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N/A: Como de costumbre, cuando los *** centrados aparezcan pueden reproducir la canción.

De regreso a casa mi mente viajaba a la misma velocidad que Marco por la carretera terrosa, Ruggero tenía su cabeza recostada en mi hombro y nuestras manos entrelazadas sobre su regazo mientras dormitaba levemente; mi cabeza estaba a mil kilómetro...

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De regreso a casa mi mente viajaba a la misma velocidad que Marco por la carretera terrosa, Ruggero tenía su cabeza recostada en mi hombro y nuestras manos entrelazadas sobre su regazo mientras dormitaba levemente; mi cabeza estaba a mil kilómetros de distancia intentando comprender y procesar todo lo ocurrido durante la noche sin encontrarle mucho sentido a nada. Luego de besarlo, Mia y Fabrizzio habían desaparecido en algún lugar permitiéndonos disfrutar del resto de la velada sin incomodidad pero lo cierto era que la mentira de él seguía rondando a mi alrededor ciñéndose sobre mi como una nube negra que no me permitía disfrutar por completo.

No era capaz de entender por qué me había mentido y eso solo me hacía cuestionar en qué otras cosas podría haberlo hecho, no tenía una relación de años y mucho menos habíamos sido amigos antes de estar juntos así que no tenía un punto de partida o referencia, sabía tan poco de él como del resto de las personas en el auto; se acomodó un poco más en mi cuello dejando un muy tenue beso en mi cuello ocasionando que cada poro de mi piel se erizara con ese solo roce, suspiré y giré mi cabeza para verlo descansar a mi lado con sus ojos cerrados y su respiración tranquila y acompasada, una punzada se instaló en mi corazón haciéndome sentir peor de lo que ya lo hacía.

Las luces de la ciudad se abrieron paso frente a nosotros con rapidez mientras nos movíamos por las calles en dirección al apartamento que compartíamos él y yo, Gianna giró su cabeza y fijo sus ojos en los míos cuando el auto se adentró en nuestra cuadra, traté de mostrarle una sonrisa tranquila y asentí antes de mover a Ruggero a mi lado para despertarlo.

-Vamos a casa...- susurré cerca de su rostro, él sonrió y se separó de mí para bajarse y luego ayudarme.

-Buenas noches, nos vemos luego- dijo Gianna despidiéndose, le di un abrazo antes de verla subirse al auto y alejarse por la oscura calle.

Nuestros pasos eran el único eco que resonaba por los pasillos del edificio a medida nos acercábamos al apartamento y cuando finalmente estuvimos dentro de las cuatro acogedoras paredes, una presión abrazadora inundó mi pecho y la punzada se hizo más penetrante y dolorosa, caminé con lentitud hasta la habitación y me senté en mi lado de la cama con la vista perdida en mis pies esperando que él dijera algo porque no quería ser yo la que lo hiciera, lo escuché removerse alrededor buscando sus cosas antes de que soltara un suspiro y se sentara en la cama en su lado.

Era la primera vez desde que nos conocíamos que sentía que estar ahí no era mi lugar.

-¿Vas a decirme que está pasando?- preguntó girándose en mi dirección.

-Es lo que me gustaría saber a mí...- respondí poniéndome de pie y caminando hasta mi maleta para sacar algo para dormir.

-Pensé que lo que había pasado con Mia lo habíamos olvidado ya- dijo en tono neutro desde su lugar en la cama con su mirada fija en mí.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora