún estaba confundida y pretendía tener una conversación con Will al llegar a casa acerca de todo esto que esta sucediendo, como yo estaba cambiando y como esto podría sin quererlo afectar nuestra relación, sin embargo, anímicamente estaba mejor, ya no me sentía perdida o rota, comenzaba a sentirme un poco más como la vieja Karol que como esta versión ridícula y sin sentido en la que habían intentado convertirme. Estaba volviéndome un poco más fuerte y con una piel mas gruesa porque había tocado fondo y me negaba a volver a hacerlo. Suspiré pesadamente reproduciendo una y otra vez la voz de mi madre rogándome porque tuviese cuidado y comenzara a defenderme y hacer valer mi voz, le había prometido que las cosas iban a cambiar a partir de ahora y tenía intenciones de cumplirla completamente.

Las cosas ahora se harían bajo mis términos.

-No me gusta que hablen de mí a mis espaldas, Karol- dijo Grace de repente sacándome de mis pensamientos.

-¿Disculpe?- la miré confundida.

-Sé que hablaste con Will. El cambio en su actitud me lo dijo todo, no fue necesario que él intentara hablarme, para cuando se armó de valor para llamarme yo ya sabía qué iba a decirme- me miró fijamente con una sonrisa de labios sellados irónica –y déjame decirte que no me gusta que Will se comporte de esa manera- usó un tono suave y calmado pero sus palabras eran como hielo.

-Yo no le he pedido a Will que hable con usted, ni con nadie. Solo le dije como me sentía y las razones por las que había decidido pasar tiempo con mi familia, esa decisión de él de hablar con usted tiene poco, o nada que ver conmigo- regresé mi vista a la ventana y no dije nada más, simplemente estaba cansada de escucharla.

La ciudad se abrió paso ante nosotras un par de horas después, el sol estaba en su punto más alto en el cielo casi cegándome por completo al bajarme del exageradamente lujoso auto, caminé cargando con mis cosas directamente al interior del edificio sin mirar ni hablar con nadie, presioné el botón del ascensor y a penas se abrió entré con mi frente en alto, yo no había cometido un crimen ni mucho menos, la Karol víctima y que se callaba todo mientras agachaba la cabeza se había acabado, si iba a jugar este juego iba a ser bajo mis reglas, siendo sincera a mi misma y mis creencias, al diablo lo que ella y su "alta sociedad" creyeran. Las puertas metálicas se abrieron y antes de que pudiese hacer cualquier cosa Will abrió la puerta del apartamento con una mirada apenada y me ayudó a cargar mi maleta y mi bolso, el teléfono en el bolsillo trasero de mis jeans no había dejado de sonar desde hacían diez minutos.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora