Capítulo 32

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William perspectiva
Qué es este dolor ? Me duele pecho mucho... Ah... Sonrío amargamente para mis adentros mientras llego a mi mansión.
Es verdad, he visto a Clare llorar por mi culpa...

Clare
Papá no ha salido de su cuarto en todo el fin de semana a hablarme. La casa parecía fúnebre pues los únicos sonidos aue oía eran sus pasos arrastrarse por los pasillos para ir a la cocina o al baño.
Ya es domingo por la noche y William no ha vuelto. "Pero volverá" me digo a mi misma. Volverá cada semana a verme. Solo tengo esas palabras a las que sujetarme en este enfrentamiento.

He intentado mantenerme ocupada para no pensar en él. He limpiado la casa, estudiado, leído, hecho las compras. También he visto una película con Enma pero no podía concentrarme enteramente en la trama. Ahora estoy sentada en una silla azul en mi cuarto, mirando el colgante de mi príncipe azul.
Qué tal estará?
Cuanto queda para que le vuelva a ver?
Un ruido en la habitación de papá interrumpe mis pensamientos. Salgo pitando y llamo a la puerta. Nadie abre.
Furiosa me pongo a dar patadas a la puerta.
-Abre ya!!! O te juro que no me vuelves a ver el pelo!!!
Cuando el cerrojo se quita y el mango de la entrada al dormitorio se abre veo a Jack, veo a mi padre.
Tiene una barbita desaliñada de tres días y tiene ojeras. Bajo la vista y veo que ha perdido peso.
Bajo más la vista y veo un rasguño en su puño izquierdo. Mis ojos abarcan el cuarto y veo una mancha casi intangible de sangre en la pared. Papá le ha dado un puñetazo a la pared.
Estoy harta.
-Ya, ya sé que es duro, que querías mucho a mamá pero no eres el único con problemas. Yo también he perdido una madre. He perdido a alguien a quién quería. He visto cosas peores que tú y todavía estoy de una pieza.
-No lo entiendes. Ella era mi Sol, era mi mundo y ya no está. Me ha cambiado por otro.
-Ya... ahora lo que necesitamos es apoyarnos, no irnos cada uno por su lado, entiéndelo papá.
-Cariño... yo...
-Deja de comportárte como un crío, por favor.
Me alejo por la puerta y siento que  he cometido el mayor error de mi vida. Huyo a la soledad de mi cuarto.
Duermo, tengo una pesadilla y me despierto en medio de la noche.
-Tan mal estás?
-Quién anda ahí?
Me levanto de golpe.
-Enserio? Ya te has olvidado de mí?
Reconozco esa voz y siento una alegría que carece de palabras.
-Gabriel!!
-Exacto
-Cómo es que has venido?
Un chico rubio ilumina mi habitación de repente, se ha materializado.
-Llevo todas las noches vigilándote. No podía estar tranquilo pensando aue alguien te podía hacer algo.
-Entonces... Me has perdonado?
-Más o menos.
Sus ojos se distorsionan en la noche. Algo me está ocultando pero yo no tengo ganas de enterarme de más cosas malas.
Da un pequeño salto sobre su sitio.
-Me llaman, mañana vuelvo, Clare.
-S~Sí.
Dicho esto se va.
Ya no me siento tan sola.

Lunes
Enma me pregunta por William. Yo sonrío y le evado. Técnicamente sé lo mismo que ella. Nada.
Voy al karaoke todos los días como camarera. Tengo una nueva camarera que substituye a William. Rose. Rose es morena claro y sus ojos son verde brillante. Ese tipo de verde tan mágico que parece irreal y hermoso. Me quedé casi hipnotizada nada más verla. Parecía una ninfa desterrada de su bosque.
La semana transcurría lenta. Cada noche recibía visitas de mi ángel de la guarda. Gabriel me entretenía hasta caer dormida con juegos y bromas. Una vez al ajedrez, otra a la baraja española, al poker... Me ayudaba a no pensar en William. Pero no era suficiente, yo notaba un vacío en mis manos, como si les faltase algo... A mi corazón le pasaba lo mismo. Hasta el sábado.
Sábado
Estoy haciendo los deberes. Gabriel todavía no ha llegado. Suele hacerlo sobre las once, todavía son las diez y media.
La lección de naturales es tan aburrida... Apoyo la cabeza sobre la mano meditabunda. Empiezo a cerrar los ojos, lentamente. No me da tiempo a dejarme caer sobre la mesa pues siento un dedo tomando un mechón de mi cabello. Conozco este tacto frío. Me doy la vuelta. Conozco ese rostro perfecto, esos ojos azules.
-Te lo dije no? He vuelto!
Dicho esto se desploma en el suelo, pienso, como una idiota, que se ha desmayado por el duro viaje entre mundos hasta que veo el por qué.
Hay sangre azul en el cielo.
-William!!!!!!!!

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora