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Desde la conversación que habíamos tenido luego de la pequeña discusión todo parecía estar en calma y mis palabras parecían haberlo tranquilizado, sin embargo, luego de eso cada uno se había enfrascado en actividades diferentes para tratar de acla...

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Desde la conversación que habíamos tenido luego de la pequeña discusión todo parecía estar en calma y mis palabras parecían haberlo tranquilizado, sin embargo, luego de eso cada uno se había enfrascado en actividades diferentes para tratar de aclarar nuestras mentes; había intentado leer un libro que encontré en alguna gaveta de la habitación pero mi concentración se desviaba a la cama en la que estaba sentada y en la mirada café oscuro que me había dado la noche anterior mientras su cuerpo se fundía con el mío y me era imposible concentrarme en cualquier otra cosa que no fuese eso, así que di vueltas alrededor tratando de ocultar la inquietud que me producía la discusión que habíamos tenido y la corriente que me recorría completamente solo de pensar en él. Era un manojo de emociones contradiciéndose las unas a las otras.

-¡Karol!- me llamó desde el sofá, dejé el libro a un lado en la mesa de noche y salí de la habitación buscándolo con la mirada.

-¿Por qué gritas?- me reí levemente sentándome a su lado y robándome un poco de las palomitas que tenía en un tazón sobre su abdomen.

-¿Quieres ir a la feria esta noche?- preguntó sonriendo.

-¿La feria? ¿Cómo en un parque de diversiones?- pregunté riendo levemente.

-Sí, Marco y su novia Gianna nos están invitando- dijo acercándose a mí para dejar un beso en mi mejilla.

-Claro, por supuesto que iremos- dije riendo por las ligeras cosquillas que me hacía su cabello.

-Entonces nos vamos en un rato, cuando Marco cierre el restaurante- me dijo dejando el tazón a un lado.

-¿Qué quieres hacer mientras esperamos?- le pregunté riendo levemente.

-Ya veremos qué podemos hacer...- dijo abalanzándose sobre mi haciéndome reír fuertemente, su cuerpo quedó sobre el mío rompiendo todo espacio entre nosotros, levantó levemente su cabeza dejándola muy cerca de la mía mientras sonreía ampliamente.

Sus piernas me acorralaron colocándolas a cada lado de mi cuerpo impidiéndome escapar cuando llevó sus manos a mi cintura y comenzó a hacerme cosquillas con sus dedos y reír a carcajadas, me sacudí en el sofá tratando de alejarme de él pero era imposible así que hice lo primero que se me ocurrió atrayéndolo a mi rostro para besarlo; su cuerpo se tensó sobre el mío debido a la sorpresa y cuando llevé mis manos a su cuello sentí como sus labios comenzaban a moverse, sus manos aferraron levemente mi cintura y la tela de mi blusa mientras su lengua exploraba mi boca con total agilidad. Cuando sentí su cuerpo relajarse dándome la oportunidad de escapar separé mis labios de los suyos dejando tenues besos por su mejilla y su cuello, tembló levemente y la piel de su cuello se erizó, antes de que volviese a tomar el control de la situación me deslicé por el sofá y me levanté corriendo entre risas dejándolo confundido en la misma posición de antes.

-¡Eso es trampa!- se quejó girándose para verme.

-Nunca pusiste ninguna regla- me burlé, sus ojos cafés se fijaron en los míos y sin pensarlo dos veces se levantó del sofá y comenzó a correr en mi dirección.

Luces de Roma [RUGGAROL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora