Capítulo 35

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Clare
He decidido ser más suave con papá desde hoy. Bajo a la cocina a preparar el desayuno y me encuentro con una nota pegada en el frigorífico.
Tiene palabras escritas:
Lo siento, hija. Esto es demasiado para mí. Te quiero mucho...
Petrificada, contemplo la nota. Empiezo a imaginarme lo que significa y subo corriendo al cuarto de mi padre.
No hay nada de su ropa, pertenencias... Solo está su cama vacía, una mesa de trabajo y un armario.
-N..No puede ser.
Bajo a la entradilla de nuestro supuesto hogar.
Las llaves de papá están ahí.
Entonces llego a la conclusión de que mi padre no va a volver a casa a desayunar, ni hoy, ni nunca.

Enma me ha dicho de quedar para ir a un bar esta tarde. He dicho que estaba ocupada.
Rose me ha llamado porque necesitaba ayuda en el karoke.
He dicho que estaba ocupada.
Gabriel ha venido a verme por la mañana (algo que me ha resultado raro pues él suele venir por la noche) y le he dicho que quería estar sola.
Mamá no ha venido.
17:00
Decido hacer limpia de trastos y rebusco en el cuarto de mi padre para recoger y tirar la basura.
-Ya casi he terminado, solo me queda el escritorio.
Nunca imaginé que ser abandonada por tu padre galso pudiese ser tan doloroso, parece una espina que se clava en el corazón.
Algo interesante aparece de la mesilla del escritorio, un cuaderno abierto de un envoltorio de regalo.
Lo abro y leo la clara letra de mi padre:
Para mi querida hija, Clare.
Era para mí?
Lo hojeo y veo que está en blanco, es un diario.
Es de color rosa chillón, un rosa que me encantaba cuando yo era pequeña. Las hojas eran amarillentas por el paso del tiempo y todo esto hacía que pensase que este cuaderno llevaba aquí más tiempo del que parecía...
Aquel diario era un regalo de pequeña que nunca llegué a recibir pero... De quién era?
Lo cojo y voy a mi cuarto corriendo.
Empiezo a eacribir.
Querido diario:
Este mensaje va para la futura Clare: nunca te ha pasado que el corazón te pesaba tanto que tenías ganas de arrancártelo del pecho? Y... nunca te diste cuenta de que tu pasado era más sano que tú enfermiza realidad en la que nada ni nadie pueden hacerte sonreír más que tu mayor enemigo?
Suelto el bolígrafo con el que escribo. Qué tontería! yo? Un diario? No estoy tan aburrida.
Me tumbo en la cama y sueño.
Veo dos jóvenes de no más de veinte años de apariencia que conversan mientras caminan.
-Ehmm...Bael... qué es eso que sostienes?
-Es un secreto.
-Un secreto?
-Sí. Nada importante.
-No me gusta que estés tan serio
La mujer se acerca a él y le besa en los labios.
-Lucy... no quiero desvelarte la sorpresa...
-Es para la pequeña?
-Sí! El otro día hablé con una pitonisa y le pregunté cuál iba a ser su color favorito de pequeña. Me dijo que iba a ser este, los humanos lo llaman rosa.
Lucy atrapa el regalo envuelto para su hija y lo abre.
-Wow! Es un libro.
-No, es un diario querida.
-Por qué un diario?
-Para que... si un día necesita mi ayuda lo escriba. Ese diario tiene un conjuro aue hace que el que lo haya regalado pueda sentir los sentimientos de la persona que escribe.
-Le encantará.
-Lo dejaré en la Tierra y tú se lo darás cuando llegue el momento.
-Claro que sí, Bael.

Me despierto sudando en medio de la noche. Aquellos eran mamá y Bael, el señor de los demonios.
Mi padre.
Me levanto de un salto de la cama y cojo de nuevo el diario. Lo abro por donde había escrito. A continuaciôn unas palabras nuevas de alguien cuya letra no conocía decían.
Yo también sentía una gran carga cuando me enamoré de Lucy. Yo también sufrí pensando que la perdería y míranos, miráte, Clare. Miráte y descubre que lo tienes todo en la palma de tu mano, hija mía.
Ahí terminaban las palabras de mi padre, Bael.
Miro la palma de mi mano y la aprieto con fuerza. Veo el anillo de William y lo beso.
-Sí, lo tengo todo, Bael...

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora