Capítulo 1

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NOTA

Hola chicos eh decidido adaptar este libro a camren sinceramente es uno de mis libros favoritos y asi como a mi me encanto esta historia espero que a ustedes también les guste.

buscare que los personajes principales estén muy allegados a las chicas, en cuanto a los personajes secundarios no podre cambiarles mucho ya que después se pierde la esencia de la historia.

Bueno sin mucho rollo espero que les guste :D 

PD. Tuve que quitar lo de adaptacion en el nombre tengo entendido que wattpad esta borrando las historias pero aqui aclaro que es una adaptacion :)

Capítulo 1

Me hice amiga íntima de Luke un viernes por la mañana. Eran las nueve y cuarto, para ser exactos, y si sé con exactitud qué hora era es porque lo comprobé en mi reloj de pulsera. Ignoro por qué lo hice ya que no tenía que estar en ninguna parte a una hora concreta. Pero creo que existe un motivo para todo lo que ocurre, así que quizá sólo comprobé qué hora era para poder contarles mi historia como es debido. Los detalles son importantes en las narraciones, ¿no?

Me alegró conocer a Luke esa mañana porque estaba un poco triste después de haber tenido que separarme de mi antiguo mejor amigo,Barry. Ya no podía seguir viéndome. Aunque en realidad no importa porque ahora está más contento y eso es lo que cuenta, supongo. Tener que olvidar a mis amigos íntimos forma parte de mi trabajo. No se trata de la mejor parte, pero soy de las que creen que todo tiene un lado positivo, de modo que, tal como lo veo, si no tuviera que abandonar a mis amigos íntimos no podría hacer nuevos amigos. Y hacer amigos nuevos es, con mucho, mi parte favorita. Seguramente por eso me dieron este trabajo.    

Enseguida hablaremos sobre mi trabajo, pero antes me gustaría contarles cómo fue la mañana en que conocí a mi amigo íntimo Luke.

Cerré la verja del jardín delantero de Barry a mis espaldas y comencé a caminar, y sin ningún motivo concreto tomé la primera a la izquierda, luego a la derecha, de nuevo a la izquierda, seguí recto un rato, volví a girar a la derecha y terminé junto a una urbanización de viviendas de alquiler subvencionadas por el ayuntamiento que se llama Fucsia Lane. Debieron de ponerle ese nombre por las fucsias que crecen por doquier. Crecen silvestres, aquí. Perdón, cuando digo «aquí» me refiero a una población que se llama Baile na gCroíthe sita en el condado de Kerry. Eso está en Irlanda.

En un momento dado Baile na gCroíthe pasó a conocerse en inglés como Hartstown, pero traducido literalmente del irlandés significa Ciudad de los Corazones. Lo cual me suena mucho mejor. Me alegró encontrarme de nuevo en el mismo lugar; hice unos cuantos trabajos por aquí cuando empecé en esto pero no había regresado en años. Mi trabajo me lleva por todo el país, a veces incluso al extranjero cuando mis amigos me llevan fuera de vacaciones, cosa que demuestra una vez más que, esté donde esté, uno siempre necesita tener un amigo íntimo.

El pasaje de Fucsia Lane tenía doce casas, seis a cada lado, y todas eran distintas. Esa calle sin salida era un hervidero de febril actividad. Era viernes por la mañana, recuerdo, corría el mes de junio, hacía un sol radiante y todo el mundo estaba de buen humor. Bueno, todo el mundo no.

Había un montón de niños por la calle, unos yendo en bicicleta, otros persiguiéndose, jugando al tejo, a la rayuela y a muchas otras cosas. Se oían sus chillidos de alegría y sus risas. Supongo que además les alegraba estar de vacaciones. Pero, por más que parecieran verdaderamente simpáticos y tal, no me sentía atraída por ellos. El caso es que no puedo hacerme amiga de cualquiera. No es eso en lo que consiste mi trabajo.

Un hombre segaba el césped en su jardín delantero y una mujer que llevaba unos guantes mugrientos y enormes se ocupaba de un pequeño jardín. Había un delicioso aroma a hierba recién cortada y el ruido que hacía la mujer al cortar con las tijeras, limpiando y podando, era como música que flotara en el aire. En el jardín siguiente un hombre silbaba una canción para mí desconocida mientras apuntaba la manguera del jardín hacia su coche y observaba cómo la espuma de jabón se deslizaba por el costado revelando el nuevo brillo de la carrocería. De vez en cuando se daba la vuelta de repente y lanzaba el chorro de agua hacia dos niñas vestidas con trajes de baño a rayas amarillas y negras. Parecían dos abejorros. Me encantaba oírlas reír tan a gusto.

Si pudieras verme ahora ( Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora