Capítulo 68

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Clare
Ahora sueño con una rosa en el jardín.
Es la misma que vi esa tarde, esa rosa dorada, diferente a todas las demás. Cada día sueño cosas más raras. Veo como la flor llega a su auge para desprenderse de su belleza y perecer. La flor muere y el suelo se alimenta de su pena, para siempre. Y es que he aprendido que la única promesa que existe es esa, la muerte.
Cuando ya estoy preparada para despertar los pétalos podridos del asfalto vuelven a su hermosura, como si fuese una cámara invertida.
Cómo si pudiese cambiar el final de esa rosa.
Tonterías.
Me levanto de la cama de un salto y me dirijo rápidamente al jardín. La flor sigue viva como era de esperarse, parace burlarse de mi mala fortuna.
Acerco a Kyrian con su afilado filo hacia ella y veo como se hecha ligeramente en la dirección opuesta.
-No lo hagas...
-Ya lo que me faltaba, haberme vuelto loca.
Ahora me faltaba esto, que las plantas me hablen.
-No me mates. No quiero que se termine todavía.
-Eres una maldita flor, no puedes desear...
-Tú eres una humana y sí puedes por creerte superior?
Clavo la espada en el suelo enfurecida y me acuclillo a la altura de la pieza dorada.
-Nunca desees, te lo aconsejo.
-Tú puedes, todavía.
Elevo la vista y una mota de esperanza nubla mi ser un instante, suficiente para cuestionar todo.
-Es demasiado tarde.
-No lo es, escucha~
-No!!!!!!
El suelo tiembla bajo mis pies levemente, un terremoto?
-Qué poderosa eres,hija de Bael. Ten cuidado en desaprovechar tu fuerza por ese débil corazón tuyo.
La brisa pasajera siguiente vuelve a la flor dorada sencillamente eso. Una flor dorada.
Lo siguiente son las palabras que siempre me trae el viento. Han cambiado.
Témela, témela. La muerte, tan tentadora y cautivadora. Témela más que al amor.
Así que eso era lo que me susurraba amenazas... La muerte...
Pero a caso no tendría que estar ya muerta al haber perdido al amor de mi vida? Observo mis manos viendo que no es así, todavía me queda mucho por descubrir, cosas que van más allá que él.
A la mañana siguiente.

Rose y yo estamos en el inframundo de nuevo, me he puesto una capa sobre mi cabeza pues parece que mi búsqueda parece más ardua cada vez.
-Clare, vamos a comprar algo de fruta, no te parece?
-Hmm, sí.
Con el rostro cabizbajo nos dirijimos a la frutería. Yo decido esperar fuera mientras ella compra las cosas. De la tienda de al lado salen dos jóvenes. William lleva a una mujer agarrada a su brazo. Abro los labios para saludar o decir cualquier tontería pero de ellos no sale nada cuando el hombre que me había hecho tantas promesas pasa por delante mío sin siquiera mirarme.
Cómo si no me hubiese visto.
Intento convencerme de que me da igual pero empieza a llover y odio darme cuenta de que yo soy la causante.
-Clare, vamos a un sitio cubierto que vamos a mojarnos.
-S..Sí.
Nunca he estado menos resguardada de algo que ahora a pesar de tener esta capa  y a mi amiga al lado.
-Estamos sentadas mientras vemos como unas finas hileras de gotas caen por las calles, la lluvia se ha apaciguado un poco.
-Clare dime la verdad, estás bien?
-Sí.
-No sabes decir otra cosa hoy?
-Ayer una flor me dijo que desease cosas
Su cara de anonadada me produce una pequeña risa, seguro que piensa que estoy loca.
-Ey! De qué te ríes?
-De tu reacción, pensarás que estoy loca.
Sigo riendo un rato más hasta que me canso y la vuelvo a contemplar, sonríe. Al instante vuelvo a enfocar mi mirada al ventanal al que estamos pegadas por el que podemos ver la lluvia.
-Gracias, Rose.
-Por?
-Por hacerme reír, hacía mucho que no lo hacía.
-Clare... Escucha, todo se arreglará, te lo juro por mi nombre.
-Te creo, a ti y a la flor. Por eso estoy aquí sin reunirme con la muerte.
-Tú eres Clare.
El hombre que me señala capta la atención de todo el bar, sostiene el cartel de mi busca.
Tenso la mandíbula cuando Rose responde, la he metido en un lío.
-Ella es Alex, mi amiga.
Ahora me atraganto con mi antiguo nombre, casi lo había olvidado. Ya no soy Alex, esa chica feliz que iba a pasar los mejores diez días de su vida con la persona que amaba.
Ahora era Clare.
-Tienen razón, soy Clare.

Rose
Observo a mi amiga, qué hace? Quiere que la capturen acaso?
Mi pregunta muere en mi cerebro cuando el cristal que nos separaba del exterior se rompe en mil pedalzos. Vuelvo a mirar a Clare, sonríe, como si lo hubiese hecho ella... pero eso es imposible...No?
Clare toma mi mano y me lleva a rastras mientras corremos a la fuga del hombre al que se le han unido más personas. Todos nos acorralan en poco tiempo y nos encontramos sin escapatoria. Sin embargo Clare parece... divertirse?
Estamos rodeadas tanto de espectadores como de atacantes en la plaza con la fuente. Clare sigue sonriendo cuando saca su espada y la empuña con fuerza.
-Quién será el primero?- pregunta.
Ella parece una asesina ahora mismo, cuántas cosas ha visto en los meses que aprendió a seguir a su corazón? Cuantas cosas aprenderá por ese error?
-Clare, mejor entregarse de una pieza, si nos hieren...
Compruebo como un atisbo de duda cruza sus rasgos por la plaza hasta que ve a William mirarnos, él parece reconocerme a mí pero no a ella pues no la mira.
Clare lo ve con la tal Chloe y aprieta la empuñadura a la vez que los dientes.
-No pienso huir.
El primer hombre que se acerca es atravesado por su arma y un río de sangre inunda la plaza.
El segundo hombre lleva un hacha pero el rostro de Clare no se inmuta. Como si no sintiese nada. Lo vuelve a matar fácilmente.
El líquido rojo cae por su espada y chorrea, tengo miedo de esta nueva chica, de esta Clare.
-No lo hagas- digo con el susurro que sale de mis labios.
Se vuelve hacia mí, preocupada.
-Qué no haga qué?
-No los mates.
-Si no lo hago nos atraparan, no creo que tú salgas impune tampoco si lo hacen.
Cuando se dispone a ponerse en guardia observo a nuestro público: Las mujeres aprietan a sus bebés con miedo y los varones se muestran inseguros.
Como si ella fuese un monstruo.
Tengo que pararla.
Me lanzo sobre ella en un abrazo lleno de vida, de calor. Ella se asusta un instante.
-Así no puedo luchar, Rose.
-Clare! Me oyes? No te conviertas en un monstruo! Quiero volver a verte reír por cualquier cosa, quiero volver a verte regar flores y a ir de compras contigo como hoy. Por favor, sé lo que te hacía ser tú.
La espada se le cae de las manos mientras se pone a temblar bajo esta lluvia. Está llorando. Me vuelvo para ver sus ojos y me encuentro la luz de ellos en castaño. Vuelve a ser ella, más o menos, parece estar encendiendo una tenue antorcha de calor en su corazón.
Los atacantes ante el despiste se van acercando poco a poco pero se retiran cuando un varón se nos acerca a donde estamos nosotras.

William
Quién es esa chica que está con Rose? Parece tan vulnerable ahora... Parece tan sola... Cuando nuestros ojos se encuentran en medio de la multitud siento un cosquilleo...como el que sentí con esa sonrisa que soñé.

Clare
William se agacha a nuestros pies y me lo quedo mirando, entre las lágrimas de esta batalla.
Recoge a Kyrian y la pone en mis manos. Me fijo en el anillo que enlaza su dedo. Ese era nuestro anillo. Nuestra promesa.
-Corre con tu amiga, Rose.
-William...
Su nombre desaparece de mi labios al poco cuando empezamos a correr lejos de todos. Pero sobre todo de él.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora