Capítulo 43

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William
Clare, me oyes?
Quizás estos días contigo solo fueron un sueño. Quizás siempre estuve aquí encerrado y nunca te conocí. Quizás me esté volviendo loco...
Aprieto fuertemente los nudillos tras pensar eso, siento algo en el dedo, un aro, muevo la yema por ese objeto.
No... Clare es real, tiene que serlo.
El anillo ya no brilla en esta oscuridad pero hace que mi corazón se estremezca de solo pensar que ella todavía pueda existir.

Clare
Hoy es mi primer día de entrenamiento. Bael me va a enseñar a usar magia para estar segura cuando vaya al infierno.
-Cierra los ojos. Imagina un torrencial de luz, un torrencial~
-No debería ser de oscuridad?
Mi padre me mira sorprendido.
-Oscuridad?
-Pensaba que los ángeles usaban la luz y los demonios la oscuridad.
-Te crees eso de que los demonios son los malos y los bendecidos los buenos, Clare?
Le miro a los ojos.
-No, no lo creo.
Él sonríe y vuelve a hablar.
-Como iba diciendo, imagina la magia fluir, la luz dentro de ti.
Cierro los ojos y empiezo a imaginar. Imagino luz. Imagino magia y sin embargo la luz no fluye de mí. " Cómo va a salir de mi ser algo que no tengo? " me digo.
-No puedo.
-Te vas a rendir ya?
-No
Imagino de nuevo. A William, muerto. " NoNoNo!! Tienes que crear luz, no recordar algo tan oscuro como eso"
Le asesto una patada a la pared por el intento fallido.
-Sería bueno que quedase algo de la casa para dormir bajo techo, hija.
-Volvamos a intentarlo.
-Si no te sale ahora, nunca lo hará.
No puedo rendirme, nunca.
-Sigamos.
Me muestro impasiva y sigo intentándolo otras tres horas, hasta que son las siete de la tarde.
-Dejémoslo, es imposible.
-No puedo.
-No quiero enseñar a una salvaje rompeparedes aunque sea mi querida hija- Me acaricia el pelo- mañana seguiremos.
-Pero...
-Descansa, yo me tengo que ir. Tu madre lleva sin verme mucho tiempo.
-Va a venir?
-Está muy ocupada con unos asuntos allí abajo.
-Umm...
Dicho esto, desaparece.

Tengo que mantenerme distraíada, hay que aprovechar el tiempo. Puedo informarme y buscar información de la época de William. No sé cuál es exactamente pero lo puedo averiguar. Sí!
Voy corriendo a la biblioteca de la ciudad y cojo libros históricos.
Leo y leo. Nada, no averiguo nada.
En el camino de vuelta paro en el supermercado a comprar algo. Llevo snacks, comida precocinada y alguna sopa para hacerla rápido.
Cuando voy a comprar ocurre.
Un hombre saca una hoja afilada y se la pone a la altura de la garganta al dependiente.
-Dame todo el dinero, rápido.
Cuando el dependiente pone las manos arriba y niega con la cabeza cambia de posición la navaja.
Le coloca la hoja a la persona de al lado.
Me coloca el cuchillo en el cuello.

Está frío, gélido y me parece hermoso. Sé lo peligrosa que es un arma así, algo que quita vidas y que no recuerda el nombre de sus víctimas. Algo para defenderse, gélido, tenaz y fuerte como...
Como una espada.
La idea de empuñar una me da una idea, una idea perfecta que luego llevaré a cabo.
De momentocme concentro en la situación de ahora: Un hombre ha puesto un arma pegada a mi cuello y el dependiente está sacando los billetes del msotrador.
Cuando ya no hay más dinero el desconocido me suelta y apuñala al dependiente. Después el ladrón sale corriendo mientras cunde el pánico.
Todos rodean al cadaver menos yo.
Yo me estoy esforzando en recordar el rostro del asesino a la fuga.
Ahora han pasado cinco minutos desde que eso ha pasado. Estoy en casa y acaba de aparecer Bael.
Le miro, con los ojos en llamas.
-Tengo una idea, padre.
-Qué es?
-Puedo defenderme, sé cómo
-Con qué?
-Deberás enseñarme a usarla pues es mi única opción si no puedo usar magia.
-Con qué, Clare?
Le miro, feliz
-Con una espada

Dulces Cielos, Peores DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora