Capítulo 91

23 2 1
                                    

Clare

Caminaba en una gran explanada.

Parecía el campo de mis sueños pero ahora era tenebroso...

Parecía que un virus se hubiese extendido por mi imaginación.

A lo lejos veía una pequeña luz, tenía que ser él.

-Willia-

No me dio tiempo a decir su nombre, sentía que me ahogaba de repente. Mis piernas no respondían y no podía respirar.

Al principio intenté resistirme pero caía cuanto más me movía.

Hasta que me rendí y empecé a caer.

La luz que había visto hace poco estaba en el fondo del agua y cada vez estaba más cerca.

Cuando llegué casi ni podía mantenerme despierta, llegué donde estaba el cuerpo Ceñeste y solo vi el cadaver de mi madre, inerte y cubierto de un líquido rojo que ensordecía mis sentidos.

Y a pesar de que no abrió sus labios pude escucharla decir:

-No seas cobarde, hija. Vive.

Y una ráfaga que no existía me impulsó a la superficie.


-Clare?- me llamó una voz que conocía muy bien.

-William...- le miré nada más desperezarme y en cuanto lo hice vi que algo había cambiado: agarraba mi mano dulcemente y me observaba tan preocupado...

Tan perfecto...

Estuvimos así unos segundos, mirando al otro como si el mundo no se estuviese haciendo pedazos, como si solo importásemos él y yo.

Acercamos nuestros rostros inconscientemente y justo cuando íbamos a besarnos él agachó el rostro:

-Lo siento, Clare.

Es verdad, él ya no me iba a perdonar nunca, él ya no iba a ...

-Siento haberte dejado. Siento haber dudado-apretaba mi muñeca tanto que parecía que iba a sangrar- lo siento, mi amor.

Sus últimas palabras me hicieron temblar, la forma en la que me había llamado era tan familiar, tan hermosa...

-William... entonces tú y yo...

-Te quiero, más que a Chloe o que a ninguna otra mujer, te amo y te amaré por siempre. Aunque eso llegue a destruirme, aunque tú creas que eres un monstruo.

Ahora sí que sus labios iban a los míos, ahora sí que parecía el momento.

Pero yo retrocedí

-Cuando todo termine.

-Cómo?

Se veía estupefacto al contemplar cómo había esquivado el beso. 'No es eso, William' pensé con una sonrisa. Sus palabras me habían hecho despertar por fin de la pesadilla en la que me había inmerso hace un rato.

-Salvemos a todos, mi amor. Salvemos al mundo y después seamos felices, tú y yo.

William tras escucharme se limitó a sonreír y después, por fin y como si se hubiese hecho de rogar el momento, nos besamos.

-Felices para siempre- dijo él.

-Qué lejano suena eso- respondí yo a la vez que nos abrazábamos.

-No importa la distancia mientras podamos superarla- finalizó él.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora