Una noche en Londres, siete días en Roma y un poco de libertad fue todo lo que Karol necesitó para enamorarse de Ruggero.
Siete días en su ciudad, una noche en una discoteca y las luces de Roma en lo alto de una montaña fue todo lo que Ruggero neces...
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-¿Dónde estás?- preguntó de inmediato, lo sentí moverse alrededor alejándose de todo el ruido de fondo.
-Cruzando el centro, en los edificios ejecutivos- respondí poniéndome el abrigo para salir.
-Estaré ahí en diez minutos ¿podrás soportarlo?- preguntó con un tono que me pareció preocupado, sonreí levemente.
-Lo intentaré...- la chica que había estado ayudándome entró para ver si estaba lista y solo asintió al verme hablando por teléfono antes de marcharse.
-Bien, no te muevas de ahí, voy a ir a rescatarte- no dije nada y colgué guardando rápidamente mi teléfono en el bolsillo trasero de mis jeans.
Salí del probador y le agradecí a Mirna y a la chica antes de seguir a Grace y Marissa fuera del estudio, mis rodillas comenzaban a temblar solo de pensar en lo que sucedería en los próximos minutos, estaba increíblemente nerviosa, podía escuchar y sentir el desastre de proporciones catastróficas que se avecinaba pero ya no había marcha atrás, él estaba viniendo y yo no iba a dejarlo plantado; el viaje en ascensor se sintió terriblemente lento mientras la música me ponía más y más ansiosa.
Las puertas se abrieron en lo que la pantalla en el interior había marcado como el piso cinco, miré a Marissa confundida pero ella solo me ignoró como solía hacer cuando no estaba tratando de molestarme y salió tras de Grace dejándome de ultima, nuevamente le agradecí al hombre y seguí al par de mujeres que estaban frente a mí. El lugar parecía ser una especie de boutique con todo tipo de vestidos menos despampanantes y exagerados que los que estaban en el estudio, también habían vitrinas por todos lados cubriendo de piso a pared llenas de accesorios de todo tipo, desde oro pasando por plata y una cantidad increíble de diamantes; un hombre calvo y de traje se acercó de inmediato a nosotras ofreciéndonos algo para tomar o comer.
-Estamos bien así ¿se encuentra Jeremiah?- preguntó Grace mirando alrededor.
-No señora disculpe, tuvo que volar a Nueva York esta mañana- se excusó el hombre, ella suspiró con cansancio y nuevamente miró las vitrinas cubiertas de joyería a su alrededor.
-Bueno, si tu estas a cargo supongo que eres el mejor- dijo con desdén mirándolo sobre su hombro- estoy buscando lo mejor para un evento sumamente importante el miércoles, tiene que ser con clase pero impactante. Es de suma importancia y Jeremiah me prometió joyería de la mejor calidad exigió y exclusiva de la tienda- de inmediato rodé los ojos ante lo increíblemente superficial de la situación, si fuese por mi usaría la joyería ancestral de mi madre; me giré en mi lugar para mirar alrededor tratando de callar las voces de todos en el lugar, un vestido color gris sin espalda y con lentejuelas en el frente de inmediato captó mi atención.
Era elegante y a pesar de tener lentejuelas brillantes seguía siendo sencillo y algo con lo que podría lidiar, me acerqué a el para mirarlo con más detalle y supe de inmediato que sí encontraba alguna manera de librarme del exagerado vestido Marquesa, este sería su reemplazo; mi teléfono vibró sacándome de mis pensamientos, lo desbloqueé rápidamente y leí el mensaje.