Capítulo 57

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Rose
No puedo soltarme de su abrazo. Es como si solo hubiese vivido para este momento, para este suspiro comparado a toda mi juventud.
No podíamos estar juntos y sin embargo yo quería estar a su lado sin importar el precio.
-No deberíamos...
-Ssshhh... deja este momento así, perfecto, para que siempre lo recuerde.
Me aprieta más fuertemente contra su pecho mientras yo siento su calor.
En ese momento tomo la decisión.
-Edgar, sigue en pie?
-Hmm?
El nudo de mi garganta se deshace y me pongo a hablar entre lágrimas.
-Todavía quieres huir del mundo conmigo?
Me coge de los brazos y me separa súbitamente, se me queda mirando, desafiante.
-En serio?
-Sí
-Si vuelves a decir que sí nunca te volveré a dejar marchar, nunca me volveré a separar de ti, incluso si he de encerrarte o~
-Eso da miedo- suelto una pequeña carcajada mientras toco su pelo rubio oscuro. Respondo lo que debí responder hace años.
-Sí, quiero.
Su sonrisa me hace olvidarme del mundo, como él me prometió.

Edgar
Daría mi vida por esos ojos, por esa sonrisa. La amo, siempre, siempre la atesoré a mi alma y le hice un hueco en mi corazón desde que le entregué las flores aquel día que nos vimos de pequeños.

Mientras tanto en el inframundo...
Clare
-Clare, donde quieres ir en nuestro primer día de vacaciones?
Se carcajea mientras caminamos por las calles de la plaza central. Es extraño, el infierno es igual que una peli de la edad moderna.
-Chist! No me llames por mi nombre! Aquí soy Alex.
-Alex? Me parece bien... Ah! Ya se! Vamos de compras!
-Tienes dinero?
-Tengo esto!
Se saca su chaqueta negra y me la muestra.
-Una chaqueta muy bonita pero eso no nos sirve.
-Fíjate en los detalles.
Toma mi mano y la posa en los diamantes encajados en las mangas, después pasa nuestros dedos por las esmeraldas de los botones...
-Vamos a estropearla? Es muy chula y te queda bien...
-Obsoleta, aunque el infierno cambia muy rápido de moda.
Se pone a arrancar piezas brillantes antes de que pueda pararlo y a los pocos minutos ya tiene los puños llenos de cuentas brillantes.
-La verdad es que así está mejor.
-Si tu lo dices...
Me tira del brazo bicolor y me pongo a seguirlo con mi capa marrón y mi espada a la cintura.

-Os puedo dar diez
-Diez que?
-Millones.
Estamos cambiando los diamantes y esmeraldas por dinero de aquí. Casi se me cae la baba solo de escuchar el dineral que vamos a ganar.
-Genial! Gracias! Gracias!
Le tomo la mano al hombre con los ojos brillantes. William ríe por lo bajo mientras tira de mi capa para salir ya con las ganancias en mano.
-Escucha Cla...Alex. He cogido cincuenta mil para hoy, lo demás lo podemos coger de aquí.
-Yo también? Pero es tu dinero...
-Nuestro, querrás decir.
-Pero esa era tu chaqueta.
-Te lo debo. Esto es solo una parte por venir a buscarme. Por rescatarme de esa oscuridad...
-William...
Su rostro se había ensombrecido durante un instante pero no me preocupo demasiado, al instante ya ha fijado sus ojos azules en una tienda a la que me arrastra.
-Ropa, necesitas algo mejor que eso, Clare. No pue~
-Alex
-Alex, mi princesa debe vestir mejor que esos harapos.
-Gracias, yo también te quiero.
Tenía razón, en comparación a sus jeans azules oscuros y a su camisa de botones beige yo era como una pobretona.
-Vamos anda.
Empiezo a mirar ropa  pero antes de ver el precio de la primera camiseta William me para y me sienta en un sillón del lugar.
-Deja que yo elija- susurra en mi oído.
A los pocos minutos vuelve con varios conjuntos y yo me los pruebo sin rechistar a pesar de lo cantones que parecían algunos vestidos.
Al final compramos varias prendas y yo salgo de la tienda con una camiseta rosa con una chaqueta marrón y unos pantalones de lino negros estilo campana.
Al oís el costo de todo me pongo a pedirle a William que no se gaste tanto pero me ignora y ya se gasta veinte mil en mi ropa.
-Por eso no me dejabas ver la ropa por mi misma.
-También me hacía ilusión elegir por ti. -Me sonría pícaramente y yo arrugo la nariz.
-Y tú no compras nada? Que yo sepa solo tienes ese traje.
-Tienes razón, vamos a esa de ahí.
Nos adentramos en otro establecimiento y William vuelve a susurrarme palabras al oído.
-Elige tú mi ropa
Siento mis mejillas arder.
-Yo?
-Así estamos en las mismas.
-Está bien.
Nada es tan hermoso como él lo es, nada es tan perfecto pero tengo que elegir.
Se pone varios trajes y prendas casuales y sale de la tienda agarrado del brazo conmigo con bolsas de ambos.
-Me ha gustado lo último que has elegido, es mi favorito.
-El qué?
-La verdad nunca había pensado pantalones de traje con polo azul.
-En serio?
Algo tan normal no se le había ocurrido?
-En serio.
-El azul siempre te sienta bien.
-Sobre todo cuando se refleja en tus ojos.
Me vuelvo a poner colorada y le doy un pequeño empujón cariñoso.
-Serás idiota!
Me atrae hacia sí.
-Puede, pero soy un idiota que lo tiene todo.-Apoya su cabeza con la mía y repite- todo.
-Entonces sigamos con esta felicidad y este todo.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora