Capítulo 34

61 7 1
                                    

Clare
Una mano me acaricia y se posa en mis labios. Abro los ojos y me encuentro los zafiros de William cerrardos, concentrados en ese beso. Un beso que nunca llegaré a sentir con su mano entre nuestras bocas.
-Estás mejor?- pregunto
-Sí... Vine, no es así?
La emoción que siento va más allá de su estado y mi mundo.
Tomo su rostro entre mis manos, temblando de la felicidad.
-La próxima no tardes tanto, te he echado de menos...

William
Sus manos, cálidas, me hacían creer que podría ganar esta gran batalla en la que casi muero.
Siento que con abrazarla y sentir su calor soy capaz de hacerlo todo. Soy capaz de morir y volver a la vida, solo por ver su sonrisa.
-William, dime, qué te ha pasado?
-Es una larga historia...
-Tengo tiempo para escucharla
Se acomoda a mi lado.Yo estoy tumbado y ella sentada sobre la cama.
-Me pegaron, sencillamente eso.
No puedo contarle la verdad, que he ido directo a enfrentar la muerte sin su consentimiento.
Pero a veces es mejor mentir por la persona que amas a preocuparla.
No puedo permitirme marchitar a mi pequeña luz.

Clare
Esa herida no era de un puñetazo. Más bien era como una espada.
-Mentiroso. Eso no puede ser.
-No me crees?
Dudo un instante pero después me mantengo en compostura.
-No, no me creo que alguien te haya tocado con puños. Además, esa herida es muy grave y profunda para ser...
-Quién dice que no hayan usado navajas?
-Pero...
-Me pillaron desprevenido. Eran los mismos que atacaron a Steve, son fuertes. La próxima llevaré más cuidado.
No le podía creer. Aquella raja en su costado tenía algún misterio en cuanto a quién se la había hecho y al tipo de arma.
Me está contando parte de la verdad y a mí no me queda de otra que hacerme la idiota.
Recuerdo lo último que ha dicho y se me congela la sangre.
-Vas a volver allí?
-No me queda de otra, Clare.
-No, no puedes. Mira como estás. No puedes volver!
-Clare... Tengo que hacerlo, sencillamente.
-Por qué?
William me desvía la mirada y la posa en la ventana abierta, en la oscuridad de la noche.
-Por Steve, por nuestros amigos- vuelve a mirarme- por ti, por nosotros...Puede que hasta por mí...
Aquellas palabras me ablandan el alma. Por nosotros.
Toma mis manos y las aprieta fuertemente.
-Para poder crear un futuro juntos tengo que hacerlo.
-Pero qué es exactamente lo que has de hacer?
-No puedo decírtelo. No quiero que...
Que me preocupe por él?
Que tenga pesadillas soñando en que no volverá?
-Me he de marchar ya pronto de nuevo.
-No puedo hacerte cambiar de opinión , William?
-No.
-Mmmh...
Miro hacia abajo y de repente aparece un anillo sobre su mano.
-Es para ti.
-Cómo? Ha aparecido de la nada!
-Magia...
El anillo es plateado y tiene una especie de piedra azul pequeña y redonda incrustada en él.
Me lo pone en el dedo con cuidado y roza la especie de piedra azul.
-Se llama luz de sirenas...
Miro el brillo de la luz de sirenas a la luz de la luna.
-Cuenta la leyenda que hace millones de años, cuando la Tierra todavía no se había desarrollado, los cielos tenían paz y el inframundo todavía no era necesario. Había hadas, grifos... No había demonios ni ángeles, ambos eran llamados alados.
Nació un joven sireno cantante que era ignorado por los demás por la cicatriz que cruzaba su cara, parecía un monstruo. El pequeño fue abandonado por sus padres, por sus amigos... No tenía a nadie~
-Parece un cuento
-Es una leyenda.
Me apoyo sobre su pecho para escuchar a su corazón y a sus palabras por igual.
-Sigue, William.
Se aclara la garganta y continúa:
-Cuando cumplió los veinte años estaba por la noche en su río. Estaba solo, cantando a la luna cuando apareció un alado. Una alada para ser exactos. Ella era la mujer más hermosa que él había visto nunca y el sireno sentía como sus ojos dorados iluminaban esa noche sin luna solo para él. Se miraron y se enamoraron
-Así de fácil?
-Podría decirse que sí. Lo malo era que ella era princesa y que era la futura heredera del reino, no podía permitirse a ese simple sireno.
《 Sin embargo él la amaba y el día en que se anuncio el compromiso de la princesa alada con otro noble el sireno tuvo una idea.
《 Aquella noche, como todas las noches sin luna, ella volvió a las aguas, solo para verle a él. Se dice que tenía unas marcas con sangre en las manos, señal de que no quería casarse. Cuando la vio él le dijo "Tengo una idea: huyamos, juntos!! ". Ella le dijo que sí, que lo abandonaría todo por él.
El sireno se hundió en las aguas con su alada.
-Pero no murió por ahogo la alada?
-No, antes no había restrinciones, Clare. Se hundieron en las aguas y solidificaron el río en el que vivía él solo.Crearon un felices para siempre hasta hoy día, cuando ese río todavía está sólido y los separa del exterior. Por otra parte, lo que se formó en las aguas era un mineral jamás visto creado por el amor que se profesaban:unión de la luz que irradiaba la mujer y el poder del sireno. Es un mineral mágico que solo está en ese río.
-Qué bonita historia pero... por qué cogiste esa piedra?
-Me recuerda a nosotros. En que yo sea un monstruo y que tú hayas podido estar conmigo, iluminando todo mi mundo.
-No eres un monstruo... Eres mi demonio cantante.
Sonríe
-Pues tu demonio cantante se tiene que ir pero, te lo juro, y esta vez, por favor, creéme, VOLVERÉ.
Inspiro hondo, qué remedio.
-Está bien.
Se vuelve a tornar translúcido y al rato transparente.
-Hasta la semana que viene, William
Ya no me siento sola, miro el anillo y lo beso.
-Te amo.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora