Capítulo 46

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Clare
El hombre se aproxima y me observa interesado, como el lobo que va a devorar a su presa. Se relame y sus pupilas negras brillan y se crispan mientras caen luces por los cielos.
Me pongo en guardia, soy consciente de la desventaja en la que estoy con esta ridícula espada.
-Hola hermosa, me vas a intentar dañar con esa tontería? Ríndete y te mataré de forma rápida.
Sabe quién soy y está seguro de lo que quiere, mi alma.
Hacía mucho que no venía un demonio intentando matarme para conseguir la inmortalidad.
Escondo mi mano izquierda con el anillo que lleva brillando desde hace rato detrás y arremeto contra él.
El desconocido me esquiva, arremeto otra vez, me esquiva y yo caigo de bruces contra el suelo.
-Me aburro, chica. Pensaba que eras más fuerte. No tengo prisa así que jugaré un rato antes de tomar tu vida, eso si resistes, claro.
Dicho esto levanta su mano y aparecen de la nada diez navajas pequeñas que se alzan en el aire al movimiento de su muñeca.
Las pequeñas cuchillas que me apuntan se mueven hacia mi dirección cuando aprieta su puño. "No puedo esquivarlas todas" me digo. Corro asumiendo que no puedo ganar pero al segundo siento un dolor agudo en el gemelo, una de las navajas se ha hundido ahí. Me doy la vuelta y otra navaja me roza la mejilla y hace una pequeña rajita que sangra.
No pueda caminar, mi espada es inservible para combatir y estamos solos, en la playa.
-Huelo a sangre... Mmmmm!!! Que bien hueles chica...
Se acerca, tengo miedo. Si me mata no podré salvar a William. Me mantengo de pie a duras penas hasta que agarra mi garganta y me eleva el el aire. Intento deshacer el enlace con mis puños pefo no puedo.
Mientras muero lentamente siento una energía maligna recorrerme el cuerpo, magia oscura.
-Q,Qué?
Mi mano está morada y mi brazo también está cambiando de color.
-Te gusta? Suelo hacerles eso a mis víctimas antes de matarlas, es mi sello por así decirlo.
No me quedan fuerzas, abandono y mis manos conmigo. Cierro los ojos, sintiendo la energía oscura matarme lentamente.
Antes de morir me permito imaginar.
A William y a mí, caminando de la mano y besándonos mientras nos adentramos en un lugar lleno de oscuridad.
Me digo que eso sería muy bonito sino fuese porque ese agujero oscuro significaba la muerte.
La muerte...
La muerte...
Ahora no imagino, recuerdo.
Recuerdo a mi padre decirme que imaginase a mi mayor enemigo y me recuerdo a mi misma decirle que mataba a la muerte, la que quería separarnos a William y a mí..
La muerte... Destruiré a la muerte.
Por William, por nosotros...
Abro mis ojos con las fuerzas que me quedan y veo a la muerte frente a mis ojos. El anillo brilla y brilla y nos deja ciegos. Mi piel arde por su resplandor pero no se quema, no como él.
Atónita, observo la sortija, parece que echa llamas de colores al aire.
Oigo y veo truenos caer a lo lejos.
Veo al demonio, en el suelo, retorciéndose por la luz y el calor que produce el anillo.
"Esta es mi oportunidad" pienso.
Arranco la navaja de mi pierna y veo que mi muñeca sigue morada. Tomo la navaja y me acerco al monstruo. Le clavo la navaja en el corazón y tras un grito de horror desaparece.
Me tiendo sobre la arena, desangrándome y cojo el teléfono.
Solo puedo llamar a una persona que me pueda ayudar en este momento.
-Alice??
-Qué raro que me llames. Estás bien?
-No... ven, deprisa, en la playa...
-Estás bien? Voy, voy enseguida!!
Me parece una buena chica, inocente, pero buena.
Me tumbo y miro el anillo que deja de brillar poco a poco.
Espero al borde del desmayo a verla.
-Llévame...a... casa...
-Tienes que ir al hospital
Cómo voy a ir así al hospital? La mano de color no creo que sea muy normal en la Tierra.
-No... A casa...
-Pero~!!
-Por favor...
Nada más sentir su mano rozándome la raspadura de la cara me desmayo.

Abro los ojos lentamente mientras la voz de Alice, que me lleva en brazos, grita.
-Hay alguien en casa?!?!
La puerta se abre pero no hay nadie tra ella, "es verdad, los humanos no pueden ver a los demonios" recuerdo.
Yo veo a Bael, ella no.
-Déjame en el sofá y vete.
-Cómo voy a dejarte sola mientras te desangras, al menos déjame curarte.
-No, vete.
-No, tenho que hacer algo, tengo que...
Tomo su rostro entre las manos, está temblando.
-Gracias por haberme traído, no sabes lo que te necesitaba. Tienes que irte ya...
-Luego te voy a llamar para ver que tal estas y más te vale contestar.
-Sí ~
Antes de decir nada me pongo a toser y vuelvo la vista a mi padre, expectante.
-Bueno, adiós, Clare.
La puerta se cierra tras Alice y mi padre y yo nos quedamos a solas.
-Has visto la hora que es?
Está cruzado de brazos mientras me mira tensamente.
-No...
Era verdad, hacía rato que había perdido la noción del tiempo.
-Son la una de la madrugada.
No dice más y me acabo de dar cuenta de que el cuarto empieza a moverse por si solo.
-Si no fueses mi hija te dejaría morir por necia y por niña pequeña. No estoy para aguantar tus rabietas adolescentes.
-P..Perdón
De repente me doy cuenta de que tengo miedo, mucho miedo.
Suspira y se acerca a mi lado.
-Más lo vas a sentir tú cuando veas como has quedado.
Posa su mano en mi corazón y empiezo a sentir la sangre menguar su caudal.
-Te lo advierto, Clare, bo puedo borrar ahora mismo las heridas pero sí puedo hacer que se detenga la sangre, aquí no soy tan fuerte como en casa.
Asiento con las pocas energías que me quedan y, segundos después me rindo al sueño.

William
Clare, te quiero. Clare, te quiero...
No me hacía falta pensar en otras cosas para no volverme loco en esta jaula.

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora