*Narra Leo*
-Leo... ¿Qué ha pasado? - Alice se aferró a mi brazo, obligándome a entrar nuevamente en la cafetería.
-Lo siento. Sabía que esto era una mala idea - dijo Jack sentándose en la mesa de antes.
-Alex... - susurré su nombre-. Tengo que ir a buscarla.
-No lo harás hasta que me expliques qué ha pasado, Leo.
-No lo entiendes. Me necesita.
Ambos fruncieron el ceño ante mis palabras.
Suspiré y empecé a contarles todo. Desde la muerte de mi madre, mi decisión de mudarme con mi padre, ver a Alex aquel día, nuestra relación...
-Joder - Jack soltó la palabra mientras se dejaba caer en el respaldo del sofá-. Todo es mi culpa. Todo... Todo lo que hice ha tenido repercusión. Incluso años después.
-Cariño, no te culpes por todo. - Alice se acercó a él, dándole un beso en la mejilla.
-Pero la tengo. Mira a Leo. Le jodí la vida no una, sino dos veces. Igual que a Alex.
-Da igual - solté de repente-. Da igual todo. Yo... Estoy cansado de esto. De recordar nuestra amistad y sentir odio. Me he cansado de eso. Mi madre me enseñó a que perdonar me haría libre, y quiero ser libre.
-¿Eso quiere decir que...? - Jack empezó, esperanzado.
-Consígueme una forma de volver a Portland esta misma tarde y quedaremos en paz - bromeé, al igual que en los viejos tiempos. Aunque la verdad era que no estaba para bromas. Había jodido lo que tenía con Alejandra, lo sabía. Pero desde el principio existió esa posibilidad y no quise verla. Simplemente la aparté. La alejé de mí y no pensé en las consecuencias. Como si nunca se fuera a enterar de quién era realmente.
-¿Y Alex? - quiso saber Alice.
-Estará mejor sin mí - objeté. Era verdad, estaría mejor sin mí. Pero me dolía pensar que yo era la causa de su sufrimiento.
-Eso es mentira, tío. Tienes que...
-No, Jack. No. - Negué con la cabeza y moví las manos para que dejara de hablar.
-¿Por qué? - dudó.
-Porque la quiero. Por eso.
Tragué saliva. Darte cuenta de que querías a alguien era difícil. Admitir que tú eras la persona que más hacía sufrir a quien amabas... Esa era la mayor mierda que una persona podía experimentar.
-Pero...
-No hay peros que valgan. La cagué y no volverá a pasar. Alex merece ser feliz y yo no puedo darle eso. Así de fácil.
-¿Cómo no vas a poder dárselo? Leo, por Dios, pero si eres un chico increíble.
-Lis, para - pedí cerrando los ojos-. Ya lo tengo decidido. No merece pasar por esto otra vez.
-Tú no eres como yo, Leo.
-Pero para ella soy un jodido recuerdo de lo que pasó - lamenté, pasando ambas manos por mi cabello-. Tuve que habérselo dicho. Quise hacerlo pero...
-No encontraste el momento adecuado, ¿no? - Alice dijo, recordando nuestra conversación.
-No es tan fácil - le di la razón a la vez que asentía, mirándola fijamente-: Lo siento. Sólo pensé en mí.
-Era lo suyo - espetó Jack-. Mira, Leo. Si algo he aprendido estos meses es que nunca es demasiado tarde para cambiar. Ya sea de opinión o de estilo de vida. Y aunque tu juicio era justo, perdonar es el primer paso para una mejor vida.
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Mi historia favorita.
Roman d'amourLeer era su pasión, pero nunca había vivido una historia así. Nunca. Hasta que llegó él.