Capítulo 19

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Se sienta a mi lado y me mira fijamente mientras yo como
-Sabía que vendrías
-No seas tan arrogante, vengo para ver como estas
-Solo por eso?
-Exacto
Mis palabras intentan sonar cortantes pero, en vez de eso, transmiten unos sentimientos prohibidos, sentimientos imposibles para nosotros.
Sostiene mi mano sobre la mesa. Yo la aparto con un nudo en el corazón
-Ummm... William, dijimos que íbamos a ser amigos...
-Ayer cuando sostuve tu mano no te veías tan reticente, Clare
-Ayer fue..
-Fue...
Le dije la verdad
-Fue el último día en el que decidí permitirme verte como alguien a quien amar
-Puede que lo que tú creas que es lo último no sea eso, puede que esto sea el principio.
Me quedo mirándolo. Su pelo negro brilla y sus llameantes ojos me absorven
-Esto es imposible, William. Lo sabes tan bien como yo
-Por?
-Eso digo yo. Conformémonos con esto, con una amistad, con esto
-Amistad? No conozco esa palabra si tiene que ligarse a ti
-Pues olvídala entonces si tanto te cuesta
Me levanto del sitio, dispuesta a irme pero me sigue y me detiene al llegar a la calle
-Alto, muchacha!
-Qué quieres?  Yo me voy, si no puedes aceptar~
-De eso podemos hablar luego, Clare. Ahora mira, que ves?
"Al hombre con el que el destino me está torturando" pienso. De la nada unas entradas de cine aparecen ante mis ojos
-Esta peli es...
-Un musical, vamos, ya están pagadas así que no te puedes negar chica.
Refunfuñando salimos de los alrededores y llegamos al cine tras una larga caminata.

Dentro del cine
-Deme una grande de palomitas y dos refrescos de naranja .
El dependiente pone el pedido en el estante
-Son diez con cincuenta
-Aquí tiene
William pone el dinero en la palma del hombre
-William, no hace falta, yo tengo también. Podemos pagarlo a la mitad.
-Ya te cobraré si acaso lo necesito
Me pongo roja como un tomate y le sigo con la bebida en la mano por los pasillos
Comienza la película
No puedo concentrarme, tengo a la persona que más amo y a la cuál debería temer a mi lado. Le miro y le miro por mucho rato, hasta que toda la sala se empieza a reír de un chiste que ha dicho alguien de la pantalla. Esos ruidos me devuelven a la realidad y fijo la mirada en la película.
Al poco rato bebo de la bebida y tomo palomitas, "esto es tan genial" pienso para mis adentros. Sonrío y un ruidito de alegría sale de mis labios. No llega a ser un susurro pero es lo suficiente para hacer que William me mire, curioso. Acerca su mano a mi cara de repente y, antes de preguntarle que hace me quita un rastro de palomita de la cara. Acto seguido tapa mi boca con toda su mano. Se acerca a mi rostro y posa sus labios en la mano con la que ha tapado mis labios. No llego a sentir ese beso como uno de verdad, pues no lo es pero una dicha recorre mi cuerpo. Intento reprimir esa sensación de felicidad pero no puedo.
Después del beso aparta su mano de mi cara y la pone en el posabrazos, sujeta mi mano y entrelaza los dedos con ella. Le miro preparada para retirarla pero, a mi pesar, el amor que siento por William va más allá de mi deseo de seguridad.
Seguimos así el resto de la película y, en el número final suena una canción hermosa. Habla de amor. De lo que uno puede sufrir, los chascos y las alegrías que puede dar el amor. Comprendo tan bien esa canción que me duele.
Me doy cuenta de que William, con nuestros dedos entrelazados, ha comenzado a mirarme.
Yo hago lo mismo
Se pone a mover los labios diciendo sin hablar las palabras de la melodía amorosa de la pantalla. Parece que me lo está dedicando. Pasa su brazo por mi hombro y yo me dejo arropar por él.
Qué pena que nunca vaya a poder probar sus besos verdaderos...
Qué pena que nunca vaya a poder decirle lo que  siento...
Que pena, que gran pena que en este momento de alegría, mi vista esté nublada por un millón de lágrimas contenidas que amenazan con entristecer mi rostro.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora