Capítulo 44

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Clare
Bael ha aceptado, va a enseñarme a manejar la espada. Necesito aprender ese arte hasta la psrfección para salvar a William. Mataré a quién se interporga para conseguir mi objetivo.
Acelero y arremeto. Luchamos con espadas de madera. Solo necesito pensar en una palabra para luchar.
WILLIAM
Padre ha visto mi flanco sin defender y me da un leve golpe.
-Auch
Me encojo por ese impacto y él me quita la espada de un golpe. Después, a la velocidad de la luz, pone su espada en mi garganta. La vuelve a apartar.
-Nada mal para ser la primera vez, Clare. Imagina lo que más odies, lo que quieras destruir para estar con él.
Imagino y vuelvo a atacar tras coger la espada.
Trastabillo al segundo ataque pero no caigo, mis ojos siguen fijos en mi enemigo. Ataco, ataco, le quito la espada sin saber muy bien como y espada en garganta.
-Muy bien, querida. Mañana seguiremos con el entrenamiento.
-No puedo solo practicar tres horas diarias, es muy poco, y si le hacen algo antes de que aprenda?
-No, relájate. Me tengo que ir, esta noche nos vemos.
Gruño por lo bajo, no me entiende. Cuando se dispone a irse me preunta:
-Por cierto, a quién te habías imaginado cuando me has atacado?
Mi respuesta le deja atónito.
-A la muerte
Me mira interrogante y yo me explico mejor
-La muerte lleva queriendo separarme de William desde que le conocí, no se lo permitiré. No permitiré que la muerte se lo lleve.
Bael asiente y desaparece.
Yo me voy a trabajar a la tienda durante lo que queda de tarde. Todo transcurre de forma normal hasta que veo una cara conocida, la ex de William, Alice.
Ella es la primera en hablarme:
-Tú eres...
-Encantada, nos conocemos?
Me hago la idiota por si me descubre.
-Puede que sí...
Nos quedamos mirando un rato hasta que oigo a una anciana quejarse en la cola.
Alice se ríe y yo empiezo a pasar sus productos por la luz roja. Luego le cobro el dinero y ella me entrega los billetes con una papel doblado:
-Me gustaría hablar ...
Asiento y ella se va.

Una hora después vuelvo a casa y me doy una ducha pensando en el papel con el número teléfonico de Alice.
Después de cenar con Bael me encierro en el cuarto y empiezo a llamar.
-Diga?
-Eres Alice?
-Oh! Eres tú, Clarin era?
-No, Clare.
-William me ha hablado mucho de ti.
Se me hacía raro oír su nombre de los labios de otra persona, de un timbre diferente.
Sin entender como siento un poco de celos.
-A mí también me ha hablado de ti.
-Sabes, me ha dejado, hace mucho tiempo.
-Me lo dijo, sí.
Ella inhala aire al otro lado del móvil y siento su respiración.
-Era demasiado para mí, era demasiado perfecto, además...
-Además?
-No le quería, supongo. Por eso tuve que dejarle.
Hacía muchos días que no me temblaba el pulso, hacía mucho que no sentía mi mundo desmoronarse por William
-Le dejaste tú a él?
-Sí, no lo sabías?
Su voz era inocente, esa chica no era una mala persona, al contrario.
-No- William me había vuelto a mentir pues, según William, el que había finiquitado la relación había sido él.
-Le dejé porque veía que conmigo no era feliz y, aunque quise estar a su lado, no pude. Me dí cuenta de ello cuando ví sus ojos brillar cuando te miró.
-Todos me dicen que soy brillante, sois más idiotas...
La bromita le había hecho gracia, bien! Así puedo sacarle información.
-Eres graciosa, Clare.
-Eso sí que no me lo dicen.
-Eres perfecta para William...
Aquella conversación ya no me estaba gustando. Hablar tanto de William me hacía removerme, querer quemarlo todo porque... yo no podía abrazarle y besarle en este instante.
Sabía que me amaba pero me tendrá que dar una explicación por esta mentira.
Desvío el tema.
-Bueno y tu q~
-Te dejo, Clare. Me llaman.
-Oh... Por supuesto, adiós...
-Adiós...
Cuelga primero y yo me quedo un rato con el teléfono sobre la mano, pensando en lo acontecido.
Al rato mi mente vuelve a William, no puedo entretenerme en estas tonterías.
Cojo la espada y me pongo a danzar con ella en el aire imaginando a la muerte enfrentarme.

William
Te echo de menos, Clare.
No se me ocurren más palabras para dedicarle a parte de esas sumadas a estas junto con mi corazón:
Te amo, Clare.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora