Capítulo 92

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Gabriel

Me había olvidado del color rojo que transportaban los alados en sus cuerpos. Me había olvidado del dolor, de los gritos de socorro de la gente a alguien que no pasará.

Los humanos que nos apuntan con las pistolas no parece que vayan a bajar el arma y nosotros tememos matarlos y que esto provoque un mal mayor.

Suena el eco de las armas cargar y cuando se disponen a presionar el gatillo les interrumpe alguien, Edgar.

Crea un escudo rojizo y su poder hace que los ángeles hagan muecas de dolor. No podemos aguantar el hedos a demonio a pesar de que noshaya acabado de salvar.

Se hace el héroe cuando él mismo formó parte del bando que trató de matarnos. Fue él quien mató a Rec, mi antiguo mejor amigo.

-Tenéis que huir de aquí, vienen más!!! -le oigo gritar.

-Desde cuando los demonios nos protegen? Algo sucio tienes que estar tramando- dice alguien a mi lado.

-Hay que mataro antes de que cumpla con sus intenciones- vociferó otra persona.

Yo no podía apartar la vista de Edgar el cual seguía manteniendo firmemente la barrera, parecía tan dispuesto a protegernos...

-Gabri!!!! Vive una buena vida, vive un sueño y elimina a los demonios...Pero no vivas de ...- Recuerdo sus últimas palabras, las palabras que Rec me dijo antes de desangrarse en el suelo. Las palabras que el que ahora nos proteje acalló.

-Matémosle, ahora!

-No... yo solo quiero... Gabriel, díselo tú.

Edgar me miró suplicante mientras gastaba sus fuerzas por mantener la barrera ilesa. Quería que dijese que solo había venido aquí para llevarme a Tierra pero no lo iba a hacer, aunque fuese noble.

Sin que nos diese tiempo ni él ni a mí a reaccionar un hombre cogió una botella de cristal y la estampó contra su cabeza. Edgar cayó al suelo mientras su sangre se estendía y los ángeles empezaron a correr despavoridos tras darse cuenta de que la barrera había sido destruida.

Yo sentía que caía. Estaba teletransportándome a Tierra. Me habían expulsado de los cielos por no haberme portado como un ángel debería, por haber dejado que alguien muriese.

Pero si ese era el caso para ser perdonado solo tenía una opcion... es demasiado...

Tenía que contarle la verdad a Rose.

No me dio tiempo a explayarme en pensamientos pues de repente un rayo tronó en los cielos y tal parecía que el mundo iba a desaparecer. Se escuchaba un sonido, un grito...

Clare, estaba realmente viva?


Clare

-Bájate del edificio, vas a sobrepasarte y todo va a arder- me decía William a nivel de suelo.

Estaba en un tejado y acababa de lanzar un rayo al cielo. William y yo habíamos decidido ponernos en acción y destruir a Damon lo antes posible.

-Hay unas vistas tan hermosas desde aquí... -le imploré hasta que se sentó a mi lado.

-Si tuviésemos alas podríamos llegar hasta el cielo pero... somos tan inservibles así...- apretaba los puños mientras miraba el cielo pero yo tomé su mentón y lo incliné al suelo.

-Mira, todo el caos de la galaxia y los humanos in inmutarse, sin darse cuenta de nada... como si no les importase nada más que ellos mismos, como si no mereciese la pena mirar al cielo.

-Clare, eres consciente de que... eres humana, verdad?

-No, no lo soy. Soy un monstruo que necesita eliminar a un demonio que quiere conquistar el mundo para que me pueda perdonar por todo lo que he hecho.


William

Me sonreía y miraba el suelo con pena, con desilusión. Supelo ahora plateado desde que volvió de la muerte emite un pequeño reflejo colorido... extraño... bello...

O acaso me lo he imaginado?

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora