Capítulo 80

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No sé porqué pero aquí tenéis otro capítulo. Esta semana he visto mucho apoyo en el libro así que me he animado. Espero que os guste!

La noche anterior:
Emma
Ya es de noche y acabo de llegar al karaoke, todavía está abierto pero yo espero fuera, hace frío.
Espero unos minutos pero no llega nadie, sigo esperando, nada.
Cuando estoy por irme una luz al fondo me llama la atención, se acerca, y si fuese Gabriel?
Corro hacia ella y me encuentro a un hombre alado frente a mí.
-Edgar?
-Oh, hola Emma, perdona la tardanza.
No me asustaba su aspecto. tenía unas grandes alas blancas y su tez era tan pálida como la nieve. Como Gabriel.... Cómo no podía haberlo entendido antes?
-Eres un ángel, verdad?
-Chica lista, espera, así llamo mucho la atención.
Ante mis ojos se transformó en un humano corriente, le miro y este me sonríe cual santo.
-Entonces Clare...
-Es un poco complicado de explicar...
-Suéltalo
Soltó un suspiro que creó vaho en el aire y me dijo lo que había ocurrido.
-No debería decírtelo pero... ha muerto.
El vaso frío de la realidad acababa de caer sobre mí pero él al momento intentó templar ese líquido que me estaba llenando por dentro.
-Suena impensable, verdad? Que alguien como ella haya fallecido porque sí. Yo creo que es mentira, creo que...- sus ojos bicolor brillaron como estrellas cuando iluminó mi oscuridad de nuevo- creo que todavía vive, pienso que volverá.
Había comenzado a llorar hacía un momento y ahora no podía parar, a pesar de que existiese una ínfima posibilidad de que Clare viviese aquella noticia me entristecía.
-Primero Gab, luego Clare...
-Gabriel?
-Sí
-Qué tiene él que ver contigo?
-Nada, ya nada.
-Según me han contado a él le gustaba Clare pero ella nunca le correspondió.
Alzo la cabeza y le miro de hito en hito, él la amaba, a mi mejor amiga...

Clare
Otro sueño, le tengo delante esta vez, dice que me ama, me abraza...
Otro sueño, hacía cuanto no tenía uno así de hermoso?
William toma mi rostro entre sus manos y me acaricia como si fuese de cristal.
-Oh, Clare... Por mi culpa tú...
Por qué estaba emocionado? Por qué lloraba?
-William, no llores.
-Idita, lloro por ti. Lloro porque no puedo creer que te haya podido volver a ver.
-Ni yo... Jamás creía que te volvería a soñar...

William
Creía que aquello era una mentira, ella lo creía fervientemente pero no era así.
-Clare, te amo, esa es mi verdad, no es un sueño.
-Estoy muerta, tú no puedes ser...
Sello sus palabras con un dulce beso en la mejilla. Aprieto mis manos alrededor de su cintura y sonrío, no puedo parar de sonreír.
-William... de verdad eres tú?
-Sí, te prometí muchas cosas, recuerdas? Volvamos a casa mi amor.

Clare
Cuanto había sufrido, cuanto había llorado por él, por el amor de mi vida. Cierro los ojos en su abrazo quiriendo sentir su cuerpo, su ser, sencllamente que estaba aquí de nuevo.
Cuando volví a abrir los ojos estábamos en su mansión, abrazados en el jardín.
Algo cayó en mi nariz. Me doy cuenta de que hace frío, de que piso algo congelado, de que siento algo dentro de mi pecho.
Estaba viva.
Lo que caía por todas partes y que colapsaba todos los rincones era nieve.
Rápidamente William me cargó a su espalda y me llevó al salón, encendió la chimenea y acto seguido se sentó a mi lado, agarrando mi muñeca. Ambos mirabamos el fuego moverse.
-Nieve-Dijo él
-Te gustaría que nuestra hija se llamara así?
Miro por la ventana el paisaje blanco. Me apoyo en su hombro tras apretar su mano con la mía.
-Sí, sería genial.
Ahora él se separaba de mi lado y ponía cara rara, yo tenía el pelo blanco.
-Te pasa lo mismo que a Chloe.
Escuchar ese nombre me horrorizaba, podría ser una buena chica pero no me gustaba por razones obvias.
-Luego lo arreglaremos, ahora descansemos como si solo estuviésemos nosotros aquí, por favor, William.
-Sí...
Pasó un largo rato hasta que volvió a hablar y a separarse de mi lado, se quitó un colgantre con un anillo que yo conocía muy bien y me lo mostró:
-Te lo devuelvo y esta vez cumpliré con lo que significa.
-Y... Qué significa?
Su rostro enrojeció de repente un poco, menos que el mío pero aún así me resultó gracioso.
Comienzo a reír.
-No te rías, es muy vergonzoso decirlo...
-Me sacas de la muerte y ahora te da cosa decirme que...
-Cásate conmigo.
-Y si digo que no?- dije acercámndome a sus labios.
-Me haría muy infeliz.
-Y si dijese que no te amo?
-Volverías al infierno por mentirosa-afirmó con una sonrisa.
-Si fuese contigo no me importaría...
Nos fundimos en un cálido beso durante largo rato y al separarnos vuelve a hablar.
-Entonces qué?
-Sí, quiero.
Y el mundo volvió a tener sentido, los colores volvían a ser colores.
Aunque a mí solo me importaba ese azul de sus ojos...

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora