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Ruggero había estado en silencio por los últimos diez minutos y yo comenzaba a cuestionarme la decisión que había tomado, el metro se detuvo en una estación y las pocas personas que quedaban se bajaron dejándonos solo a nosotros, él estaba de pie ...

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Ruggero había estado en silencio por los últimos diez minutos y yo comenzaba a cuestionarme la decisión que había tomado, el metro se detuvo en una estación y las pocas personas que quedaban se bajaron dejándonos solo a nosotros, él estaba de pie frente a mí con la vista clavada en la ventana detrás de mí, no estaba segura de saber que estaba observando pero parecía mucho más interesante que cualquier cosa que yo pudiese decirle.

Bufé cruzándome de brazos.

-¿Todo bien allá abajo? –preguntó fijando su atención por primera vez en mí.

-Sí, solo estaba pensando –fue todo lo que dije.

-¿En el prometido no prometido? –le lancé una mirada molesta pero aun así respondí.

-Si –mentí.

La mirada curiosa que me dio me hizo querer explicarle.

-Will es un chico de una familia adinerada, bastante en realidad... Ellos solo quieren lo mejor para él y una estudiante de historia del arte con un apellido sin renombre no es precisamente lo que tenían en mente... -me encogí de hombros y desvié mi vista de sus ojos que estaban fijos en mi rostro.

Cuando volví a fijar mi vista en él, levantó sus cejas en una expresión que entendí como incredulidad.

-Así que solo porque no eres una fulanita con apellido y estudiante de medicina, ¿no eres buena para su hijo? –sonreí ante el tono que utilizo.

-Algo así –me encogí de hombros nuevamente –ahora Ruggero ¿A dónde me llevas? –pregunté con curiosidad.

-Primero vamos a conseguirte algo de ropa porque por mucho que me guste ese vestido, y créeme que lo hago –sus ojos recorrieron rápidamente mi cuerpo –no sería muy cómodo andar por las calles de Londres en él.

-¿De dónde se supone que saque ropa? –crucé mis brazos y el movió su cabeza de un lado a otro como si yo fuese una niña que no entiende lo que acaban de explicarle.

-Conozco a alguien –miró rápidamente sobre mi hombro y luego volvió a mirarme –vamos, esta es nuestra parada.

No reconocí la calle cuando bajamos y en un movimiento que no pareció más que un intento de apurarme tomó mi mano tirando de ella levemente, la observé durante unos segundos y luego lo seguí escaleras arriba. Un gran grupo de edificios rodeaban toda la calle y no se veían más que un par de tiendas, Ruggero caminaba decidido en dirección a un edificio de ladrillo al final aun sosteniendo mi mano. Sacó una llave de su bolsillo y la introdujo en la cerradura cuando lo detuve.

-No pienso subir a tu casa contigo, no te conozco- le dije soltando su mano y cruzándome de brazos, lo vi bajar levemente la mirada a su mano antes de enfocarla en mí.

-No voy a asesinarte ni nada, vamos a conseguir algo de ropa con una amiga –me miró fijamente durante unos segundos.

-Una amiga...- susurré y lo escuche reír levemente, me había escuchado.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora